ANIMAN LA CAMPAÑA DE CEREAL
En el comienzo de la cosecha se registran cotizaciones no vistas en 15 años
Este año ganaremos más dinero, pese a que la cosecha no será tan abundante como el pasado”, asegura un joven agricultor de Castilla y León. Y es que el arranque de campaña nada tiene que ver con lo que se vivía el año pasado por estas mismas fechas. Los precios de la cebada se sitúan en los 200 euros por toneladas, frente a los 144 que se ofrecían hace un año a pie de campo. Precios “que no se conocían desde hace 15 años” y que se extienden al trigo. Algo similar ocurre en guisante, que pasa de 180 o 230, colza o maíz, completamente disparado. Incluso en el girasol, las expectativas son altas pese a que estamos muy lejos de la siega.
El elevado consumo y la mayor demanda de países como China, además de las menores existencias disponibles son los principales factores que han disparado los precios de los cereales que, en algunos casos, como el maíz, ha llegado en la actual campaña a niveles históricos con incrementos del 55%.
Sin embargo, todavía no se puede afirmar que esta campaña vaya a ser histórica. “Aún nos encontramos inmersos en el weather market, es decir, la climatología todavía no ha dicho su última palabra en muchos lugares y, por tanto, las
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producciones y disponibilidad están todavía por determinar y, por ende, las cotizaciones. No obstante, se tiene la sensación de que, a pesar de que la mayoría de las previsiones globales de producción auguran cifras récord, también se espera un aumento del consumo. Esto puede tener como consecuencia la disminución de los stocks finales de campaña y una presión añadida a un mercado ya tenso”, explica José Manuel Álvarez, secretario general de Accoe (Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas de España).
Voracidad china Pero, ¿qué ha sucedido para que en esta campaña que termina se haya producido este incremento en los precios, que ha sido todavía más significativo en la recta final? “El mercado cerealista mundial es un mercado de necesidades crecientes. Es decir, la demanda está aumentando a un ritmo que a la oferta le es difícil seguir. Es obvio que, cuando esto sucede, la tendencia de las cotizaciones es al alza”, indica José Manuel Álvarez, quien apunta a la confluencia de varios factores como el aumento espectacular del consumo en China para recuperar su cabaña porcina; la reducción de producción de maíz y soja en algunos de los principales productores mundiales y la entrada a escena de fondos de inversión especulativos atraídos por la volatilidad y perspectivas de ganancias.
Un último factor éste que resaltan desde COAG, cuyo responsable de cereal, José Roales, manifiesta que “es especulación pura y dura. Son fondos buitre que desde que reventó la burbuja de la construcción han aterrizado en la agricultura por los precios. No tiene ningún sentido que en estos momentos y, a la altura de la cosecha en España, haya estos niveles de precios.
La situación actual es delicada porque acaba la campaña 2020-2021 y se está pendiente de Estados Unidos. Además, en el caso del maíz, el último informe de USDA, contempla un recorte en el país estadounidense para la campaña 2021-2022 al pasar de 38,3 millones de toneladas en la estimación de mayo a 34,5 millones de toneladas en junio. Esto supone una disminución de 3,8 millones.
En el actual contexto, se baraja que los precios “sigan altos”, señala Catón, aunque el mantenimiento de los niveles que se han alcanzado o la posibilidad de nuevas subidas es relativo porque “en el momento en el que un producto como, por ejemplo, el maíz, sube mucho, las compras se dirigen hacia otros cereales”.
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