Jubilación demasiado temprana
Cinco años separan todavía la edad promedio de los nuevos retiros con respecto al tope que establece la normativa
Las nuevas jubilaciones que registra la Seguridad Social se producen en España, como promedio, a los 61 años con cuatro meses. Esa cifra se encuentra todavía marcadamente por debajo de la edad legal establecida para el retiro que, tras sucesivas ampliaciones, se encuentra actualmente en los 66 años con dos meses. Aunque se están produciendo aproximaciones entre ambas variables, lo cierto es que la amplia brecha que aún persiste (cinco años) muestra hasta qué punto las modificaciones regulatorias han sido insuficientes hasta ahora, tanto en lo que respecta a los incentivos a la prolongación de la vida laboral como en lo que concierne a la penalización a la jubilación anticipada. Es más, la incertidumbre sobre cuáles son los cambios que se avecinaban en el sistema de pensiones, han hecho que muchos profesionales hayan anticipado su salida del mercado laboral, con objeto de no ver mermada la remuneración a la que tienen derecho al final de su vida activa. Es cierto que aún están por desarrollarse por completo los nuevos estímulos del Gobierno para que la vida laboral se prolongue, pero resulta innegable que hay un largo camino por recorrer y que la demora en hacerlo entraña riesgos. El coste que suponen los trabajadores que se retiran prematuramente, en términos de desembolso anticipado de pensiones y de cotizaciones sociales que dejan de pagar, resulta demasiado elevado para un sistema de protección sometido, desde hace décadas, a un rápido envejecimiento poblacional. Pero, además, la situación amenaza con volverse todavía más crítica considerando el deterioro que el mercado laboral español puede sufrir en el corto plazo y del que ya ha empezado a mostrar síntomas.