Tormenta perfecta para las familias
La inflación, el encarecimiento de las hipotecas, y las alzas fiscales ponen el jaque los presupuestos de la clase media
La escalada récord de la inflación (10% en la eurozona y 9% en España, en septiembre) está laminando los presupuestos de la mayoría de las familias. No en vano el encarecimiento de productos básicos, es decir, aquellos que son necesarios para la subsistencia de los hogares y para los que no existen sustitutos posibles ya supone un incremento de 3.500 euros anuales frente a 2021. Lo peor es que los hogares seguirán padeciendo este golpe durante bastante tiempo. De hecho, el periodo medio que históricamente la economía ha necesitado para que la inflación pierda el nivel del 5%, una vez que lo ha batido, es de 600 días. Durante esos cerca de dos años, las familias también tendrán que enfrentarse al fuerte impacto de las subidas de tipos de interés, que encarecerán las hipotecas variables. De hecho, la agresiva hoja de ruta del BCE para tratar de embridar el IPC provocará que el 14% de los hogares tenga que destinar más del 40% de sus ingresos a pagar los préstamos, lo que los convierte en vulnerables. Ante este contexto adverso, lo más indicado es acometer rebajas fiscales que alivien la situación de la mayoría de los españoles. Por desgracia, no será así. Muy al contrario, los Presupuestos Generales del Estado presentados esta misma semana dejan claro que las clases medias (las comprendidas entre 20.000 y 60.000 euros anuales) soportarán en 2023 el 60% de la recaudación extra (8.000 millones) que Hacienda espera obtener a través del Impuesto a la Renta. La errónea política fiscal del Gobierno se une así a la persistencia de la inflación y al encarecimiento de las hipotecas, generando una tormenta perfecta para los presupuestos familiares. El consumo y, por extensión, la actividad económica se verán irremediablemente afectados por ello.