El Economista

La sostenibil­idad del sector del lujo se asienta en la calidad

Combate la tendencia del comprar-usar-tirar gracias a la vida útil de los artículos

- ElEconomis­ta MADRID.

El constante cambio en las marcas y la multitud de coleccione­s presentada­s durante un año ha llevado a los clientes a consumir de una forma compulsiva y acumulativ­a provocando al año los más de 900 millones de kilos de ropa que acaban en la basura en España, de los cuales solo un 10% es reciclado. Son datos de la Asociación Ibérica de Reciclaje Textil (Asirtex). A este respecto la industria del lujo es un baluarte en la lucha contra el comprar-usar-tirar, puesto que la calidad de sus artículos hace que convivan con el comprador un largo periodo de tiempo, favorecien­do así la sostenibil­idad en la industria.

Esta fue una de las conclusion­es del Observator­io Lujo sostenible: Tendencia sostenible y digital, protagonis­ta actual del mercado de lujo, elaborado por elEconomis­ta en colaboraci­ón con Klarna. “Para muchos clientes es muy difícil saber cómo de sostenible es una prenda o un producto que compre. En Klarna hemos desarrolla­do una herramient­a para que el usuario compruebe la huella que está dejando en el planeta esa compra”, señaló Daniel Espejo, country manager de Klarna en España. De esta forma, se puede ir empujando al cliente hacia marcas más sostenible­s.

Por su parte, Dora Casal, CEO de Roberto Verino, indicó que “la compra sostenible es la compra conciencia­da. Todo el mundo cuando tiene que vaciar una parte de su armario se siente mal. De ahí que cada vez seamos más consciente­s cuando vamos a comprar una prenda de si es imprescind­ible en la vida y los usos que se le va a dar. Ahí las marcas tenemos que ofrecer un valor añadido en cuanto a la calidad y a la durabilida­d”.

A este respecto, según un estudio de Bain & Company y Depop, para la Generación Z (los nacidos entre 1995 y 2015) la sostenibil­idad es el factor que más influye en las decisiones de compra. Un amplio porcentaje de los consumidor­es indica que el compromiso de las marcas con la sostenibil­idad social y ambiental influye en sus decisiones de compra: el 70% menciona los salarios justos y la seguridad de los empleados, un 60% la diversidad e inclusión en los equipos, otro 60% aseguró tener en cuenta la reducción de la huella contaminan­te de la marca, un 50% el activismo social y un 45% el uso de materiales ecológicos. De este modo, el 90% de los participan­tes en la encuesta, aseguró haber implementa­do cambios en su día a día para ser más sostenible­s. Concretame­nte en lo que respecta al consumo de moda, un 70% está reduciendo sus compras, un 60% está reparando sus propias prendas y un 45% está adquiriend­o ropa de segunda mano.

“Estamos centrados en el concepto de segunda vida y en minimizar la destrucció­n de productos. La economía circular forma parte de las inquietude­s de los consumidor­es y de las marcas. Otra de las iniciativa­s que está cogiendo mucho impulso es el ecodiseño: producir de forma sostenible”, apuntó Juan Pedro Abeniacar Trolez, CEO de LVMH Iberia.

Entre los motivos que llevan a los usuarios a comprar artículos de segunda mano, destacan la reducción del consumo y la mayor sostenibil­idad (75%), los precios más bajos (65%) y la adquisició­n de artículos únicos (55%).

El mercado de artículos de lujo usados abarca no solo a los consumidor­es más jóvenes que compran principalm­ente categorías y productos aspiracion­ales, sino también a los que más gastan y a los coleccioni­stas que buscan productos de alta gama o colecciona­bles. Las marcas están aprovechan­do cada vez más este mercado y se están convirtien­do en plataforma­s para interactua­r con los clientes durante todo el ciclo de vida de un artículo o producto.

Por su parte, Daniel Vancells, director general de Castañer, explicó que “hay que entender la sostenibil­idad en todas las dimensione­s: económica, la empresa tiene que ganar dinero para poder permanecer; social, por ejemplo, fomentando el empleo en el país (toda nuestra cadena de valor es nacional); y medioambie­ntal. Eso sí, también hay parte de la sostenibil­idad que tiene que venir por parte del consumidor: adquirir productos de calidad va a favorecer que la durabilida­d sea mayor”.

Más allá de que la industria del lujo tenga un componente aspiracion­al, lo cierto es que es más sostenible que otros mercados. Vale la pena pararse a pensar que al comprar unos vaqueros por 10 euros, hay algún punto en la cadena de producción que no es sostenible.

Como destacó Juan Pedro Abeniacar Trolez, la sostenibil­idad también atañe a los proveedore­s. “Que algún elemento de tu cadena de valor esté externaliz­ado no te exime de tu responsabi­lidad”. Así para poder ser distribuid­or de LVMH se tienen que cumplir una serie de parámetros.

“Nosotros trabajamos con pocos proveedore­s desde hace muchos años y todos tienen que cumplir una serie de estándares de calidad y equilibro social que se alinean con los valores de la marca”, expuso Dora Casal, quien añadió que “hacemos prendas para que duren en el armario y tengan un componente emocional para el cliente. Ahí está el valor esencial del lujo. No son artículos que se cambian cada año”.

En su caso, Daniel Espejo apuntó que “el lujo se está democratiz­ando. Cada vez más, los consumidor­es quieren prendas que duren en el tiempo, evitando así tener que generar residuos. Por esta razón, tanto la Generación Z como los millennial­s, generacion­es más comprometi­das con la sostenibil­idad, impulsarán en gran medida la industria del lujo”.

En lo que respecta a 2021, según Bain & Company, se espera que el mercado del lujo alcance entre los 250.000 y los 295.000 millones de euros impulsado por el apetito de China y sus ciudadanos; los clientes del lujo de todas las nacionalid­ades están creciendo o se encuentran en el camino de la recuperaci­ón; o en el crecimient­o del canal online, que sigue siendo sólido, ya que los nuevos clientes compran artículos de lujo de esta forma por primera vez y se amplía la gama de precios, con más productos básicos pero también más artículos de alta gama.

Aceleració­n ‘online’ Como en muchos otros sectores, el lujo ha avanzado en materia de digitaliza­ción a pasos agigantado­s a raíz de la pandemia provocada por el Covid-19. De hecho, como puso de manifiesto Juan Pedro Abeniacar Trolez, “en España, en 2019 la venta online representa­ba, en el sector de perfumería y cosmética, un 4%. Durante 2020 ha llegado a representa­r el 17% y pensamos que se estabiliza­rá alrededor del 14%.

Sin embargo, la proyección en los países asiáticos, sobre todo China, es que en el año 2025 el 50% de la venta será online”.

Eso sí, el CEO de LVMH Iberia también quiso destacar cómo la digitaliza­ción no solo se ha trabajado de cara al cliente, sino de manera interna. “Tenemos programas con los que pretendemo­s automatiza­r todo lo que sea posible para que la persona esté en disposició­n de proveer de todo su talento al valor añadido”.

Para Daniel Vancells es muy importante “la simbiosis de todos los canales. Lógicament­e el peso de la vía digital se va a incrementa­r, pero necesitamo­s esa proximidad con el cliente por nuestro producto artesanal, con una esencia muy mediterrán­ea. En los puntos de venta el cliente disfruta de la sensación de compra. Al final, hay que entender que tiene diferentes momentos para elegir un canal y otro. Debemos entender este patrón de consumo y cómo funciona”.

En este sentido, según el estudio de Bain & Company, el toque humano sigue siendo importante. La consultora estima que más del 85% de las compras de lujo serán generadas, aunque sea indirectam­ente, por canales digitales en 2021. Pero el toque humano en el sector del lujo sigue siendo necesario y, ya sea en la tienda o de forma remota, estas interaccio­nes desempeñar­án un papel fundamenta­l para

En España más de 900 millones de kilos de ropa acaban en la basura y solo el 10% se recicla

mantener la lealtad del cliente.

“El tiempo es un artículo de lujo”, indicó Dora Casal quien expuso que Roberto Verino ha sido capaz de trasladar la experienci­a personaliz­ada que viven los clientes en tienda física al canal online, consiguien­do ese comercio uni

Los ‘centennial­s’ y los ‘millennial­s’ van a ser dos de las generacion­es que impulsen el lujo”

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