Cautela de la banca con la morosidad
Las entidades aceleran la limpieza de sus balances para blindarse ante el presumible incremento de los impagos
La banca acelera la desinversión de créditos inmobiliarios problemáticos, conocidos como REO, y préstamos morosos. Para ello, las entidades han reactivado las compraventas de carteras este año por un valor de 14.000 millones. La cifra supone un incremento del 180% respecto a 2020 y del 139% frente a 2021, aunque aún se sitúa por debajo de los niveles máximos de 2017 y 2018. Esta limpieza de activos tóxicos no otorgará beneficio alguno a las entidades, ya que, según los expertos, el incremento del coste de financiación generará que las ventas presenten descuentos relevantes. Queda así claro que las entidades aceleran la limpieza de sus balances para blindarse de un potencial incremento de la morosidad. La cautela que la banca muestra con ello no puede ser más oportuna. De hecho, el fin de los alivios (moratorias y carencias en el pago de los préstamos) para las empresas que se beneficiaron de la financiación avalada con el ICO ya ha provocado un incremento del 15% de los concursos en el pasado agosto. Un aumento comprensible al coincidir el fin de dichas moratorias con los máximos históricos de la inflación, que han multiplicado los gastos de las empresas en suministros básicos, como energía. Por si fuera poco, a estos problemas se suma la cada vez mayor sombra de la recesión, que amenaza el consumo y la actividad económica, y el encarecimiento de la financiación empresarial, por el impacto de las subidas de tipos de interés en la eurozona. La suma de todos estos problemas configura un otoño muy complicado para las empresas, lo que inevitablemente provocará un alza de la morosidad. En este contexto, la limpieza de los balances de las entidades es a todas luces una medida acertada.