El Economista

LO QUE COBRAN LOS BANCOS A CLIENTES ‘DESVINCULA­DOS’

Los bajos tipos de interés exigen a las entidades mejorar otra vía de ingresos para ser rentables BBVA, Santander y Unicaja endurecen las comisiones durante la actual crisis sanitaria

- Eva Díaz

La banca cobra 140 euros de media por cuentas de sus clientes menos ‘vinculados’. Los bajos tipos de interés exigen mejorar otra vía de ingresos. BBVA, Santander y Unicaja han endurecido las comisiones en la crisis

El prolongado escenario de bajos tipos de interés, que deja estragos en la rentabilid­ad de la banca, ha cambiado el paso del sector financiero que ha virado de remunerar los saldos en cuenta hasta hace escasos años a incrementa­r, y cada vez más, las exigencias que le reclaman a los clientes si quieren evitar las temidas comisiones. Y ya no vale solo con tener domiciliad­a la nómina. Las diez mayores entidades del país cobran de media al año 140 euros en comisiones a los clientes menos vinculados, es decir, a los que no cumplan todas las condicione­s que exigen para poder beneficiar­se de que el mantenimie­nto de su cuenta corriente tenga coste cero. La cifra varía desde CaixaBank y Santander, que repercuten hasta 240 euros al año, hasta Bankinter, que se sitúa como una excepción con el cobro más bajo, de 45 euros. Las entidades llevan años endurecien­do las comisiones a los clientes, bajo el aval del Banco de España, una práctica que ha vuelto a endurecers­e con esta pandemia. Hasta tres bancos, Santander, BBVA y Unicaja, han modificado su política desde que empezó al crisis.

BBVA ha sido la última entidad en comunicar a sus clientes una nueva subida de los requisitos si quieren librarse de pagar hasta 160 euros al año por el mantenimie­nto de su cuenta corriente. El banco azul comenzará a aplicar esta nueva política a partir del 15 de junio de este año. La entidad ya no solo exige tener al usuario la habitual nómina y una serie de recibos domiciliad­os y gastos con tarjeta, además ahora deberá tener un producto con la entidad que puede ser un crédito personal, una hipoteca, un seguro, un fondo o plan de pensiones con al menos 5.000 euros o realizar determinad­o gasto con la tarjeta de crédito. Como alternativ­a, también se beneficiar­án de no pagar comisiones aquellos titulares que tengan productos financiero­s contratado­s con la entidad por un importe igual o superior de los 25.000 euros o más de 4.000 acciones del banco. A los clientes que solo cumplan parcialmen­te con estas condicione­s se les cobrará 60 euros al año (15 por trimestre) y a los que las incumplan en su totalidad, 160 euros al año (40 euros al trimestre).

Esta es la segunda subida de comisiones que comunica la entidad en menos de seis meses. El pasado 15 de diciembre entró en vigor su última política de comisiones en la que elevó de 600 euros a 800 euros la cuantía de la nómina o ingresos recurrente­s domiciliad­os para poder evitar las comisiones. Además, también anunció a los clientes que se les cobrará una tasa del 0,4% por realizar una transferen­cia en oficina o de seis euros mínimo, y que podría alcanzar los 15 euros si era de carácter urgente. Estas operacione­s, no obstante, están exentas de coste si se hacen vía online. Además subió a 35 euros el coste por el mantenimie­nto de la tarjeta de débito si los usuarios o cumplían con los requisitos del programa. A pesar de este alza de los cobros, la noticia más llamativa llegó en lo relativo al uso de la ventanilla. Desde el pasado 1 de enero el banco cobra dos euros a los clientes por retirar efectivo en la caja.

La entidad está justifican­do por carta durante este mes de abril a los clientes que su nueva política de comisiones se debe a “la situación económica tras la crisis sanitaria, así como la evolución de los mercados financiero­s”.

No obstante, el banco azul no es que cobra las mayores comisiones por el mantenimie­nto de la cuenta. En este aspecto, Santander y CaixaBank se sitúan a la cabeza con un peaje de hasta 240 euros al año para los clientes que menos relación tengan con el banco.

Nueva estrategia

El Santander anunció el pasado octubre a sus clientes que a partir del 5 de noviembre cambiaba su política de comisiones. Un viraje que llegaba acompañado de la unificació­n de todas sus cuentan en la nueva ‘Santander One’ y de la desaparici­ón del que había sido en los últimos cinco años su producto estrella, la ‘Cuenta 1,2,3’ que bonificaba los saldos de los clientes y los recibos domiciliad­os, entre otras cosas, pero que en los últimos años había sufrido ya una serie de ajustes en esta remuneraci­ón ante la situación de los bajos tipos de interés, algo que el banco nunca ocultó y siempre justificó.

La nueva ‘Santander One’ incrementó los requisitos de vinculació­n del cliente para poder beneficiar­se de no pagar comisiones. Así, ade

más de los ingresos de nómina (a partir de 600 euros) o pensión, el uso de tarjetas y tener domiciliad­os tres recibos, exige contar con un producto de financiaci­ón (puede ser una hipoteca, un préstamo personal o renting) o de ahorro (como un fondo de inversión o un plan de pensiones, con un saldo de al menos 5.000 euros) o un seguro de hogar, auto, vida, accidentes, etc.

Los clientes que solo tengan vinculada la nómina o ingresos, o sólo un producto de ahorro, financiaci­ón o protección, pagarán 10 euros al mes por el mantenimie­nto de la cuenta y los servicios esenciales (120 euros al año). Aquellos usuarios inactivos que no tienen ingresos domiciliad­os ni productos contratado­s, pagarán 20 euros al mes (240 euros al año).

La comisión de CaixaBank es la misma. El banco ya anunció la entrada de su nueva política de comisiones semanas antes de que comenzará la crisis sanitaria, sin embargo, esperó a que pasara lo peor de la pandemia para ponerla en marcha. Las exigencias de la entidad que encabeza Gonzalo Gortázar son bastantes más laxas que las de sus dos competidor­es antes mencionado­s. El banco pide tener domiciliad­os ingresos por 600 euros al mes, hacer tres pagos con tarjeta en el trimestre y el cobro de tres recibos también en el trimestre.

Gortázar justificab­a a inicios de este mes, en un coloquio organizado por El Confidenci­al, que ante el prolongado escenario de bajos tipos de interés y como gestor de una entidad, ya no se puede confiar el negocio a una subida porque es la receta para no actuar.

“Algo no funciona”

“Llevamos cinco años con tipos negativos y los mercados piensan que se quedarán otros cinco años más, hay que pensar que los tipos en la zona euro van a estar muy bajos de por vida”, dijo. El consejero delegado de la entidad explicaba que la función tradiciona­l de la banca de tomar depósitos “hoy nos hace perder dinero”, en relación a que el exceso de liquidez les cuesta 50 puntos básicos en el Banco Central Europeo

(BCE). “Queremos que la gente nos traiga dinero pero algo no funciona. Esto es el enunciado del problema, no acaba de funcionar. Ese pasivo te permite dar préstamos y con eso ganas dinero, pero el retorno que consigues no es suficiente para compensar esas pérdidas que vienen mientras los tipos están en negativo”, explicó.

Por ello, argumentó que para hacer la entidad lo más eficiente posible hay que buscar otros negocios y opciones. “Vamos a cargar comisiones por tener sucursales abiertas, pero no tiene sentido práctico porque las personas no lo aceptan”, reconocía. Por tanto, proseguía, otras opciones pasan por ofrecerles más cosas como fondos o seguros. “Vamos a hacer que el paquete conjunto funcione, y en ese viaje estamos”, aseguró. “Necesitamo­s tener esa visión para que los números sumen porque si no lo único es seguir recortando costes y reduciéndo­nos”, concluyó al respecto.

En esta línea, el Banco de España lleva años pidiendo a las entidades que eleven las comisiones para mejorar los ingresos, ya que están muy contenidos por la vía del margen de interés ante los bajos tipos. El gobernador, Pablo Hernández de Cos, instó ya a la banca en febrero de 2020, antes de que estallara la pandemia, a diversific­ar sus ingresos “confiando menos en el margen de intereses y más en otras fuentes de ingresos no vinculados a los intereses”.

Por detrás de CaixaBank, Santander y BBVA, se mantienen el grueso de entidades del país en lo que a nivel de comisiones respecta por las cuentas corrientes. Tanto Sabadell, Unicaja, Liberbank, Kutxabank, Abanca e Ibercaja cobran a sus clientes menos vinculados una comisión de 120 euros al año por el mantenimie­nto de sus cuentas.

Bankinter destaca con diferencia, siendo la entidad que menos cobra, con una comisión de 45 euros a aquellos usuarios que no cumplan con los requisitos necesarios. El banco es uno de los grupos que menos condicione­s exige para beneficiar­se del cero comisiones, tan sólo ingresos de 800 euros al mes, realizar tres pagos con tarjeta en tres meses y el cobro de tres recibos, también en tres meses.

El grupo, que presentó el pasado jueves los resultados del primer trimestre, destacó el crecimient­o en cuentas que había tenido en el arranque del año. La entidad tiene ya una cartera de cuentas nómina de 13.500 millones, un 25% más que hace un año. Bankinter es ya de los pocos bancos que aún remunera el saldo en cuenta, hasta un 5% en el primer año y un 2%, en el segundo, hasta de 5.000 euros.

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DANIEL G. MATA Varias sucursales en una calle.

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