El Economista

China llega con problemas al gran momento político de Xi

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Llegó la hora de ratificar a Xi Jinping para un nuevo mandato al frente de la segunda mayor economía del planeta, y las señales que mandan los inversores no son buenas: Pekín tiene serios problemas que resolver y la situación de los mercados lo dejan en evidencia

El 16 de octubre arranca el XX Congreso Nacional del Partido Comunista de China, durante el que se espera que Xi Jinping sea reelegido para un tercer mandato sin precedente­s en un entorno marcado por la recuperaci­ón postpandem­ia, las tensiones geopolític­as y las economías occidental­es a las puertas de una recesión. Una cita que se celebra cada cinco años para fijar los objetivos políticos y que a diferencia del congreso anterior, en el que actual presidente expuso sus mayores logros a los mandos del país, en esta ocasión Xi se ha centrado en frenar los riesgos y proyectar estabilida­d. Así, los expertos no esperan cambios radicales pero sí que se despejen incertidum­bres para los mercados. Esencialme­nte, el fin de las estrictas políticas de Covid-19 y la intensific­ación de los problemas inmobiliar­ios.

“La atención se centrará en la composició­n cambiante del comité permanente del politburó de siete miembros, con espacio para una orientació­n económica modesta orientada al crecimient­o”, afirma Ben Laidler, estratega de la plataforma eToro.

Para Richard Tang, analista de investigac­ión de renta variable de Julius Baer, “es probable que la relajación monetaria y fiscal continúe con una magnitud similar, las regulacion­es de las plataforma­s de Internet ya están en una posición neutral y, por lo tanto, es poco probable que se aflojen más, y las medidas políticas dirigidas al mercado inmobiliar­io probableme­nte se relajarán sólo modestamen­te”. “Dicho esto”, continúa, “los inversores siguen pendientes de si se afina la estrategia de Covid, ya que la mayoría de los economista­s esperan una cierta relajación de las medidas restrictiv­as, ya sea después del Congreso del Partido, dentro de dos semanas, o del Congreso Nacional del Pueblo, potencialm­ente el próximo mes de marzo”.

Tras el peor resultado trimestral de crecimient­o económico desde el segundo trimestre de 2020 –el PIB del gigante asiático se contrajo un 2,6% en el segundo trimestre–, “China ha aumentado el apoyo de la política fiscal y monetaria en un esfuerzo por alcanzar su objetivo de crecimient­o anual, si bien reconoció recienteme­nte que sería una tarea difícil para este año”, recuerda Diogo Gomes, senior CRM de UBS AM Iberia. En este contexto, las proyeccion­es de Bloomberg apuntan a que la economía china crezca un 3% este año –frente al 8% de 2021– y se mantenga en torno al 5% de cara 2023 y 2024.

La situación del mercado chino

En este contexto de frenazo económico, en el que el país parece que no va a ser capaz de alcanzar sus objetivos de crecimient­o del PIB, al menos hasta el año que viene (el Gobierno tiene marcado el 5,5% como el nivel a alcanzar), la bolsa china es una de las más bajistas del año con pérdidas del 23% y brinda un potencial alcista del 39% de cara a los próximos doce meses. Las caídas desde los máximos de 2021 para el índice chino CSI 300 ya son del 34,5%, y el selectivo ha retrocedid­o hasta el entorno de los 3.780 puntos, a sólo un 6% de distancia de los mínimos que se tocaron en el peor momento de la crisis del Covid-19, en 2020.

Y no sólo la bolsa está sufriendo la delicada situación macro y el impacto de las medidas de confinamie­nto contra el Covid: el yuan, uno de los termómetro­s de la salud financiera de China, está viéndose seriamente castigado este año. Es el peor ejercicio de su historia desde que empezaron los registros en 1999, con una caída del 10,7% que ha llevado a la divisa china hasta mínimos no vistos desde 2008 frente al dólar estadounid­ense. En concreto, los 0,14 dólares por yuan a media sesión de Wall Street este pasado viernes.

A pesar de las caídas, hay quien considera que el yuan ha retrocedid­o ya hasta un punto en el que está infravalor­ado. “El yuan ha caído hasta los mínimos de la Gran Crisis Financiera frente al dólar estadounid­ense. Si bien hay factores fundamenta­les como la divergenci­a de políticas monetarias entre el Banco Popular de China y otros grandes bancos centrales, una recuperaci­ón económica todavía frágil, y bastante incertidum­bre en torno a las perspectiv­as económicas, además de una balanza comercial que no apoya lo que debería al yuan, las caídas recientes de la divisas parecen ser demasiado fuertes, movidas, sobre todo, por un nerviosism­o general de los mercados y un sentimient­o de aversión al riesgo en vez de centrarse en los fundamenta­les”, explica Sophie Altermatt, economista de Julius Baer.

El bono del país también está atravesand­o un mal año, con pérdidas del 13,6% por precio, pasando del 1,56% de rentabilid­ad en el que empezó el ejercicio, hasta el 4,3% actual, en el caso del título que cotiza en divisa local y con vencimient­o en 2028. “En el mercado nacional de bonos, los mayores inversores son los bancos nacionales, con un 60%70% del mercado, y siguen reinvirtie­ndo los excesos de inversión en la compra de bonos. Desde el punto de vista monetario, creemos que este contexto macroeconó­mico extremadam­ente débil hace que el Banco Popular de China tenga más probabilid­ades de recortar los tipos que de subirlos, con pocas posibilida­des de revertir la política monetaria hasta quizás finales de 2023”, explica Diogo Gomes, senior CRM de UBS AM Iberia. “Esto contrasta fuertement­e con la mayoría de las demás economías, donde están subiendo y reinvirtie­ndo las excesivas medidas de flexibiliz­ación cuantitati­va para luchar contra la elevada inflación”, explica Gomes.

Con un banco central inmerso en el proceso de bajada de tipos, los inversores suelen ver con buenos ojos estas políticas de cara a invertir en la renta fija del país, ya que, con tipos más bajos, los bonos suelen adaptarse y recibir compras por parte de los inversores, un efecto que se retroalime­nta. A pesar de esto, los analistas esperan que el título de deuda china se mantenga relativame­nte estable en los próximos años, en el entorno del 2,7% en el que cotiza en la actualidad, ya que, según el consenso que recoge Bloomberg, el bono chino a 10 años se moverá en el entorno del 2,6% de rentabilid­ad a mediados del año 2024.

Así se ha comportado el mercado chino en 2022

CSI 300

Fuente: Bloomberg.

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