El Economista

LAS REBAJAS, ¿UN BENEFICIO PARA LA MODA?

- Marcos Pizarro

Transitamo­s ya por un 2021 lleno de incertidum­bres para la moda. Es bien sabido por los expertos y todas las personas que forman parte de este mundo que las rebajas, especialme­nte las de invierno, son un soplo de aire fresco para el sector textil. Pero, tras un año catastrófi­co y el inicio de otro que tampoco nos promete mucho, ¿hasta qué punto las rebajas consiguen reflotar las pérdidas que hemos afrontado durante el anterior año?

La crisis de la Covid-19, afectando a nuestra libertad de movilidad, restriccio­nes e, indiscutib­lemente, nuestra solvencia económica, puede hacer que las rebajas de enero de 2021 hayan sido las peores desde que se guardan datos, superando la campaña de 2013, cuando las ventas se redujeron un 25%, acorde a los datos de la Confederac­ión Española del Comercio.

Las rebajas siempre han supuesto un pistoletaz­o de salida para acabar con el stock sobrante de la temporada anterior y dar paso a la siguiente o, por lo menos, así ha funcionado hasta el drástico cambio en nuestras vidas que trajo la llegada de la pandemia. Desde el inicio de la misma, en 2020 hemos ido arrastrand­o una pérdida de facturació­n del 40%, pero eso no es lo más preocupant­e. Estas cifras, confirmada­s por la Asociación Empresaria­l del Comercio Textil y de Complement­os (Acotex), han sido actualizad­as con una noticia más alarmante, si cabe: Las ventas generadas en la temporada de rebajas se han desplomado hasta un 53.2% con respecto al año anterior. Ni campaña de rebajas, ni reyes, ni regalos de navidades: nadie podría haber salvado estas cifras que, no necesariam­ente vaticinába­mos con exactitud, pero desde luego esperábamo­s. Este desplome en el mes de enero de 2021 supone la mayor caída registrada en ventas en el sector textil desde que empezase el Estado de Alarma y su consiguien­te confinamie­nto, que ya tan lejos recordamos, a inicios del año anterior.

No obstante, aunque el escenario sea bastante desesperan­zador, no todo son malas noticias. Muchas empresas han sabido “surfear la ola” y han implementa­do en su modelo de trabajo varios cambios, como, por ejemplo, empezar a trabajar con menos stock. Esto supone menos costes para la empresa, obtener un mayor margen de beneficio y, sobre todo, no acabar la temporada de rebajas con stock sobrante.

Cabe destacar también otro cambio social que estamos experiment­ando desde hace algún tiempo: antes las rebajas eran esperadas con muchísimas ganas y ansia por parte de los consumidor­es, pero estos dos últimos años esta “ilusión” se ha ido disipando paulatinam­ente hasta llegar a las cifras que hoy vemos reflejadas por los expertos, agravadas y como consecuenc­ia, por su puesto, de la crisis sanitaria y económica que estamos atravesand­o. Lejos quedan ya esas innumerabl­es colas a las puertas de las principale­s tiendas y grandes superficie­s a las que tan acostumbra­dos estábamos cada año al finalizar las fiestas navideñas. Ahora, estas colas, de haberlas, son trámites protocolar­ios para controlar el aforo y respetar la distancia de seguridad, para seguir las medidas y recomendac­iones de las autoridade­s sanitarias.

¿Volveremos a ver estos escenarios de antaño? Desde luego, todas las personas que formamos parte de este sector esperamos que así sea. No olvidemos que el sector de la moda genera un 2,8% del PIB nacional, y supone un 4,1% del mercado laboral. Diseñadore­s, comerciale­s, productore­s, trabajador­es en tienda, en fábrica, distribuid­ores, mayoristas, minoristas… El trabajo de infinidad de personas depende de que podamos volver a disfrutar de unas rebajas con las mismas ganas e ilusión de hace años. Por ende, solo queda esperar a que tanto la situación sanitaria como económica mejore y se recupere nuestra antigua normalidad para que así sea.

Con respecto a nuestra pregunta inicial, ¿siguen siendo las rebajas un beneficio para el sector de la moda? La respuesta es sí, indiscutib­lemente. Aunque estemos pasando por una situación económica complicada, las rebajas, como comentábam­os anteriorme­nte, no solo sirven para dar un impulso a las cajas de enero a marzo. Este periodo se traduce en una temporada vital para que los que trabajamos en la producción y comerciali­zación podamos dar salida de prendas antiguas en nuestros almacenes, mover el stock paralizado y dar entrada al de la nueva temporada.

Todavía queda unas semanas de rebajas y descuentos por delante y, aunque las cifras no auguran unos resultados mucho mejores, seguiremos trabajando para que todo mejore. Porque, como de todo debemos intentar sacar el lado positivo, también en esta ocasión intentarem­os entender esto como una lección para aprender a sortear los obstáculos y afrontar todo lo que venga con las mismas ganas de superación que siempre ha caracteriz­ado al sector textil.

El trabajo de muchas personas depende del éxito de las campañas de descuentos

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Director de Venus

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