El bono americano subirá hasta el 2% su interés sin dañar a la bolsa
Los analistas defienden subidas en las acciones en periodos de alzas de tipos
Si hay un mantra que ha cimentado la base del mercado alcista en la bolsa americana en el último año es aquel del “no hay alternativa” (TINA por sus siglas en inglés y los aficionados a las jergas financieras). Durante 104 de los últimos 120 meses, la rentabilidad de los dividendos del S&P ha estado a una distancia aproximada de 100 puntos básicos de los rendimientos de los bonos. De hecho, hasta no hace mucho, más del 60% de valores del índice pagaba un dividendo con rentabilidad superior a la del bono a 10 años.
Sin embargo, los rendimientos de los bonos del Tesoro a largo plazo no han dejado de subir desde finales de agosto, acelerándose desde el 9 de noviembre, cuando Pfizer y BioNTech presentaron su vacuna contra el Covid. La deuda americana a 30 años genera ya una rentabilidad cercana al 2,51% desde el 1,6% previo a la vacuna. Y el treasury a 10 años escalaba esta semana al 1,74%, una brecha sustancial desde el 0,8% de hace cuatro meses.
Una dinámica que amenaza la consigna que ha postulado a la bolsa como la principal opción entre algunos inversores. “La subida de tipos no es mala para la renta variable dado que esta ha generado rendimientos positivos en 13 de los últimos 15 ciclos de alzas de tipos”, recuerda Savita Subramanian, estratega de Bank of America Securities (BofAS).
Dicho esto, reconoce que a medida que el rendimiento del bono a 10 años se acerca al 1,75%, como esperan sus compañeros en la mesa de renta fija que ocurra próximamente, las oportunidades para las empresas con mayor rendimiento de dividendos caerían por debajo del 50%. Esto podría empezar a socavar el atractivo de las acciones.
No obstante, es cierto que el nivel de los rendimientos del bono americano a 10 años a partir del cual los inversores vuelven a posar sus miradas sobre la renta fija difiere según el contexto. El rango entre el 1,5% y el 2%, donde actualmente nos encontramos, es el rendimiento por encima del cual, tras la crisis financiera de 2008, la asignación media recomendada a las acciones ha sido de alrededor del 50%, por debajo de la actual del 58,4%.
El 3% es la rentabilidad implícita del precio anual del S&P hasta 2031, según su relación actual entre el precio y los beneficios normalizados (un modelo que explica más del 80% de rentabilidades a largo plazo del
S&P 500). Un rendimiento equivalente, pero libre de riesgo, de los bonos se compararía favorablemente.
Baja el peso a bolsa
El tramo entre el 4% y el 5% se postula como el nivel en el que el diferencial entre el rendimiento de los dividendos del S&P y el del bono hace que realmente disminuyan las asignaciones a la renta variable. Es también el nivel en el que la relación recompensa-riesgo de las acciones frente a los bonos se inclina favorablemente hacia los bonos.
“Nadie debería preocuparse por el hecho de que los rendimientos de los bonos se sitúen por encima de los dividendos ni ahora ni en los próximos años”, reitera John Normand, jefe de estrategia fundamental de activos de J.P. Morgan. Según explica, todos los mercados alcistas a este lado del Atlántico de los últimos 30 años se han producido con dividendos por debajo de los rendimientos de los bonos, ya que los primera daban de forma constante en torno al 2% y el segundo ha sido una variable algo alineada con la tasa de crecimiento del PIB nominal.
Además, destaca cómo solo una pequeña minoría de los inversores basa su asignación a la renta variable y a la renta fija en los ingresos relativos ofrecidos por una u otra, ya que las acciones son una fuente de ingresos de alta volatilidad y mayor riesgo. “Compran acciones para obtener plusvalías y renta fija para obtener cupones, y la ponderación de cada una de ellas está mas determinada por una visión del ciclo económico”, aclara.
El estratega de Credit Suisse, Jonathan Golub, coincide en señalar que el aumento de los rendimientos ajustados a la inflación no tiene que perjudicar a las acciones por el impulso que reciben estas con el mayor crecimiento económico.
J.P. Morgan: “No debería preocupar que el rendimiento de los bonos supere al de los dividendos”