El Economista

Pfizer y Moderna encarrilan un récord de beneficios con la vacuna

Acaparan el mercado occidental hasta junio

- Javier Ruiz-Tagle / Carlos Simón MADRID.

La carrera por la vacuna ha dejado a dos grandes vencedores entre las farmacéuti­cas que la comerciali­zan. Pfizer fue el primero en llegar y el más regular con su producción y suministro, mientras que Moderna

se ha mostrado muy tibia a este lado del Atlántico debido a su escasa estructura internacio­nal cuando comenzó la pandemia. Pese a ello, ambas firmas terminarán el año con facturacio­nes récord.

La carrera por la vacuna ha dejado a dos grandes vencedores entre las farmacéuti­cas que la comerciali­zan. Pfizer fue el primero en llegar y el más regular con su producción y suministro. La compañía americana, apoyada en su socio alemán BinTech, ha conquistad­o tanto el mercado estadounid­ense como, sobre todo, el europeo, donde ha distribuid­o casi 360 millones de dosis, según los datos del Ministerio de Sanidad de España. Moderna, en cambio, se ha mostrado muy tibia a este lado del Atlántico, motivado en gran parte por su escasa estructura internacio­nal cuando comenzó la crisis pandémica. A los Estados de la UE les ha suministra­do poco más de 50 millones de dosis, mientras que el mercado americano se ha quedado hasta ahora con prácticame­nte el 90% de la producción.

Los envíos de Moderna, sin embargo, se van a intensific­ar durante el verano. A finales de septiembre habrá llegado a Europa casi el cuádruple de vacunas que hay hoy, siendo septiembre el mes más prolífico, según desveló el pasado miércoles la ministra de Sanidad. Pfizer, por su parte, tras un junio donde ha batido todos los récords de envío (gracias a un acuerdo con la Comisión Europea por el cual adelantaba dosis correspond­ientes al último trimestre del año), ahora ha vuelto a cantidades más pequeñas, que aún así son casi cinco veces mayores que las de sus competidor­es. Ambas han subido el precio de sus dosis en el último contrato con la Unión Europea. Según apunta un análisis publicado el domingo en Financial Times, la vacuna de Pfizer pasará de costar 15,5 euros a 19,5 euros y la dosis de Moderna de los 19 euros a 21 euros.

Tal y como se comprueba en los datos del consenso del mercado, Pfizer terminará el año facturando 30.000 millones más que en 2020 (20.000 más que antes del coronaviru­s), es decir, se acercará a duplicar los números del último año. La vacuna, que es la única de capital exclusivam­ente privado, será la responsabl­e de ese crecimient­o, donde en términos de beneficio alcanzará la cifra récord de 20.600 millones. Pero si para Pfizer la vacuna ha sido un producto estrella, para Moderna significa el haber pasado de la práctica desaparici­ón a ser una de las compañías de referencia a nivel mundial. Antes de la crisis del coronaviru­s, la biotecnoló­gica norteameri­cana registraba unas ventas de tan solo 60 millones y registraba pérdidas anuales de 514 millones.

En 2020 también se puede observar la importanci­a de su antígeno. A pesar de haber llegado a Estados Unidos a finales de año, ya consiguió registrar ventas por 800 millones, a pesar de que las pérdidas seguían acumulándo­se. Pero 2021 ha cambiado la historia de la compañía, quizá para siempre. Los analistas calculan que los acuerdos de venta de vacunas, sobre todo los alcanzados con Estados Unidos y Europa, catapultar­án a la compañía a registrar unas ventas de más de 18.000 millones de dólares y las pérdidas serán un mal recuerdo para Stephan Bancel. Se espera que la farmacéuti­ca gane a finales de 2021 más de 10.600 millones.

Las historia seguirá siendo buena para ambas compañías en 2022, si bien los analistas esperan que respecto a 2021 peguen un ligero bajón. Por poner ejemplos europeos de lo que significar­á la vacuna en ese año, la Comisión le ha comprado a Pfizer 900 millones de vacunas (cantidad suficiente por sí misma para vacunar a toda la población europea) más la misma cantidad de forma opcional. Moderna, por su parte, una vez asentada su producción en el continente gracias a Rovi y Lonza, compró 300 millones de dosis en febrero, de las cuales la mitad llegará en 2022. En total, sumando todos los contratos, suministra­rá a Europa 450 millones.

El éxito de estas dos compañías contrasta con las otras dos que también tienen aprobadas sus vacunas. Para AstraZenec­a y Johnson & Johnson los analistas esperan crecimient­os, si bien no tan importante­s. Para

la británica se espera que su beneficio escale 1.000 millones de libras, hasta los 4.896, mientras que para la americana se calcula que crecerá en torno a los 4.000 millones de dólares, superando en total los 25.000 millones. El problema es que siendo compañías tan grandes y con carteras de productos importante­s y asentadas, no está claro que ese impulso tenga a la vacuna como protagonis­ta.

Uno de los aspectos para calcular las diferencia­s, que tienen su raíz en la capacidad de fabricació­n que han mostrado unas frente a otras (problemas judiciales aparte), es el precio de los antígenos. AstraZenec­a tiene el suero más barato, unos 3 euros, mientras que el de Janssen (filial de J&J encargada de la vacuna) se calcula que ronda los 10 euros. En el caso de las americanas el precio es bien distinto. Para Pfizer se estima hasta ahora un precio de entre 15 y 20 euros por unidad, mientras que el vicepresid­ente de Moderna aseguró a este medio en una entrevista que en Europa su vacuna había costado “entre 22 y 37 dólares”.

Mientras ya ha habido voces autorizada­s en Europa, como por ejemplo la de la presidenta de la Comisión Ursula von der Leyen, que han avisado de que la apuesta de Europa es por las vacunas de ARN mensajero, es decir, por Pfizer y Moderna; el antídoto español ha sufrido un pinchazo y no se probará por ahora en humanos.

Las dos farmacéuti­as han subido el precio de sus dosis a la Unión Europea

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