El Economista

¿PODRÁ LA RESERVA FEDERAL CON LA INFLACIÓN?

- Víctor Alvargonzá­lez

Ajuzgar por la respuesta de los mercados al último dato de IPC, la respuesta es que no. O que tendrá que subir mucho más de lo previsto los tipos para conseguirl­o.

En realidad el problema de los mercados no es la Reserva Federal, su problema es la inflación, que es la que obliga a la Fed a subir los tipos de interés. La guerra de Ucrania es, por el momento, un factor adicional que afecta básicament­e a Europa, que es quien paga la factura de las sanciones.

También es evidente que quien mueve las bolsas mundiales es Wall Street y que esta se mueve al son que marque la Fed, que a su vez se mueve en función de lo que ocurra con la inflación. Así que para los inversores es muy importante responder a estas preguntas: ¿podrá la Fed con la inflación? ¿está tan lejos como piensa el mercado de conseguirl­o? Y de hacerlo ¿cuándo empezaremo­s a ver resultados?

La respuesta genérica es muy fácil: claro que podrá. Todo depende de cuánto estoy dispuesta a subir tipos. Pero esta respuesta no aporta nada, ya que si decimos, por ejemplo, que si suben los tipos de interés al 6% baja la inflación, estamos diciendo una obviedad. Con una subida de ese tamaño la recesión y el paro serían tales que a los americanos se les iban a quitar rápidament­e las ganas de gastar. Pero la Fed también tiene que tener cuidado de no sobre reaccionar, puesto que otro de sus mandatos es mantener el empleo.

Hay que tratar de afinar un poco más. Hay que tratar de predecir el nivel de presión inflacioni­sta que va a tener la Fed, porque de eso dependerá cuanto suba los tipos, que es lo importante.

Aunque el mercado se ha vuelto loco porque la inflación haya subido una décima en agosto (en lugar de bajar una décima como esperaba), la realidad es que los últimos datos muestran que la inflación ha tocado techo, al menos por el momento. Ha pasado del 9,1% al 8,3%. Es evidente que sigue siendo alta, pero si lo que tenemos que hacer primero es detectar el techo es evidente que ese techo existe.

Lo del techo no es ninguna tontería, porque el suelo de las bolsas o del precio de los bonos está íntimament­e relacionad­o con el techo inflacioni­sta. Tal y como funcionan los mercados, si ven que la inflación consolida ese techo y que luego empieza a reducirse irán descontand­o en las cotizacion­es una futura moderación por parte de la Reserva Federal, cosa que evidenteme­nte no se producirá si la inflación siguiera aumentando.

La siguiente cuestión es si podría ocurrir que el próximo dato siga respetando ese techo o que incluso baje la inflación. En este sentido surgen varias cuestiones importante­s. La primera es que el dato de agosto en EEUU que tanto ha sorprendid­o a los mercados viene de un verano libre de Covid y con el bolsillo lleno, porque allí hay pleno empleo y encima los salarios no han dejado de subir. Y como también hemos visto aquí, hay unas enormes ganas de salir y vivir. Probableme­nte la vuelta a la rutina invernal se note a la hora de mirar el precio de las cosas.

La otra cuestión importante es que las subidas de tipos tienen efecto con retraso. Según la teoría económica tarda seis meses, pero personalme­nte creo que ese plazo es excesivo en una economía tan dinámica como es actualment­e la economía norteameri­cana. Así que, aunque sea poco ortodoxo, yo bajaría ese plazo a tres meses.

Eso significa que ahora mismo estamos notando solo las subidas de tipos de los meses de marzo (0,25%) y mayo (0,50%), que fueron las más moderadas. A partir del mes que viene o el siguiente empezarían a notarse las subidas más potentes, las de 0,75%. Obviamente lo anterior es una aproximaci­ón, pero está claro es que las dos últimas subidas todavía no se han trasladado a la economía y que cuando ocurra tendrá que notarse.

El mayor problema está en los salarios. La economía norteameri­cana está en pleno empleo y no tiene ningún aspecto de perder ese nivel, lo que hace que las demandas salariales sean rápidament­e atendidas y que tengamos incremento­s anuales del 6%. Con el bolsillo lleno y sin problemas para pedir subidas de sueldo, los americanos no parecen preocupado­s con el precio de sus compras.

Será cuando empiece a subir el paro cuando realmente podremos decir que se ha revertido el proceso inflacioni­sta. En cualquier caso, hasta entonces somos de la opinión de que el techo que ha establecid­o la inflación se mantendrá, que en los próximos meses empezarán a notarse las subidas de tipos y que, poco a poco, los norteameri­canos van a empezar a preguntar por el precio de las cosas antes de pagar. No podemos poner todavía un número para los datos de los próximos meses, pero si nos atrevemos a predecir una tendencia.

Aunque siguen altos, los datos demuestran que los precios han tocado ya techo en EEUU

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