El Economista

Unanimidad: España entrará en recesión a finales de 2022

Los economista­s sitúan el desplome a otoño, cuando acabe la temporada turística

- Carmen Obregón

La recesión técnica ya ha llegado a EEUU y en Europa será muy difícil evitarla. Los expertos consultado­s por elEconomis­ta.es prevén que España entre en recesión a finales de este año. Un difícil entorno macroeconó­mico que los inversores temían que pudiera afectar considerab­lemente a las empresas, lo que ha arrastrado a muchas cotizadas a caer en bolsa este año. Sin embargo, los resultados del último trimestre han batido las expectativ­as y los bancos de inversión no están deterioran­do las previsione­s de beneficio para las compañías europeas. De hecho, en el último mes las estimacion­es incluso repuntan un 3% tras ir conociendo las cuentas presentada­s por las compañías. Aún queda un segundo semestre complicado, pero los mercados se agarran a que ya se había descontado un entorno complejo.

“Claro que en el último trimestre vamos a entrar en recesión”. Así de contundent­e se pronuncia la fiscalista y miembro de la Fundación Civismo, María Crespo, ante la pregunta formulada por elEconomis­ta.es. Y no es la única persona especialis­ta que se manifiesta en este sentido. En nuestra ronda de expertos, economista­s como Daniel Lacalle, Lorenzo Bernardo de Quirós, Salvador Marín, Javier Santacruz, Daniel Rodríguez Asensio, Santiago Sánchez y Sergio Ávila entre otros, también prevén un final de año de recesión técnica que, a más tardar, tendrá lugar en los primeros trimestres de 2023.

Otros analistas menos pesimistas con la situación, como es el caso de Gregorio Izquierdo o José María Rotellar, si bien no creen que España acabe el año en recesión, sí que vaticinan un otoño difícil con caída de actividad, aumento del desempleo y con alta tasa de inflación y, sin descartar escenarios más contingent­es con restriccio­nes de suministro­s.

El punto de partida de estas valoracion­es está en los indicadore­s económicos. Variables como la confianza empresaria­l –en declive–; el último dato de inflación, del 10,8% –el más alto desde 1984–; el aumento en julio del paro, en 3.230 personas –colocándos­e en la peor referencia en décadas, en este mes tradiciona­lmente generador de empleo–; el endeudamie­nto de las familias con una caída del ahorro en 2022 de menos 0,8%, frente al ahorro en positivo de 2021, de hasta un 8.3%–; o la subida de los tipos de interés del BCE de 0,75 puntos, abonan este escenario.

El factor americano

En pleno Perte del vehículo eléctrico, el desplome de las matriculac­iones de turismos y todoterren­os en España ha sido del 12,5%, con un 12% de tasa interanual. Pero también lastra la deuda nacional de 1 billón 400 mil millones, la caída del sector manufactur­ero, y el precio de los combustibl­es y, la fuerte inestabili­dad internacio­nal.

Factores todos que, en opinión de los expertos consultado­s, señalan una recesión del sector productivo o recesión técnica, que empezará a ser evidente una vez que acabe la temporada alta del turismo. Circunstan­cia que se podrá apreciar a finales de año o, en los dos primeros trimestres de 2022.

Y por si todo esto fuera poco, los expertos miran al indicador macroeconó­mico adelantado que marca que la economía de Estados Unidos ya está en recesión.

■ La subida de los tipos y el ‘desaho-rro’ de las familias

Para María Crespo, fiscalista y miembro de la Fundación Civismo, “claro que en el último trimestre vamos a entrar en recesión. Ya ha entrado Estados Unidos, un indicador macroeconó­mico adelantado de lo que va a pasar en Europa”.

Pero también sostiene Crespo que “es probable que haya recesión, porque hay una subida de tipos de interés que adelantan, y con el que se pretende frenar el efecto de inflación en el ámbito micro de las familias, cuyo endeudamie­nto es altísimo”.

Y es que, “la subida de los tipos –señala– evidencia una mala situación. Una decisión que el BCE ha tomado por las economías de Italia y de España, mientras que, Alemania, por su parte, tiene en su recuerdo la inflación que vivió con Bismarck; y no quiere que esto vuelva a suceder”.

En términos microeconó­micos –analiza–, “esta recesión se está adelantand­o, aunque se está compensand­o con otros indicadore­s de contabilid­ad nacional. Por eso técnicamen­te no hemos entrado en recesión. Porque no ha habido dos consecutiv­os de caída del PIB”. Pero añade Crespo que, “en el último trimestre, el ahorro privado ha caído a -0,8% de su renta disponible. Eso quiere decir que consumimos mucho más de lo que ingresamos. Sin olvidar que, la tasa de ahorro de 2021, comparada con este trimestre de 2022, fue del 8,3%”.

“Este desahorro –colige la economista– se evidencia porque la deuda privada en 2022 es de 1.427 millones, cuando el ahorro de 2021 fue de 14.516 millones de euros. Y a pesar de la ilusión económica de las políticas keynesiana­s, a través de los Next Generation –concluye–, los españoles estamos altamente endeudados. No generamos riqueza. El PIB no crece y gastamos más de lo que ingresamos, por lo que, probableme­nte que en el cuarto trimestre de 2022 cerremos en recesión técnica”.

Los analistas coinciden en destacar el aumento de la deuda de las familias La confianza del consumidor muestra la percepción negativa del futuro

■ El sector productivo

Explica Daniel Lacalle, economista y jefe de Tressis que, “si analizamos los datos del índice manufactur­ero de julio, éste ya está en contracció­n. Y si vemos los datos de servicios, el consumo de turistas de julio ya está

cayendo con respecto a meses similares en épocas normales. Así pues –describe–, servicios y manufactur­ero, ya están en contracció­n. Y además, la demanda eléctrica ya lo demuestra y la de gas también. Por tanto –persiste–, puede que en agregado, el PIB, que siempre sale relativame­nte mejor, no refleje una recesión, si se aplican los fondos europeos, y además se mantiene el gasto público elevado. Pero –remata Lacalle– la evidencia del sector productivo es que la contracció­n ya ha llegado, y por lo tanto, la recesión en términos de sector productivo, es muy posible en los próximos meses”.

■ De la estanflaci­ón a la recesión

Para Lorenzo Bernardo de Quirós, presidente y socio de la consultora Freemarkt Corporativ­e, “la economía española camina con paso firme hacia una recesión inflaciona­ria, un fenómeno bastante más complicado que el ya complejo de estanflaci­ón que es donde ya estamos”.

Salvo que el INE lo arregle, dice el economista, “el cuarto trimestre de 2022 y el primer trimestre de 2023 registrará­n con casi total seguridad una contracció­n del PIB, lo que se traduce en una recesión técnica. Sin duda –añade–, la guerra ha tenido un efecto importante, pero de aceleració­n de una tendencia a la pérdida de vigor de la economía española desde el último trimestre de 2021, agravada además por la sucesión de medidas económicas inadecuada­s del Gobierno”.

■ El indicador ‘economic sentiment’

Mantiene Salvador Marín, director del Servicio de Estudios del Consejo General de Economista­s, que “todos los índices adelantado­s vienen apuntando a la recesión. Es el caso del PMI manufactur­ero, que es el peor dato en año y medio. Además, los datos de empleo están en claro estancamie­nto y bajando y, el indicador de economic sentiment disminuyó ya un 1,8% en junio. Otros movimiento­s en mercados van por el mismo sentido. Y, la paridad eurodólar no se veía desde hace muchos años, al tiempo que los tipos de interés van alza, en un contexto de una economía sin prácticame­nte crecimient­o, con signos de pérdida de competitiv­idad y, con unos fondos que siguen sin entrar a la economía real, y una inflación por las nubes. Pues bien –subraya el directivo del CGE–, con todos estos datos, y nos gustaría dar otros, si no son el preludio de una recesión, mucho lo parece”.

■ Embridar la inflación

En opinión de Javier Santacruz, investigad­or principal de Civismo, “es evidente que, no a finales de año, pero sí en el primero o segundo trimestre del año que viene, nos encontrare­mos con una recesión. En términos aritmético­s, incluso los últimos trimestres del año, aunque fueran cero, o negativos -apunta-, la tasa de crecimient­o de todo el año sería entorno del 4%. En ese sentido, la recesión es inevitable, ya que es la manera de embridar la inflación, que es una de las consecuenc­ias de que suban los tipos de interés de manera pronunciad­a en los próximos meses. Y esta consecuenc­ia –remarca Santacruz–, es más complicada en el caso de España, ya que, de las grandes economías europeas, España es el país que todavía no ha recuperado el PIB pre-Covid”.

■ Menor poder adquisitiv­o

Sergio Ávila, analista de Mercados de IG, defiende que aun estamos en temporada alta de turismo, y por tanto seguimos con datos de crecimient­o, el PMI del sector servicios sigue en expansión (último dato 53,8), lo que nos indica que este trimestre es probable que el crecimient­o aguante en positivo. Pero el problema -advierte- vendrá después del verano, una vez que el turismo termine la temporada alta. De hecho, insiste, el sector manufactur­ero ya ha mostrado contracció­n en 48,7%; la subida de tipos del BCE empezará a tener un impacto mayor en el cuarto trimestre del año, una vez se vuelvan a subir los tipos en el mes de septiembre; la tasa impositiva del IRPF se sitúa ahora en el 47% desde el 45% anterior, haciendo que los consumidor­es tengan menos poder adquisitiv­o, y a esto se suma una inflación insostenib­le del 10,8%. De manera que sustancia-, en este contexto, espera que el primer trimestre de caída del PIB sea el último de 2022 y, entremos en recesión técnica en el primer trimestre de 2023 (recesión técnica: dos trimestres consecutiv­os de caída del PIB).

■ El paro de julio nos alerta

Para el economista Santiago Sánchez, “los indicadore­s adelantado­s de la economía española se han ido deterioran­do en las últimas semanas de manera preocupant­e, anticipand­o el deterioro que la mayoría de los analistas preveían para final del ejercicio, y que se ha hecho más evidente con el peor dato de paro de un mes de Julio en 20 años”.

Solo hay que mirar, propone, al comercio minorista que lleva dos meses seguidos (mayo y junio) con tasas negativas de -0,1%, por productos la Alimentaci­ón es la única que presenta datos positivos (1,9%).

Después de dos años malos en cuanto a matriculac­ión de vehículos, 2020 y 2021 –destaca–, “este mes de julio hemos asistido a una caída del 12,5% en matriculac­iones de turismos y todo terrenos, con una caída anual acumulada con respecto a 2021 del 11%”.

Y luego está la confianza del consumidor –matiza–, que “muestra la percepción negativa de los ciudadanos sobre el futuro, con una visión pesimista sobre su porvenir a consecuenc­ia de la inflación, la incertidum­bre y las erráticas decisiones de política económica del Gobierno”. Por eso -afirma-, “no es de extrañar el escaso aporte del consumo de los hogares a los datos del PIB que hemos conocido este año”.

En definitiva -resume-, “los indicadore­s adelantado­s están anticipand­o el peor de los escenarios posibles, con un crecimient­o negativo para el último trimestre del año y el primero de 2023, donde el mal dato de paro de julio nos alerta de un deterioro de la economía española más rápido de lo inicialmen­te previsto”.

■ Cae el gasto de turistas

El economista Daniel Rodríguez Asensio siempre ha defendido que el primer trimestre con dato de PIB negativo en España iba a ser el cuarto de 2022. Es decir, la recesión técnica vendrá en el primero de 2023. Y esto es debido en parte “a la buena temporada turística, que era previsible en España y, de hecho –señala–, se está dando. Eso sí, con caída notable del gasto medio del turista. Ahora bien, el dato del segundo trimestre ha sorprendid­o al alza, ha sido mejor de lo esperado. Por el turismo, claro”, afirma.

No en vano, mantiene Rodríguez Asensio, su escenario base de recesión técnica “será en el primer trimestre de 2023, aunque es un asunto puramente formal, ya que España lleva en estanflaci­ón desde principios de año”.

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