Pensiones: reforma aún a medias
Las penalizaciones a la jubilación anticipada sólo se endurecerán en un 10% de los supuestos ahora previstos
Uno de los objetivos medulares de la futura reforma de pensiones pasa por acercar lo más posible la edad real de jubilación a aquélla que la ley establece. Para ello, es indudable que el Gobierno tiene que conjugar los incentivos para alargar la vida laboral y las penalizaciones a la jubilación anticipada. En la propuesta que ya maneja el Ministerio de Seguridad Social, resulta dudoso que se haya logrado el equilibrio entre ambos extremos. Sin duda, las penalizaciones previstas muestran, en algunos casos, un endurecimiento notable, ya que la reducción aplicada puede pasar del 16% actual al 21%. Ahora bien, esa situación se da sólo en unos casos muy limitados, los propios de aquellos trabajadores que acceden a la jubilación anticipada lo más rápido que la ley les permite, es decir 24-23 meses antes de la edad legal de retiro. Sin embargo, quienes retrasen esa decisión a partir de ese límite, aunque sea mínimamente (basta un mes menos), se encontrarán con unas penalizaciones menores que las actuales. Así, una persona con 38 años cotizados que se retire 22 meses antes de la edad legal, verá cómo su pensión mengua, no un 16% como ahora ocurriría, sino un 14,6%. En conjunto, se puede decir que el 90% de los supuestos que se prevén para la jubilación anticipada se van a beneficiar de penalizaciones más reducidas respecto a las que ahora están en vigor. Sin duda, el Ministerio busca aplicar unos coeficientes reductores más progresivos, capaces de premiar a quienes anticipen lo menos posible su jubilación. No obstante, se plantea el riesgo de que la futura reforma haya puesto demasiado el acento en este aspecto, y no sea eficiente a la hora de disuadir a quienes buscan abandonar el mercado laboral demasiado pronto.