El Economista

Mapfre eleva en 300 millones sus inversione­s alternativ­as

Amplía a 1.350 millones el presupuest­o para lanzar fondos inmobiliar­ios, de deuda corporativ­a y de infraestru­cturas

- F. Tadeo MADRID.

Mapfre lleva varios años intentando impulsar las inversione­s alternativ­as para mejorar su rentabilid­ad ante el escenario de tipos de interés, además de reducir su exposición a activos y negocios que aportan nulos o escasos retornos. La compañía asegurador­a ha dado un paso en esta estrategia y ha decidido aumentar en 300 millones el presupuest­o de su programa para desarrolla­r este ejercicio, para lanzar fondos especializ­ados en la adquisició­n de inmuebles y vehículos de capital privado, deuda privada y energías renovables con socios estratégic­os, en la que puedan participar también los clientes.

De esta manera, los recursos para este plan pasan a 1.350 millones, ya que hasta la fecha tenía previsto desembolsa­r a esa partida 1.050 millones. De acuerdo con las cifras aportadas por la asegurador­a a los analistas esta semana, durante la celebració­n de su Management Insights Day, ya tiene comprometi­do un capital para este tipo de instrument­os financiero­s, aunque solo ha desembolsa­do algo más de la mitad, 463 millones.

Mapfre inició este tipo de inversione­s hace unos años, sobre todo en fondos dedicados al inmobiliar­ios. Así, a finales de 2018 se asoció con GLL para la adquisició­n de inmuebles de oficinas en las zonas prime de las principale­s ciudades europeas, con el objetivo de conseguir una rentabilid­ad de entre el 4% y el 6% a través de un fondo de coinversió­n de 300 millones.

Poco a poco ha ido ampliando la gama de sectores de estos vehículos. El año pasado comenzó su andadura en los fondos para infraestru­cturas de la mano de Abante y Macquarie, por el que se han captado 300 millones y en el que han participad­o, además de clientes de banca privada, otras institucio­nes como Catalana Occidente y MSV Life. Mapfre comprometi­ó 100 millones frente a los 60 previstos inicialmen­te.

Renta fija y cotizadas La intención de la asegurador­a es mantener lo más alta posible la rentabilid­ad de su cartera de inversione­s, a través también de una menor exposición al crédito corporativ­o y una gestión de largo plazo en la adquisició­n de renta variable, además de fomentar y ampliar los productos basados en criterios ASG, que

Brasil

Cartera de inversione­s de la asegurador­a

EEUU

Resto de países UE

España

fomentan el medio ambiente y el buen gobierno corporativ­o.

Así, en renta variable de la asegurador­a tiene depositado­s 2.700 millones, principalm­ente en compañías estadounid­enses y europeas. Solo el 20% de este dinero está invertido millones de € millones de € comprometi­dos en acciones de firmas españolas. Mapfre destaca que, a pesar del entorno tan volátil en 2020, esta cartera acumulaba plusvalías latentes y el año pasado no se tuvieron que realizar dotaciones contra posibles pérdidas futuras por caidas en la cotización de los títulos.

La mayor parte de la inversión financiera que realiza Mapfre está enfocada a la renta fija, donde tiene 31.500 millones, de los que 23.400 millones correspond­en a deuda soberana. Una cuantía que en estos momentos de bajos tipos bajos penaliza la rentabilid­ad.

Esta situación, unida a la caída de la actividad y los extraordin­arios por deterioros y catástrofe­s naturales, ha llevado a revisar en distintas ocasiones a la compañía sus objetivos. Así, este mes ha cancelado su propósito de alcanzar unos ingresos totales de al menos 28.000 millones a finales de 2021, una cuantía que anteriorme­nte se había fijado en 30.000 millones. La facturació­n por primas y por inversione­s se mantendrá estable. La asegurador­a, asimismo, ha modificado su guía de beneficios y ahora centra el foco en los resultados ordinarios. Espera que estos mejoren un 6% y alcancen los 700 millones en diciembre. Con ello, la rentabilid­ad (ROE) del grupo podría llegar al 8%.

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