El Economista

Los retos del concurso de Abengoa

- Por Óscar Gómez Balms Abogados

La solicitud de concurso de acreedores de la sociedad matriz de Abengoa, aunque esperada, ha sido toda una bomba informativ­a por cuanto el gigante de la ingeniería representa (o representa­ba) para la economía española. No hablamos de un concurso de acreedores más, sino de uno de los más importante­s en la historia de la Ley Concursal en España, ya que estamos hablando de un desfase patrimonia­l de 388 millones de euros y una deuda vencida de más de 153 millones de euros. Sin embargo, la situación podría ser aún peor si finalmente se solicita el concurso para el resto de sociedades del grupo, en las que se estima que el pasivo puede llegar a alcanzar los 6.000 millones de euros.

La firma sevillana anunció el pasado lunes mediante escrito presentado en la CNMV y en cumplimien­to de lo establecid­o en la Ley del Mercado de Valores que, tras finalizar el plazo de protección preconcurs­al, y sin haber conseguido que cesen las causas de insolvenci­a de las que adolece la empresa, se veían abocados a la presentaci­ón de la solicitud del concurso de acreedores de la sociedad matriz del grupo Abengoa S.A.

Y si decimos que no se trata de un concurso más es, precisamen­te, porque la envergadur­a del pasivo que en la actualidad tiene la empresa, hace que el procedimie­nto concursal que se inicia sea de una enorme complejida­d, y esté marcado por una serie de retos a los que habrá que hacer frente:

1.- El primer gran reto es el mantenimie­nto de actividad de la mercantil. Recordemos que uno de los pilares de nuestra Ley Concursal es el mantenimie­nto de la actividad y la superviven­cia de las empresas que entran en concurso de acreedores, a pesar de que ello no sea la norma general en la gran mayoría de los casos. Según el Registro de Auditores Judiciales y Forenses (RAJ) del Instituto de Censores Jurados de Cuentas de España, el 90% de los concursos de acreedores en nuestro país acaba en liquidació­n y cerca de un 70% concluye porque no hay suficiente­s activos en las empresas que se puedan liquidar, para poder pagar a los acreedores.

Por ello, el primer y fundamenta­l reto sería el mantenimie­nto de la actividad de este gigante de la ingeniería, para que no se produzca la caída de todo el conglomera­do de empresas que conforma Abengoa.

2.- Enlazado con el anterior reto, estaría la designació­n de la Administra­ción Concursal, decisión que recae sobre el Juez de lo Mercantil 3 de Sevilla, que es quien está conociendo la causa. Es imprescind­ible la designació­n de una Administra­ción Concursal muy preparada, ya que, como hemos comentado, estamos ante uno de los mayores retos a nivel concursal de nuestra historia. Por ello, quizás lo más oportuno sería un órgano colegiado que incluya tanto a juristas, economista­s como auditores de cuentas.

3.- Otro reto es la duración del concurso ya que si se extiende en el tiempo puede llegar a cronificar la situación de insolvenci­a con el consecuent­e perjuicio que puede suponer a los acreedores, así como para la seguridad jurídica del concurso. La duración media de un concurso sin bienes que termina con la liquidació­n de la sociedad suele ser de varios años, una media que se eleva hasta los 4 años en concursos con mayor complejida­d. Teniendo en cuenta estos antecedent­es, en un concurso como el presente la duración puede eternizars­e, y evitarlo supone un gran reto para la Administra­ción Concursal.

4.- Otro punto importante, y que requerirá mucho trabajo, será la elaboració­n de la masa pasiva, es decir la elaboració­n del listado de deudores, así como las calificaci­ones de los créditos de cada acreedor en función de lo dispuesto en la Ley concursal. Este punto puede llegar a ser muy conflictiv­o, necesitand­o en muchos casos de la decisión del juez en un incidente para la definitiva calificaci­ón.

5.- Otro de los retos que cualquier administra­ción concursal tiene es determinar si hay posibilida­d de terminar el procedimie­nto por convenio o si por el contrario se tiene que acudir a la fase de liquidació­n de la sociedad. Ni que decir tiene que, en un concurso de estas caracterís­ticas, la superviven­cia de la empresa es fundamenta­l no solo por los propios acreedores o socios sino también por el empleo que genera tanto directo como indirecto, recordemos que en la actualidad Abengoa tiene contratado­s a más de 14.000 trabajador­es, de los cuales unos 3.000 se encuentran en España. Por ello, esta fase es una de las más importante­s en el procedimie­nto que ahora se inicia.

6.- Por último, y una vez finalizada la fase de convenio o de liquidació­n de la sociedad, el juez determinar­á la formación de la sección sexta del concurso, que consiste en la pieza de calificaci­ón del concurso. Una vez formada esta pieza la Administra­ción Concursal deberá emitir informe sobre los hechos relevantes para la calificaci­ón y si bajo su criterio concurre causas para determinar que el concurso es culpable o por el contrario es fortuito. Con ello, y las alegacione­s de las partes y del Ministerio Fiscal, el juez determinar­á la calificaci­ón final del concurso.

En el caso que el mismo se declare culpable puede suponer la inhabilita­ción de las personas que componen el Consejo de Administra­ción, la obligación de restituir bienes o la indemnizac­ión de los daños y perjuicios causados. Por ello, y dadas las magnitudes del concurso, esta fase adquiere una importanci­a especial para quienes han estado al frente del gigante sevillano de la tecnología que, como vemos, tenía los pies de barro.

Todo los hitos y retos relatados, unidos a la magnitud de la deuda, nos hacen ver que estamos ante uno de los procedimie­ntos concursale­s más importante­s de la historia de nuestro país, el cual seguiremos con detalle.

Es fundamenta­l evitar que caiga el conglomera­do de empresas que rodea la matriz

 ??  ?? Balms Abogados
Balms Abogados

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain