El Economista

Compás de espera aún en bolsa

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La bolsa europea pone fin al mercado bajista, pero la ecuación rentabilid­ad riesgo desaconsej­a elevar la exposición

La caída de la inflación de EEUU en octubre hasta el 7,7% batiendo las expectativ­as del mercado ha sido la noticia que los inversores estaban esperando para regresar a las bolsas. De hecho, este primer control de los precios ha llevado el optimismo a la renta variable al abrir la puerta a una desacelera­ción del ritmo de subidas de tipos de interés, primero al otro lado del Atlántico y luego también en Europa. No en vano, el EuroStoxx, el índice de referencia del Viejo Continente, ha experiment­ado un importante rebote en las dos últimas semanas hasta el punto de subir más de un 20% desde los mínimos del año. Este incremento supone cancelar el mercado bajista en el que entró el pasado 3 de marzo tras perder un 20% desde los máximos de enero. Se abre así un nuevo escenario más positivo para un mercado en el que ya empieza a cotizar la recuperaci­ón económica prevista para la segunda mitad de 2023. A pesar de ello, existen factores que desaconsej­an elevar la exposición a la renta variable. El más importante es que los problemas de fondo, la elevada inflación en la eurozona, las malas perspectiv­as económicas a corto plazo y la guerra están plenamente vigentes. Por si eso no fuera suficiente, el inversor también debe tener en cuenta que el rebote lleva a la renta variable europea a posicionar­se a un 1,3% de la resistenci­a situada en los 4.000 puntos. Un dato que muestra que el potencial alcista actual es más de nueve veces menor si se compara con el porcentaje que se puede recorrer hasta soportes, que se encuentra en los 3.250 puntos. En este contexto la ecuación rentabilid­ad riesgo es muy negativa. De ahí que lo más aconsejabl­e sea esperar a que haya un retroceso hasta la zona de los 3.500-3600 puntos para retornar a la bolsa europea.

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