Solo un impacto del 0,6% de los fondos Next Generation
El Banco de España prevé que los fondos Next Generation apenas tenga un efecto sobre nuestra economía de 0,6% para este año, y otro tanto de lo mismo, otro 0,6% para 2023. Una cifra que, según el organismo supervisor, refleja el foco de incertidumbre que tiene que ver con “el ritmo” con el que se implementan los proyectos de inversión asociados al programa Next Generation y su impacto en la economía. La revisión del impacto de estos fondos ya empezó con la primera entrega por parte de la Comisión Europea, en 2021, cuando entonces, el Banco de España estimó inicialmente para marzo de ese año un impacto aproximado sobre el PIB de casi un punto porcentual. Pero la información más reciente de la institución sitúa esta cifra en apenas un impacto del 0,2% sobre el Producto Interior Bruto.
Respecto a 2023, las actuales proyecciones del Banco de España incluyen un impacto del 0,6% sobre la tasa de crecimiento, contemplando que, en la medida en el que el despliegue efectivo de los proyectos ligados a este programa sea más rápido o más lento respecto a lo asumido, esto tendría efectos potencialmente relevantes sobre la proyección de crecimiento y de inflación. Por otra parte, y ya en el plano de política fiscal, el gobernador afirmó ayer que debería evitarse un impulso fiscal generalizado, no solo porque el margen de actuación de la política fiscal en España es “relativamente limitado”, sino también porque dicho impulso exacerbaría las actuales presiones inflacionistas. En este sentido, teniendo en cuenta que el despliegue de los proyectos de inversión asociados al programa europeo Next Generation EU NGEU ya supone -incluso aunque la ejecución de dicho programa esté sufriendo algunos retrasos- un impulso fiscal apreciable, el resto de la política fiscal en España debería mantener un tono neutral o incluso ligeramente restrictivo, según De Cos. Además, consideró que se debería concentrar el apoyo de la política fiscal en los hogares de rentas más bajas y en las empresas más vulnerables al marcado encarecimiento que viene observándose recientemente en muchas materias primas y a las disrupciones que persisten en algunas cadenas globales de suministro.