FORMACIÓN
Celaá convierte toda la FP en Dual con la nueva legislación
Pocos meses después de la aprobación de la nueva ley de educación, conocida como Lomloe, Isabel Celaá, ministra de Educación y FP, ha llevado al Consejo de Ministros en primera lectura el anteproyecto de la norma de Formación Profesional, que pretende regular el conjunto del sistema, el marco de las cualificaciones profesionales, el modelo de FP y las ofertas de formación. Con este paso hacia adelante el Ejecutivo pretende que toda la Formación Profesional tenga carácter Dual, es decir, que la formación teórica práctica recibida en un centro educativo se combine con la actividad práctica en un centro de trabajo. Las cifras de esta modalidad no han dejado de crecer en estos últimos años. De hecho, en el curso 2019-2020, un total de 32.919 alumnos se matricularon en FP Dual, 6.579 estudiantes más que el curso anterior y 10.333 más que en 20172018. Sin embargo, en términos reales estos estudiantes solo representan el 4,2% del total de FP.
Desde hace un tiempo, el Gobierno ha centrado su atención en la Formación Profesional por la alta empleabilidad y el bajo desempleo que tiene. Además, uno de los problemas principales de España en la actualidad es que tiene muchos trabajadores con estudios universitarios, a menudo sobrecualificados y muchos empleos de baja cualificación, pero flojea en perfiles con cualificaciones intermedias: las empresas tienen dificultades para cubrir uno de cada dos puestos de estas características. Es por eso por lo que en los próximos años se destinarán 2.200 millones, procedentes de los fondos europeos, a acrecentar la formación de jóvenes estudiantes y trabajadores, según las necesidades detectadas.
En la nueva legislación todas las ofertas formativas tendrán carácter acreditable, estatal y europeo, y se podrán acumular. Esta norma va a actualizar hasta el 80% de las cualificaciones profesionales existentes y doblar el número de trabajadores formados en España, donde la mitad de su población activa no puede acreditar sus competencias profe
sionales. Con este nuevo sistema se busca satisfacer la carencia de perfiles técnicos que vienen demandando las empresas y ofrecer una nueva dimensión de la FP.
En este sentido, las formaciones se clasifican de A a E en función de las características del conocimiento y las horas invertidas. El tipo A son microformaciones, específicas para empleados, de 30 a 50 horas de duración. El B equivale a un módulo formativo asociado a una unidad de competencia, la mínima acreditable en titulaciones de FP o certificados de profesionalidad. El C corresponde a certificados y titulaciones profesionales. El D pertenece a los ciclos formativos de larga duración, por los que se obtiene una titulación básica, técnica o superior, y el E a máster de especialización.
Entre las novedades más destacadas de este nuevo proyecto destaca, como se mencionaba al principio, que toda la formación de larga duración tendrá carácter dual, con al menos un 25%-35% de horas lectivas que se realizarán en centros de trabajo, con un tutor “laboral”. Precisamente el tutor del centro y el tutor de la empresa tendrán un papel relevante en esta nueva etapa. Para que estas figuras mantengan una vinculación entre ellas se establecerá un mecanismo de integración de los profesores de los centros dentro de las empresas que permita una actualización de los conocimientos y una mayor percepción de la realidad empresarial.
▶ La mitad de la población activa no puede acreditar sus competencias profesionales
El futuro es Dual
La formación en el trabajo no es la integración en una empresa con una tarea, sino el aprendizaje de competencias laborales diseñadas específicamente para el alumno. La dual de mayor intensidad lleva vinculado un contrato laboral. De esta forma, las autonomías podrán desarrollar su propia regulación y adaptarla a las características del tejido empresarial de sus territorios. Las palabras son importantes en la nueva ley de FP, que deja de hablar de Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales para hacerlo de “Catálogo de Estándares de Competencia Profesionales”.
Este texto inicia ahora su tramitación formal con las aportaciones de interlocutores sociales e informes para volver de nuevo al Consejo de Ministros. Más adelante comenzará con la tramitación parlamentaria en ambas cámaras en el último trimestre del año.