Urge reformar el ‘impuestazo’
El Gobierno se enfrenta de forma temeraria al BCE manteniendo sin cambios un tributo que es injusto e irrealizable
Tras comprometerse a acatar el dictamen del BCE sobre el impuesto a la banca, el Gobierno se niega ahora a hacerlo. Es más, el presidente Pedro Sánchez ironizó la pasada semana con el informe criticando “los consejos” del eurobanco y situando directamente al vicepresidente Luis de Guindos como responsable del texto. Vaya por delante que la acusación realizada por el presidente no es cierta, ya que el informe está firmado por la totalidad del consejo del BCE por unanimidad. Pero más grave aún es el hecho de que Moncloa abogue por enfrentarse con un organismo que dicta la política monetaria europea y que dispararía la prima de riesgo española con solo filtrar que no comprará más deuda, lo que ya hizo con Italia en los tiempos de Silvio Berlusconi. Supone por ello una temeridad que el Ejecutivo mantenga esta actitud combativa y persista en “seguir adelante” con la tasa en sus términos actuales que, por otro lado, son de imposible cumplimiento. Así ocurre con la pretensión del Ejecutivo de que sea la CNMC el organismo encargado de vigilar que las entidades no trasladan el coste del gravamen a los clientes, que es precisamente lo que pide el BCE. Para empezar, Competencia carece tanto de potestad como de las herramientas necesarias para controlarlo. Pero, además, el BCE ya avisa que es casi imposible diferenciar qué parte del encarecimiento del crédito se produce a consecuencia del tributo. Todo lo anterior debería hacer ver al Ejecutivo que persistir en su intención de mantener la tasa sin cambios es una decisión temeraria y equivocada. Es preciso por tanto reformar el impuestazo que en sus términos actuales es irrealizable además de injusto con un sector que a medio plazo también perderá con las alzas de tipos.