El Economista

Inditex, Iberdrola y Gamesa esquivan la brecha salarial

Las empresas del Ibex mantienen disparidad de criterios sobre estos datos

- F. Tadeo MADRID.

BBVA se ha situado al frente de la morosidad hipotecari­a en nuestro país. Aunque de momento este segmento de actividad es el que menos preocupa, la incertidum­bre sobre la economía y el desempleo podrían acarrear también serios problemas al sector financiero en un futuro.

La entidad que preside Carlos Torres lidera el ranking tanto en tasa de impagos como en volumen de insolvenci­as de la cartera para adquisició­n de vivienda a los particular­es, según los datos proporcion­ados por todas las entidades a cierre de 2020.

Este salto se ha producido porque el Santander, que hasta la fecha ostentaba el ratio más elevado, ha logrado reducir sustancial­mente el volumen de dudosos en los últimos doce meses gracias sobre todo a la venta de carteras y, a pesar de que BBVA también ha disminuido algo este saldo.

En concreto, el banco azul acumula 2.821 millones de impagos hipotecari­os en España, un 3,4% menos que a finales de 2019, pero la tasa se ha colocado en el 3,86%, un porcentaje superior al del grupo cántabro. El Santander, tras rebajar los morosos en un 31%, hasta los 1.784 millones, acumula un ratio del 3%, frente al 4,26% del año anterior.

En este segmento de negocio, uno de los que mejor se está comportand­o durante la pandemia, sorprendie­ndo al sector, es destacable también la merma de impagos realizada por el Sabadell, debido también a la desinversi­ón de lotes dañados. La entidad catalana ha logrado descender un 35% los préstamos insolvente­s para compra de pisos y apenas cuenta ya con 778 millones en la cartera deteriora, es decir, lo que representa un 2,3% del total.

Descensos menos pronunciad­os han experiment­ados los otros bancos cotizados, aunque en algunos casos también han sido relevantes, salvo en CaixaBank y en Bankia, donde el ratio ha subido.

Bankinter, en este sentido, ha conseguido reducir los dudosos hipotecari­os en un 15%, mientras que Unicaja en un 17,5% y Liberbank, en un 14%. De esta manera han colocado sus tasas de impagos en el 1,4%, 3,4 y 1,7%, respectiva­mente.

Alzas en Bankia y CaixaBank En cuanto a Bankia y CaixaBank, que se unirán de manera oficial en las próximas semanas, en ambos casos las insolvenci­as avanzan ligerament­e y, con ello, el porcentaje de

El grupo cántabro y el Sabadell bajan un tercio los dudosos en los préstamos para pisos

dudoso sobre la cartera total. En el primero, escala de un 3,3 a un 3,5%, mientras que el segundo, de un 3,5 a un 3,7%.

Por el momento, la morosidad hipotecari­a se mantiene bajo control en el sector, al igual que en empresas y en consumo (los dos segmentos que presentan mayores incertidum­bres, debido a las ayudas impulsadas tanto por el Gobierno como por las propias entidades.

Moratorias como antídoto Las moratorias aplicadas han servido como antídoto frente a los efectos del coronarivu­s hasta el momento, pero a partir de abril los clientes comenzarán de nuevo a tener que pagar las cuotas hipotecari­as íntegramen­te, una vez terminen los plazos de carencia de doce meses otorgados por el sistema.

En principio, los banqueros con

fían en que la culminació­n de este periodo no se traduzca en un aluvión de impagos, al igual que ocurrió en diciembre con los préstamos al consumo. En este caso, la terminació­n de la carencia apenas supuso entre un 3 y 5% de dudosos, una cifra prácticame­nte insignific­ante teniendo en cuenta las circunstan­cias económicas por la que atraviesa el país.

Del total de moratorias otorgadas, hasta finales de enero se habían se habían aceptado 221.932 para adquisició­n de inmuebles, cuyo saldo vivo pendiente de amortizaci­ón es de 19.955 millones de euros, según los últimos datos publicados por el Banco de España.

Gracias a esta medida, la tasa de impagos de los créditos para la compra y rehabilita­ción de viviendas ha podido dar un respiro a las entidades. Hasta septiembre del año pasado, de acuerdo con las cifras agregadas del sistema, había bajado al 3,3% frente al 3,5% previo a la pandemia. Los préstamos insolvente­s disminuyen en dos trimestres en casi 1.000 millones, dejando el saldo dudoso en 16.844 millones.

Los expertos apuntan a que estos volúmenes comenzarán a subir. Incluso podrían llegar a los máximos de la crisis pasada. En aquel momento, la morosidad hipotecari­a llegó a sobrepasar el 6% de la cartera concedida. Por tanto, si se cumplen los peores pronóstico­s, casi se duplicará frente a los niveles anteriores al coronaviru­s. Eso sí, a favor de la banca juega que por norma general el crédito para vivienda es el último en el que se reflejan los impagos.

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