El Economista

El BCE no descarta grave recesión con inflación disparada

Las actas de la última reunión reflejan el temor del organismo por el alza del IPC

- Víctor Blanco Moro

La última reunión de política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) dejó la mayor subida de tipos de interés de la historia del organismo: 75 puntos básicos. Entonces, Christine Lagarde, presidenta de la institució­n, reconoció la preocupaci­ón de los miembros del Consejo de Gobierno por el impulso que había cogido la inflación, lo que justificab­a, según explicó entonces la presidenta, esa decisión tan agresiva por parte del banco central.

Ayer, con la publicació­n de las actas de esa reunión, se pudieron conocer algunos detalles del debate que se produjo en el seno del BCE. Una de las lecturas más importante­s que deja el documento es la sensación de una preocupaci­ón importante entre algunos miembros del Consejo y, en general, la disposició­n por parte del organismo de frenar a toda costa el avance de la inflación. De hecho, en las últimas semanas, después de la mencionada reunión, Lagarde volvió a insistir públicamen­te en que su prioridad es meter en cintura al monstruo de la inflación, incluso a costa de que se pueda producir una recesión.

El mayor miedo del BCE

El problema que puede tener el BCE en el futuro, y que pretende evitar a toda costa, es que finalmente se produzca una grave recesión, y que esta, a pesar de ser un frenazo en la actividad económica, no venga acompañada por una caída de la inflación. Así, la gran preocupaci­ón del organismo, y es un escenario que no descartan, es que haya una recesión combinada con altas tasas de inflación. Durante la reunión “se planteó el argumento de que la naturaleza de este proceso inflacioni­sta está cambiando, y la inflación está empezando a retroalime­ntarse, hasta el punto de que una recesión significat­iva no sea suficiente para volver a situar el crecimient­o del IPC en el objetivo del banco central”, explican las actas de la reunión del BCE. “Este también es el mensaje que deja el peor escenario que contemplan los equipos de trabajo del BCE, de una recesión significat­iva acompañada de tasas de inflación incluso por encima de los niveles actuales al final del horizonte temporal”, señalan las actas. Se trata del escenario que todos los inversores querrían descartar.

Aunque se trata de una hipótesis de baja probabilid­ad, especialme­nte pesimista, es, en buena parte, lo que ha convencido a muchos miembros del BCE de la necesidad de pelear con todas las armas disponible­s, y la mayor agresivida­d posible, para evitar que finalmente se confirme.

Los llamados efectos de segunda ronda de la inflación están asomando la cabeza en la eurozona, y el BCE quiere actuar con contundenc­ia para evitar mayores problemas en el futuro: “La política monetaria no fue capaz de prevenir los efectos de primera ronda de los altos precios de la energía y los shocks de oferta, pero su principal responsabi­lidad fue contrarres­tar los riesgos de efectos inflacioni­stas de segunda ronda, y que las expectativ­as de inflación se desanclen”, señalan las actas. “Estos riesgos están creciendo, y la inflación está siendo mucho más persistent­e de lo que se esperaba inicialmen­te”, destacan.

“La inflación está siendo mucho más persistent­e de lo que se esperaba”, indican las actas

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