El ‘Govern’ de Junts y ERC va camino de los 240 días en funciones
Cataluña acumula 210 días con gobierno autonómico en funciones desde que el Tribunal Supremo inhabilitó a Quim Torra como presidente de Cataluña el 28 de septiembre, al ratificar su condena por desobediencia al negarse a retirar símbolos independentistas de los edificios de la administración catalana en periodo electoral en 2019. Y las exigencias y parsimonia de Junts per Catalunya para aupar a la Generalitat a ERC tras las elecciones del 14 de febrero apuntan a que el Ejecutivo provisional actual puede llegar a los 240 días, cota que alcanzará si se agota el plazo para formar Govern antes de una convocatoria automática de una nueva cita electoral autonómica. Cual día de la marmota de las dos últimas legislaturas en Cataluña, aunque con diferentes protagonistas, las estrategias partidistas de las formaciones independentistas llevan a eternizar el relevo al frente de la Generalitat, lo que perjudica a los ciudadanos y las empresas por la parálisis gubernamental, con las repetidas prórrogas presupuestarias como máximo exponente. Pero en esta ocasión se suma el agravante de que las elecciones anticipadas de febrero fueron consecuencia de un pacto entre neoconvergentes y republicanos para no ocupar el cargo ni el despacho de Torra tras su inhabilitación, precisamente en plena lucha contra una pandemia sin precedentes en la era moderna que requiere de decisiones rápidas y de apoyo ante una grave crisis sanitaria, económica y social. El Gobierno catalán en funciones actual no puede aprobar los Presupuestos de 2021 -y ya estamos a las puertas de mayo- porque solo puede sacar adelante decretos ley, pero no anteproyectos de ley. Además, Aragonès no tiene plenas competencias de presidente, de forma que no tiene la capacidad de cesar ni nombrar consellers ni convocar elecciones. Esta interinidad permite la gestión cortoplacista a golpe de parches ejecutivos y activación de líneas de crédito, pero entorpece la necesaria planificación y preparación para afrontar la postpandemia, como recuerdan una y otra vez patronales, sindicatos y entidades sociales, que claman por un nuevo gobierno estable. ERC insiste en cerrar esta semana un acuerdo con la formación liderada por Carles Puigdemont desde Waterloo (Bélgica), mientras Junts per Catalunya sigue dando largas con la excusa de que un ejecutivo fuerte y estable requiere de tiempo para evitar repetir las incontables crisis del Govern anterior, que de hecho Torra dio por finiquitado en enero de 2020, pero alargó aludiendo al estallido de la pandemia. Y así, siguen pasando los días y la Generalitat sigue trabajando en funciones.