EL ALTO COSTE DE LA IGNORANCIA
Cualquier directivo de cualquier empresa privada, de cualquier sector, que hubiera cometido un desatino de resultados tan funestos como el cometido por la ministra Irene Montero con su calamitosa ley de solo sí es sí, cosechando el efecto contrario al que se pretendía, habría sido despedido fulminantemente y con una mancha en su currículum que le impediría volver a ser contratado, en ninguna parte, de por vida.
A la hora de escribir estas líneas son cinco los reos excarcelados por delito de abuso sexual y otros 12, al menos, los que han visto rebajadas sus condenas, mientras que las previsiones apuntan a que estas cifras se verán sensiblemente incrementadas durante las próximas semanas, dadas las demandas de revisiones que se están preparando por los abogados, incluida alguna que afecta a los miembros de La Manada.
Pero tan grave o más, que la ignorancia, es la obstinación en persistir en el error y la desvergüenza de descalificar y responsabilizar del desatino a los jueces, a los que han tildado de “machistas” y “fascistas” la todavía ministra y sus acólitos, en un ataque directo al Poder Judicial. Desvarío que es también un ataque a la democracia en la que ellos no creen, ni respetan, al tiempo que intentan silenciar a los medios de comunicación como han hecho las subordinadas de Montero Victoria Rossel y Ángela Rodríguez. Aprendices de censoras ambas que son incapaces de entender que lo que alarma de verdad a las mujeres, y también a los hombres, no son las informaciones periodísticas sino su incompetencia.
Una banda, la de la tarta y la de las vacaciones a Nueva York pagadas por el dinero de nuestros impuestos a la que Pedro Sánchez regaló, y ahora mantiene, un Ministerio que, como explicamos hace unas semanas cuenta con un presupuesto de 573 millones de euros para 2023, con un aumento del 9,3%, superior al 6% en que crecen los de Educación y Sanidad o al 2,5% en que lo hacen para la Justicia. Presupuesto al que hay que sumar
Es vergonzoso atacar a la Justicia por la chapuza de la ley del ‘solo sí es sí’ de Montero
otros 20.319 millones correspondientes al III Plan Estratégico para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres para el período 20222025, cifra esta que duplica el presupuesto anual del Ministerio de Defensa.
Y una ministra, la citada Irene Montero, que el próximo ejercicio triplicará los cargos enchufados en su Ministerio con respecto a los que tenía en 2021 que ya nos costaban 856.790,71 euros brutos, con datos del Portal de Transparencia. Un total de 302 puestos a cargo del erario público, de los que solo 162 requieren de estudios superiores, y cuyo coste supera ahora ampliamente los 900.000 millones. Además de los 76.355,28 euros anuales a que asciende el sueldo de la consorte del dimitido Pablo Iglesias.
Todo un despilfarro administrativo tolerado y compartido por Pedro Sánchez que pagamos todos los contribuyentes de un país como España que tiene una presión fiscal equivalente al 39% del PIB, pero cuyo esfuerzo fiscal nos sitúa en el cuarto lugar de los miembros de la UE, muy superior al de Noruega o Dinamarca con salarios y renta per cápita también muy superiores a los nuestros. Y un país que lidera el desempleo de la UE, con una deuda pública desbocada que ha roto el techo de 1,5 billones de euros y en que el 26,1% de la población, 12,1 millones de personas, está en riesgo de pobreza o exclusión social.
Pero Irene Montero no es la única responsable de tanto dinero desperdiciado y de tanta chapucería legal, no es solo Irene Montero, sino todo el Gobierno con su presidente al frente (las decisiones del Consejo de Ministros son colegiadas) y todos los parlamentarios que las aprobaron o que ahora aprobarán también eliminar el delito de secesión y reformar el de malversación como pago al chantaje de los golpistas catalanes.
Y frente a todo este asalto al Estado de Derecho, a la democracia y a la Constitución, ¿qué hacen los jueces sin reaccionar con la firmeza necesaria? ¿Qué hace la sociedad civil, anestesiada y sin moverse? Y, sobre todo, ¿qué hace el Partido Popular? ¿Dónde está la segunda línea de Feijóo? O reaccionan con la contundencia que la situación exige y el electorado espera o pueden empezar a mirarse en el espejo cóncavo del fracaso de Casado, Egea y compañía.