El Economista

La inflación alemana avanza hasta máximos desde 1993

El IPC del país alcanza el 3,1% arrastrado en gran parte por la subida de precios de la energía

- Agencias BERLÍN.

La tasa promedio de inflación en Alemania se situó en 2021 en el 3,1%, el nivel más alto desde 1993, frente al 0,5% de 2020, informó este jueves la Oficina Federal de Estadístic­a (Destatis) con base en datos provisiona­les.

El alza de los precios de la energía tuvieron un papel clave en el aumento de la inflación. Sin considerar los precios de la energía la tasa de inflación promedio se hubiera situado en el 2,1%.

Sin embargo, también hubo otros factores determinan­tes como los problemas en las cadenas de suministro y el fin de la rebaja temporal del IVA que se había introducid­o como medida para hacer frente a las repercusio­nes económicas de la pandemia.

El IVA en Alemania se redujo temporalme­nte, durante el segundo trimestre de 2020, del 19 al 16. En diciembre, según Destatis, la inflación fue del 5,3% con respecto al mes anterior y en noviembre del 5,2% con respecto a octubre con lo que se alcanzaron cifras que no se veían desde comienzos de la década de los noventa.

El nuevo aumento en diciembre sorprendió a algunos analistas que esperan una baja después de que en diciembre se llegara al punto más alto desde junio de 1992. La mayoría de los economista­s consideran que se necesitará tiempo antes de que la tasa de inflación regrese a sus niveles habituales y para 2022 esperan que en promedio esté una vez más por encima del 3,0%.

Ante ello están surgiendo voces que piden que el Banco Central Europeo (BCE) de un giro en su política de bajos intereses. En ese sentido se expresó el presidente de la Confederac­ión Alemana de Comercio Mayorista y Comercio Exterior (BGA), Dirk Jadura, “No es que el BCE esté haciendo muy poco, es que lo que está haciendo es equivocado”, dijo Jadura.

En la misma dirección va la opinión del catedrátic­o de economía Volker Wieland, miembro del Consejo Asesor de Economista­s del Gobierno alemán, conocido como el grupo de los cinco sabios. “Descartar un alza de tipos de interés en 2022 es algo difícil de defender y es innecesari­o”, dijo Wieland.

Crítica al BCE

El BCE debería dar, según Wieland, un giro en su política ya en 2022, siguiendo el ejemplo del FED, y no esperar a 2023. Wieland criticó la política de comunicaci­ón de la presidenta del BCE, Christine Lagarde. “Me sorprende que justifique su política expansiva diciendo que en 2023 y 2024 estaremos otra vez por debajo del 2,0 %, como lo exigen las metas de inflación.”, dijo. “En vista de los fallos en los pronóstico­s de inflación me parece muy atrevido ligar la política monetaria a esos pronóstico­s”, agregó.

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