Freno a la atracción de talento
Escrivá pretende aumentar aún más la brecha entre la aportación máxima y la pensión recibida a cambio
Las bases máximas de cotización se han incrementado casi un 20% desde 2010, pasando de 3.198 euros hace 12 años a 4.139 en el presente ejercicio, a pesar de que el límite estuvo congelado durante la pandemia. Esta subida de casi 950 euros ha incrementado la presión recaudatoria sobre las nóminas de los trabajadores mejor cualificados –y que por ello perciben salarios más altosque no ha repercutido en una compensación equiparable en sus futuras pensiones. De hecho, el tope más alto de la pensión apenas ha subido un 12,5% desde entonces. Esta falta de equidad en el sistema de pensiones ha ampliado en nueve puntos el diferencial entre aportación máxima y renta recibida a cambio en la jubilación, pasando del 23% al 32%. Una brecha que puede ir a más debido a que el ministro José Luis Escrivá planea subir las cotizaciones hasta 10 puntos más que las pensiones hasta 2050. En concreto, el plan que el Ministerio presentará a los agentes sociales para negociar la segunda pata de la reforma de las pensiones consiste en aumentar la paga entre un 15% y un 20% mientras que la subida de las bases estaría entre el 20% y el 30%. La penalización fiscal reiterada de los sueldos más elevados es una estrategia profundamente errónea, que aleja el necesario fichaje de los puestos directivos del alcance las empresas españolas, que no pueden ofrecerles las remuneraciones que exigen. Pero, además, desincentiva la permanencia de los trabajadores más cualificados en España y propicia que nuestro país se vea privado de todo ese importante capital intelectual. Esto es especialmente peligroso en un momento como el actual en el que la digitalización y las nuevas tecnologías requieren contar con profesionales con altos conocimientos.