El control de exportaciones de vacunas divide a la UE
Los escépticos temen el impacto en otras cadenas de valor y animan a ser “muy cuidadosos” con el mecanismo
La Comisión Europea aprieta la mano para asegurar que los europeos reciben las vacunas acordadas, sobre todo de AstraZeneca. El Ejecutivo comunitario presentó ayer una modificación al mecanismo para autorizar las exportaciones de vacunas producidas en la UE. Introdujo como posibles condiciones para prohibir el envío de dosis fuera de la UE la reciprocidad y la proporcionalidad (la situación epidemiológica y ritmo de vacunación en el país de destino).
De esta manera, Bruselas espera tener más control sobre todo con los envíos de vacunas de AstraZeneca al Reino Unido desde el continente, el origen del problema. La Comisión recuerda que 11 millones de vacunas ya han sido exportadas desde su territorio a suelo británico, mientras que ninguna ha hecho el camino contrario. Desde que se activó el mecanismo en febrero, la UE ha aprobado 381 envíos a países terceros, y solo prohibió uno de AstraZeneca desde Italia a Australia.
La propuesta será discutida hoy por los líderes europeos en la cumbre telemática. El borrador de conclusiones, al que tuvo acceso elEconomista, da la bienvenida a que se prolongue el mecanismo, que caducaba a finales de mes. Sin embargo, los Estados miembros están divididos sobre su endurecimiento y la posibilidad de bloquear envíos si no hay reciprocidad o proporcionalidad.
Fuentes diplomáticas explican que su reforzamiento plantea “incomodidades” a países muy vinculados comercialmente con el Reino Unido, como Irlanda, y a otros
Hasta la fecha solo se ha prohibido el envío de un retén de dosis con destino Australia
que son naciones exportadoras y temen el impacto en el comercio o en las cadenas de valor.
Un alto cargo diplomático de uno de los países escépticos indicó que
“hay que ser muy cuidadoso”, dadas las consecuencias que se podrían desatar con un posible bloqueo de un envío. Y si al final hace falta activar el mecanismo, pide que la Comisión informe por adelantado del posible impacto en otras áreas comerciales. España está entre los que apoya el endurecimiento. Fuentes de Moncloa señalan que el instrumento no va contra ningún país, pero los socios tienen que ser firmes para que se cumplan los contratos con las farmacéuticas.