Los fondos Next Generation limitan su impacto al 1,9% del PIB en 2022
Moncloa prevé que las ayudas sumen al crecimiento un 2,6% anual hasta 2031
El Gobierno de Pedro Sánchez ha rebajado sus expectativas de crecimiento, y lo refleja en el impacto macroeconómico que tendrán los fondos Next Generation, integrados en un capítulo ad hoc, dentro de los Presupuestos Generales del Estado, donde Hacienda reconoce un impacto en 2021 de solo un 0,7% del PIB, y del 1,9% al cierre del ejercicio de 2022.
Unas cifras, al menos las de los dos primeros años del Plan de Recuperación y Resiliencia, que se alejan de las primeras previsiones del Ejecutivo, donde en mayo del año pasado, el presidente del Gobierno defendió un crecimiento adicional del PIB de algo más de 2 puntos porcentuales a partir de 2021, unido a la creación de más de 800.000 puestos de trabajo.
No en vano, y a partir del próximo año, la previsión de Moncloa sigue al alza. Coincidiendo ya con el periodo de inversiones, y más allá de las primeras reformas comprometidas -queda la reforma del actual sistema de pensiones-, el Gobierno apuesta en sus cuentas públicas por un impacto macroeconómico de media de un 2,6% del PIB, suma de todos los años desde 2021 a 2031.
En concreto, y partir de 2023, Moncloa prevé un impacto macroeconómico del Plan de Recuperación del 2,8% del PIB. Y no es el más alto de la serie de los 11 años que se representan en un gráfico donde el Ministerio de Hacienda plasma con barras y colores las reformas, las expectativas y las inversiones.
En sus previsiones, será en 2024 cuando se produzca la mayor implosión de los fondos sobre el crecimiento económico, con un 3,5%. Una constante que decae ese año, pero que repunta de nuevo en 2030 y 2031, con impactos del 3,1% y del 3,4% del PIB, respectivamente.
Cabe recordar que, desde 2021, España viene recibiendo, como consecuencia de los efectos del Covid, fondos de la Unión Europea, en concepto del Plan de Recuperación y Resiliencia, por el que recibirá 70.000 millones de euros en subvenciones, además de otros 70.000 millones en préstamos y 7.500 millones más en una adenda que queda por concretar, a expensas de que se envíe a Bruselas.
Baja ejecución
Lo cierto es que, a fecha del 31 de agosto, y según la IGAE, los pagos realizados de los fondos Next Generation tan solo ascienden a 5.618 millones de euros, lo que significa un 19,75% de los créditos definitivos, de los que el 70% son transferencias a Comunidades autónomas.
Y es que el grado de ejecución y la demora en los pagos de estas ayudas europeas está siendo uno de los reproches de los diferentes ámbitos de la economía que podrían beneficiarse del despliegue del Plan de Recuperación y Resiliencia.
El Banco de España ha sido uno de los últimos organismos en hacer esta observación en su informe. El supervisor ha revisado sus previsiones del 2% al 1,5% para este año, y no es hasta 2024 cuando revisa el dato al alza.
No hay coincidencias
Moncloa pronostica un crecimiento del 2,8% en 2023, coincidiendo con las inversiones
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, restó ayer importancia al alejamiento de las previsiones de crecimiento económico del Gobierno, con respecto a lo publicado por distintos organismos. En ese sentido apuntó que no hay dos organismos que coincidan.
Precisamente, el último en pronunciarse, tras la OCDE, la AIReF y el Banco de España ha sido último de ellos, el del BBVA. En el caso de esta corporación, revisa al alza la estimación de crecimiento del PIB para 2022 hasta el 4,4%, pero las perspectivas se deterioran de cara al 2023, cuando el avance podría alcanzar sólo un 1%.
Con motivo del desajuste de las previsiones del Ejecutivo con el resto de organismos, Montero enmarcó en la normalidad esta diferencia, remarcando que, pese a ello, el crecimiento de la economía española es superior, y hasta el doble que el resto de los países de la Unión Europea, no sin olvidar, que las cuentas públicas del Estado están avaladas por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal.
Finalmente, y en cuestión de impuestos, Montero afirmó que a ella le tachan por quedarse corta en las previsiones de recaudación tributaria, estimando unos ingresos para este próximo ejercicio del 6,6%, lo que vendrían a ser 17.000 millones más que en 2022.