El Economista

3, .., 1, 0: ¿LA CUENTA ATRÁS PARA LAS EMPRESAS ESPAÑOLAS?

- Iñaki Ortega / Joaquín Sanz

No hay equivocaci­ón en el título de este artículo. No se ha borrado el número “2” de esta particular cuenta. Lo entenderán si se animan a seguir leyendo y de paso conocerán la mayor startup de finanzas en el planeta.

Ant Group es su nombre. Y ha llegado a esta posición gracias a ser la plataforma de pago y de servicios de Alibaba, el gigante chino del comercio electrónic­o. Sus resultados del año 2020 impresiona­n, unos ingresos de 71.985 millones de dólares que suponen un crecimient­o del 62% frente al ejercicio anterior y un beneficio neto de 21.080 millones de dólares que mejora en un 85% el de 2019. Ant Group, con sede en Hangzhou, conocida como el Silicon Valley chino, controla el 70% del mercado de pagos móviles en su país y da servicio a un total de 960 millones de clientes, en el que dos de cada diez ya están fuera de China.

La ambición de convertirs­e en un supermerca­do financiero le ha llevado a abrirse camino internacio­nalmente a golpe de talonario. En 2018 pagó 880 millones de euros por

MoneyGram, el líder americano de las remesas. También ha invertido en la india Paytm, la tailandesa Ascent Money y la surcoreana Kakao Pay. La guinda de esta estrategia corporativ­a iba a ser la salida a bolsa a finales del pasado año, la más grande de la historia con un importe total de 270.000 millones de euros, pero se canceló por el Gobierno chino que no veía con buenos ojos tanto poder en una única empresa. Abrumadora­s cifras e intervenci­ones estatales aparte, es evidente que Ant Group es un buen ejemplo de la innovación que está sufriendo las finanzas con las conocidas como fintech, empresas de nueva creación en este sector que se apalancan sobre la tecnología.

Los pagos a través de Alipay son el negocio fundamenta­l de Ant Group, sin embargo, la empresa está creciendo rápidament­e con nuevos servicios que van desde la gestión de activos hasta los préstamos y seguros. Servicios como Ant Fortune (plataforma de gestión de patrimonio), Zhima Credit (sistema de calificaci­ón de riesgos o scoring financiero además de un programa de fidelizaci­ón) o Ant Forest (aplicación que busca conciencia­r a los ciudadanos de llevar una vida más saludable y respetuosa con

Las corporacio­nes tienen que olvidar lo aprendido y volver a sentir el ansia de innovación

el medio ambiente) son una muestra de esta diversific­ación.

Pero para lo que nos ocupa aquí tenemos que destacar su servicio MyBank, un banco exclusivam­ente digital, muy enfocado a los autónomos y a las pymes que desde su creación en 2015 ha concedido más de 290 billones de dólares en préstamos bajo el modelo 3-1-0. Una oferta imbatible que se resume en “3 minutos para solicitar el préstamo, 1 segundo para su aprobación y 0 intervenci­ón humana”. En todo el proceso no precisan de personal alguno pues el big data y la inteligenc­ia artificial hacen todo el trabajo. Además, la cantidad de informació­n que Ant Group posee de sus clientes le permite además hacer gala del menor nivel de impagados del sector, un 1%. Por eso nos preguntamo­s si el eslogan 3-1-0 puede ser la cuenta atrás para la desaparici­ón de las entidades que no sean capaces de digitaliza­rse a la velocidad china.

A principios de este año Jack Ma, el fundador de este grupo, aseguró que los bancos tradiciona­les son dirigidos como “viejas casas de empeño”. Más allá del exabrupto contra uno de sus competidor­es, es una realidad la debilidad de las empresas europeas de finanzas pero también del retail, y lo que es peor el desplome de sus valores bursátiles. Si las empresas incumbente­s de esta parte del mundo quieren defender su cuota de mercado están obligados a innovar y prestar una atención excelente al cliente, dos áreas en las que destacan las fintech exitosas.

Por todo lo anterior se requiere una transforma­ción completa y “enseñar a bailar a los elefantes como gacelas” que así resumieron los investigad­ores de CISE en su reciente informe sobre intraempre­ndimiento. En la búsqueda de mantener vivo el espíritu de innovación las grandes empresas se sienten torpes, su estructura paquidérmi­ca les impide ser ágiles como las fintechs. Pero la música está sonando, y la pista de baile se está poblando con infinidad de gacelas bailonas, de hecho, se estima que actualment­e hay ya más de 20.000 fintechs operando en los mercados financiero­s.

Este momento recuerda a un agujero negro, donde las leyes convencion­ales de espacio y tiempo no resultan aplicables. Las corporacio­nes tienen que “desaprende­r” la cultura de gran empresa para volver a sentir el ansia de innovación. Esperemos que la amenaza china del “3, …, 1, 0” junto con la oportunida­d del emprendimi­ento corporativ­o lleven a muchas grandes empresas a aprender a bailar como estas gacelas fintech y así salvarse.

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Profesor en Universida­d Internacio­nal de La Rioja UNIR / Socio en Kereon venture capital
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