De Cos insiste en un pacto de rentas que incluya a los pensionistas
Prevé un “leve crecimiento” positivo del PIB durante el cuarto trimestre
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, volvió a insistir ayer ante la comisión de Presupuestos del Senado, en la necesidad de aprobar un pacto de rentas en el que estén incluidos los pensionistas, “el 25% de la población”, aunque limitó su participación a los beneficiarios de los tramos más altos de la tabla salarial.
“Yo creo que hay que contribuir a que haya un reparto de esa pérdida de poder adquisitivo entre todos los ciudadanos, incluidos también, desde mi punto de vista, los pensionistas. Al menos las pensiones más altas, no las pensiones mínimas”, declaró el gobernador del Banco de España. En este sentido, abogó por proteger a los colectivos “más vulnerables” e incluso abrió la puerta a consensuar un tramo superior a la pensión mínima para ampliar el número de pensionistas que se quedarían fuera del pacto de rentas.
Al mismo tiempo, anunció que la economía española y, concretamente el PIB, sufrirá un “leve crecimiento” positivo en el cuarto trimestre y que será “similar” al del trimestre anterior (0,2% intertrimestral).
El gobernador también aseguró que todos los indicadores referidos al cuarto trimestre “apuntan a una prolongación de la debilidad de la actividad pero que se producirá esa expansión ya de cara a finales de este año 2022.
De Cos quiso resaltar el “dinamismo” de los datos de empleo. De hecho, la información más reciente, que corresponde a la primera quincena de noviembre, muestra un comportamiento “algo más vigoroso”, que lleva a entrever que la cifra de afiliados podría ser en el conjunto del mes similar a la que se obtuvo en el mes de octubre, en términos brutos, frente a los descensos que suelen ser habituales durante ese mes (-0,2% en el promedio entre 2016 y 2019).
Frente a esto, el gobernador del Banco de España ha explicado que los indicadores cualitativos han tendido a mostrar un cierto debilitamiento adicional en el trimestre en curso.
En concreto, señaló que el indicador compuesto de los índices de directores de compras (PMI, por sus siglas en inglés) cayó hasta los 48 puntos en octubre, situándose, por tanto, en terreno contractivo, al estar por debajo del nivel de 50, que, a priori, marca la frontera entre el aumento y el descenso de la actividad industrial.
Por su parte, el indicador de sentimiento económico se mantiene también en niveles relativamente reducidos, destacando, por componentes, el peor comportamiento relativo del índice de confianza de los consumidores.
En cuanto a la evolución de la inflación, el gobernador destacó que el IPC ha venido moderándose en los últimos meses.
En concreto, según el indicador adelantado, el IAPC correspondiente a noviembre registró una variación interanual del 6,6% en noviembre, cifra que, de confirmarse, supondría una desaceleración de 4,1 puntos porcentuales frente al máximo de julio.
Ahora bien, De Cos insistió en que este descenso se debe, de forma exclusiva, al componente energético, que está viéndose sometido a “enormes vaivenes”, mientras que, por el contrario, el resto de componentes han seguido acelerándose de forma notable.
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, advirtió ayer que la posibilidad de que se obligue a afrontar el nuevo impuesto a la banca a entidades en pérdidas “perjudicaría aún más la resiliencia” de estas firmas.
Durante su comparecencia en el Senado con motivo de la tramitación de los Presupuestos de 2023, Hernández de Cos recordó que el Banco Central Europeo (BCE) publicó un dictamen sobre el nuevo gravamen temporal para la banca, en el que reclamaba un “análisis exhaustivo” sobre sus consecuencias para el sector, al objeto de garantizar “que no plantea riesgos a la rentabilidad financiera o la concesión de créditos”, ya que esto podría afectar negativamente al crecimiento económico.
Señaló que, aunque la subida de los tipos de interés aumenta los márgenes de la banca, la materialización de riesgos a la baja sobre el crecimiento económico podría reducir el volumen de crédito, provocar pérdidas en la cartera de valores o aumentar las provisiones de la banca.
De esta manera, como el gravamen se aplica sobre los márgenes y no sobre los beneficios, “la consideración de una entidad de crédito como obligada al pago del gravamen temporal mientras registre pérdidas netas distorsionaría significativamente y perjudicaría aún más la resiliencia de un banco deficitario”, aseveró.
Esta medida, junto con el impuesto sobre los beneficios extraordinarios a las energéticas pretende recaudar en torno a 2.500 millones de euros entre 2023 y 2024. En el caso de las segundas, aseguró que deberían tenerse en cuenta los costes a la hora de gravar esos beneficios.