“La red eléctrica de Europa es vieja y necesita inversiones millonarias”
Antonio Cammisecra, director de la División Global de Infraestructuras y Redes de Enel, acaba de lanzar el proyecto Open Power Grid para lograr que los tendidos eléctricos sean una actividad libre de emisiones. La mayor eléctrica europea tiene bajo su mando 2,2 millones de kilómetros de cable. Entre los años 2022 y 2024 su área de negocio invertirá 17.800 millones de euros (2.900 millones en España) para desarrollarlas y asegura que hacerlo de una forma sostenible puede no costar nada si funciona esta iniciativa.
¿Cómo se ha acogido su iniciativa ‘Open Power Grids’?
Los operadores de distribución eléctrica tenemos la ambición de alcanzar las cero emisiones. Empresas como Prysmian, Schneider, ABB o Hitachi ya son parte oficiosa, pero la idea es hacerla lo más abierta y global posible.
Queremos trabajar para adaptar la propuesta a las ideas de los socios porque este es un proyecto abierto donde no existen liderazgos sino impulsores. Ahora estamos desarrollando la web y las reglas de funcionamiento para lograr una globalización de los estándares de sostenibilidad para todo el cuerpo de especificaciones técnicas que hay en una infraestructura tan grande y el impacto que esto conlleva. Tenemos la ambición de hacer la transición en transición.
Tenemos que imaginar una transición ecológica en todos los aspectos con los gases aislantes, las pérdidas técnicas, la energía con la que se producen nuestras tecnologías, o el impacto de la economía circular. Todo esto requiere que la tecnología esté disponible a costes compatibles para las posibilidades de los consumidores, que al final son los que pagan la cuenta. No pensamos solo en Europa, ya que la transición es global y el trabajo que haremos será beneficioso para todas las distribuidoras del mundo. Hay que actuar con una visión de liderazgo europeo. Si una distribuidora de EEUU o una Universidad de África quieren participar estaremos muy honrados de que lo hagan.
¿Ha despertado interés?
Hemos despertado interés. Ahora haremos webinars con pocos participantes con un enfoque técnico. Después esperaremos activamente solicitando la adhesión de las empresas de distribución. Moveremos las aguas para que la gente no vea esto como un proyecto de Enel. Nos gustaría -y te lo digo sinceramentetener a Iberdrola, a Naturgy, a Red Eléctrica porque queremos abrirnos también a Terna y a los transportistas. Las primeras señales son muy positivas.
¿Tienen hecho algún cálculo de cuánto puede costar una transición para convertir las redes en cero emisiones?
La respuesta es muy difícil, pero lo más probable es que cero. Lo digo con mucha certeza y convicción. La red de Europa desafortunadamente es vieja y necesita inversiones aunque no hubiera la transición energética. La digitalización y la sustitución de la red se tiene que hacer inevitablemente. Teniendo esta necesidad, que obviamente conlleva inversiones, el coste de hacerlo de forma sostenible con esta iniciativa será muy próximo a cero.
Si me dices cuál es la inversión que se tiene que hacer en las redes es millonaria. No pagaremos el coste si lo hacemos bien de antemano.
¿Qué le parecen los límites de inversión que hay en España?
Esta es una cuestión bastante ilógica. Tengo el máximo respeto por el regulador español, pero si lo ponemos en el marco actual en el que hay que invertir en capacidad de acceso y conseguir mejorar la calidad hay que invertir para permitir la electrificación.
El gran tema en España son las conexiones por la cola demasiado larga que se está haciendo y por otro lado, la electrificación que se producirá en la baja tensión. Cuando te compras un coche eléctrico, la conexión del garaje es en baja tensión o la bomba de calor o la cocina de inducción.
El regulador ha puesto una obligación de invertir mínimo el 10% en conexiones de renovables, pero no ha movido el límite de inversiones. ¿Cuál es el problema de la inversión? Afortunadamente, la transición está mostrando sus beneficios para el consumidor final. Sabemos que la energía renovable cuesta mucho menos.
El regulador limita la inversión porque quiere mantener bajo control el impacto tarifario, pero la distribución representa una parte muy pequeña del coste total.
Por lo tanto, considerando que hay una senda de reducción por las renovables, sería razonable en unos años que hubiese un aumento del límite máximo de las inversiones permitidas. Ahora, las ayudas han permitido un 10%-15% adicional, pero el trabajo que tenemos requeriría de una inversión de hasta un 50% más en España en los próximos años si queremos que la transición acontezca de una manera rápida en los próximos años.
Ahora mismo existen otras cosas que limitan la inversión como la disponibilidad de materiales de mano de obra. Son varios los problemas que hay en el sistema. Si el regulador no envía las señales adecuadas no se logrará eliminar los otros elementos limitantes. Lo hemos visto en las renovables. Hasta que no se han retomado las inversiones, los problemas se han quedado ahí.
El poder que tiene la CNMC es de anticipar una cadena de suministro industrial que se tiene que basar en las decisiones de miles de empresarios.
¿Están preparadas las redes para una mayor carga en momentos de crisis energética?
“Las líneas se van a utilizar a su máxima capacidad si hay una necesidad”
Las redes están diseñadas para operar con una redundancia implícita.
En momentos de crisis, esta regla se va a pasar y las líneas se van a utilizar a su máxima capacidad porque es una necesidad.
Los problemas de la nuclear en Francia hacen recordar el apagón que sufrió Italia en 2003 cuando se rompió el enlace. ¿Hay riesgos para el consumidor?
No creo. La situación ha mejorado desde varios puntos de vista. Hay protocolos de actuación más detallados y comunicación más directa entre el transportista, el distribuidor y los generadores. Hay más capacidad de generación renovable y más posibilidad de mantener a la red en equilibrio, incluso en las islas. Tenemos un sistema más resiliente que entonces. Creo que el problema más que de un apagón es de la cantidad de energía disponible, pero nos estamos preparando.