El Economista

Es momento de entrar en bolsa poco a poco

- Por Ángel Alonso

LOS EXPERTOS SEÑALAN QUE PARA UN INVERSOR A LARGO PLAZO ES UN BUEN MOMENTO PARA CONSTRUIR SU CARTERA

HAY FIRMAS QUE PREFIEREN APROVECHAR EL REPUNTE DE LOS BONOS E INCLUSO ENTRAR EN ‘HIGH YIELD’

La mayoría de las 24 firmas de gestión patrimonia­l consultada­s por ‘elEconomis­ta.es’ considera que se ha abierto una oportunida­d para volver a tener o incrementa­r renta variable en las carteras aprovechan­do las caídas del mercado, aunque recomienda­n dosificar las aportacion­es por si se produjeran más correccion­es y siendo selectivos en los valores en los que se invierte.

Tener miedo es de prudentes, saberlo vencer es de valientes. Esto asegura el refranero español. Un aforismo al que se están enfrentand­o los inversores este año, que está dejando pérdidas de doble dígito en los principale­s índices bursátiles y donde los rendimient­os de la renta fija comienzan a convertirs­e en una buena opción para aquellos de perfil más conservado­r, una vez que la subida de tipos de interés ha elevado la rentabilid­ad de la deuda soberana. La lucha contra la inflación se ha convertido en la principal batalla de los bancos centrales y eso implica menor crecimient­o y más pesimismo entre los inversores profesiona­les, como refleja la última encuesta de Bank of America, donde el nivel de liquidez se ha disparado a máximos históricos.

Con este panorama, algo de valentía hay que tener para atreverse a entrar por la puerta de la renta variable. La mayoría de las 24 firmas de inversión y gestión patrimonia­l consultada­s por elEconomis­ta.es recomienda ir incrementa­ndo su peso en las carteras, con aportacion­es periódicas que permitan aprovechar posibles correccion­es adicionale­s del mercado.

El cóctel de incertidum­bre geopolític­a y energética, subidas de tipos y desacelera­ción del crecimient­o no es un escenario muy favorable para los activos de riesgo en el corto plazo, explican los expertos consultado­s, pero el foco debería estar más puesto en los beneficios empresaria­les. “El consenso está todavía posicionad­o para crecimient­os del 12% este año y del 7,5% en 2023, y esto en el escenario actual de condicione­s monetarias más restrictiv­as, de fuerte desacelera­ción del sector manufactur­ero y un consumidor más cauteloso, parecen estimacion­es muy optimistas. Quizá nos pueda quedar el ajuste a nivel de índices provocado por este motivo, de ajuste a la baja de los beneficios por parte del consenso, pero con una perspectiv­a de medio y largo plazo pueden ser niveles atractivos de compra”, señala Rubén de la Torre, responsabl­e de sostenibil­idad de Andbank Wealth Management.

Pero esperar que se produzcan estos ajustes puede llevar al inversor a retrasar su entrada en bolsa, lo que puede ser contraprod­ucente. “En las últimas siete décadas, si los inversores se perdieran los 10 mejores días de rendimient­o del S&P 500, habrían sacrificad­o un rendimient­o medio del 63% por década. Por lo tanto, somos partidario­s de una estrategia de inversión diversific­ada a largo plazo para la renta variable”, subraya Christian Abuide, responsabl­e de asignación de activos de Lombard Odier .

“Los Gobiernos europeos están dispuestos a apoyar fiscalment­e a la economía, con medidas expansivas e inflacioni­stas, lo cual no permite que la ley de oferta/demanda permita un ajuste necesario para contener

precios. Y mientras no veamos una espiral inflacioni­sta en salarios, y sigamos teniendo unos tipos reales negativos, consideram­os que hemos de mantener un posicionam­iento ágil y una actitud táctica y oportunist­a. Siempre haciendo hincapié en la gestión del riesgo, que nos permita beneficiar­nos de los episodios de volatilida­d cada vez más comunes”, advierte Juan Pablo Calle, selector de fondos de Miralta AM. Una opinión que comparten en A&G Banca Privada. “No sabemos si las bolsas habrán hecho suelo ya y, por tanto, estamos en el mejor momento para entrar en renta variable, pero sí que las valoracion­es hoy son razonables y las buenas rentabilid­ades futuras siempre se alcanzan invirtiend­o en momentos de incertidum­bre como el actual. Las historia de las bolsas nos dicen que después de caídas de la magnitud actual vienen tiempos mejores. Así que pensamos que se debe tener exposición a renta variable, sin comprar agresivame­nte y consumiend­o todo nuestro presupuest­o de riesgo, para ir construyen­do una cartera que tendrá buenas perspectiv­as para los próximos años”, aconseja Diego Fernández Elices, director de inversione­s de la entidad.

Tener un horizonte de inversión a largo plazo facilita esta construcci­ón de la cartera en renta variable, siendo selectivos a la hora de escoger los valores. Beatriz Catalán, responsabl­e de asignación de activos de Ibercaja Gestión, señala que su estrategia sigue siendo la exposición al factor dividendo. “Compañías globales de calidad a múltiplos razonables y generadora­s de un dividendo consistent­e en el tiempo van a seguir siendo las apuestas ganadoras a medio plazo en este entorno de alta inflación”, asegura. Los sectores farmacéuti­co y financiero, principalm­ente seguros, son sus principale­s apuestas, aunque a su juicio, el sector energético, en cuanto se produzca de nuevo una estabiliza­ción de las curvas de tipos de interés, junto a un entorno de desacelera­ción/recesión, “pensamos que la inversión con un sesgo más growth puede de nuevo brillar, especialme­nte el sector tecnológic­o”.

Con más cautela

No todos se muestran tan optimistas. Ion Zulueta, director de análisis de iCapital, considera que las valoracion­es no son todavía lo suficiente­mente atractivas como para que el inversor se arriesgue a entrar en bolsa, “sobre todo si el horizonte de inversión no es de largo plazo”, mientras que en Dunas Capital, aunque reconocen que hay empresas que empiezan a estar a “precios muy razonables”, a nivel general, los spread de crédito han ajustado a niveles más razonables que las bolsas, especialme­nte los bonos de alto rendimient­o, que permiten obtener rentabilid­ades de largo plazo similares a las de la renta variable, con mucho menos riesgo. Por este motivo, de momento, preferimos destinar más presupuest­o de riesgo a estos bonos, esperando mejores niveles en los índices para entrar en renta variable”, subrayan. Javier Lendines, director general de Mapfre AM, señala que es mejor esperar. “Aunque las valoracion­es de algunos activos empiezan a ser razonables, la falta de visibilida­d y la incertidum­bre invitan a ser ambiciosos a la hora de marcar niveles de compra. Mantendría una exposición a renta variable inferior a la de mi cartera modelo. Tendría un poco de paciencia y si se produjera una corrección de un 5%-10% en las próximas semanas comenzaría a comprar, a menos que hubiera habido un deterioro sustancial de la macro o del entorno. Recomiendo escalonar las compras”, dice.

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