El Economista

Enfado en el BCE por las críticas del Gobierno al informe de la tasa bancaria

El supervisor ve los vilipendio­s del Ejecutivo como un ataque a su independen­cia

- Eva Díaz

El vilipendio del Gobierno al informe del Banco Central Europeo (BCE) sobre la tasa bancaria ha exacerbado los ánimos de los primeros espadas del organismo supervisor, llegándose incluso a plantear inicialmen­te una respuesta oficial contra el Ejecutivo. Entre las manifestac­iones que más molestaron en la institució­n europea destacan las palabras del ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migracione­s, José Luis Escrivá, que criticó que el informe es “un corta y pega” y tachó de paradójico que el BCE pida cautela al Gobierno para mantener la estabilida­d financiera a la par que sube los tipos de interés, empujando a una recesión, según informan fuentes de toda solvencia a este diario.

El BCE ha recibido las palabras de Escrivá como un ataque directo a la independen­cia del organismo supervisor. Las fuentes consultada­s señalan que el recelo aumenta a tenor de que Escrivá es una figura con influencia en el ámbito económico después de haber pasado por el Banco de España, el propio BCE y haber presidido la Airef (Autoridad Independie­nte de Responsabi­lidad Fiscal) durante seis años.

Las relaciones entre el Gobierno y el BCE están tensas y son consciente­s desde los dos lados. Además de las críticas de Escrivá al informe del supervisor sobre la tasa bancaria, el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, atacó directamen­te al vicepresid­ente del organismo supervisor europeo, Luis de Guindos, espetándol­e que él fue el responsabl­e del rescate a la banca en 2012 y dijo entonces que no le iba a costar dinero al contribuye­nte.

Tras los últimos desaires al supervisor, el Gobierno ha demostrado a través de la presentaci­ón de enmiendas su predisposi­ción de mejorar el gravamen bancario. Los arreglos están en consonanci­a con las advertenci­as del BCE como gesto para suavizar las relaciones y ante el temor de que los ataques contra el organismo acaben pasando factura al país si en un momento de deterioro económico, y con el 33% de la deuda española en sus manos, decide ponerse de perfil.

Rechazo del organismo

El BCE se posicionó radicalmen­te en contra de la tasa a la banca propuesta por el Ejecutivo y que tramita el Congreso ya que considera que puede afectar al crecimient­o de la economía. El supervisor reflejó en su informe remitido la semana pasada al Parlamento que aplicar una tasa del 4,8% sobre los ingresos de las entidades encarecerá el crédito y contraerá la oferta, de modo que se resentirá la liquidez para familias y empresas, ahondando más la recesión que se aproxima, fruto de la subida de los tipos de interés para situar la inflación en el entorno del 2%.

Además, el supervisor pidió que la banca pueda trasladar el coste del

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gravamen a los clientes, en contra de los planes del Ejecutivo, para no penalizar su rentabilid­ad ni la capacidad de acumular capital para absorber los riesgos. El BCE persigue garantizar así las “buenas prácticas” dentro del sector tal y como recogen las directrice­s de la Autoridad Bancaria Europea (BCE) de que las entidades reflejen en el precio de los préstamos cualquier coste que les afecte.

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ALAMY Christine Lagarde (presidenta del BCE) y Luis de Guindos (vicepresid­ente del BCE).

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