El juez niega a Celsa apartar a Lexaudit de la reestructuración
Solicitó el nombramiento de otro mediador al ser propuesto por los fondos
La justicia rechaza de nuevo el argumentario de Celsa para frenar la reestructuración instada por sus acreedores. En pleno enfrentamiento con la familia Rubiralta, propietarios de la siderúrgica, los fondos tenedores 2.400 millones de su deuda estrenaron la nueva ley concursal con la compañía. Para la figura del mediador independiente propusieron a Lexaudit, que la industria trató de apartar del procedimiento asegurando que no era imparcial. El juez no ha accedido: “No hay ningún motivo, más allá del prejuicio, para cuestionar la objetividad de Lexaudit como experto en reestructuraciones”, advierte.
En una sentencia emitida la pasada semana a la que ha tenido acceso elEconomista.es, el magistrado Álvaro Lobato, del juzgado de lo Mercantil número 2 de Barcelona, desestima la petición de Celsa para descartar la presencia del despacho en el proceso y condena en costas a la organización catalana. Los expertos de Lexaudit hace ya tiempo que trabajan con ambas partes para recopilar la información necesaria para hacer avanzar la causa, explican fuentes cercanas al enfrentamiento a este medio.
En el texto, el juez responde con dureza al argumentario de la empresa, que cuestionaba la independencia y la imparcialidad del mediador seleccionado. “No es pertinente, procesalmente hablando, extender una sombra de duda sobre el experto propuesto y designado por los acreedores atendiendo tan solo al origen de su nombramiento o al abono de sus honorarios profesionales”, señala.
El magistrado pide superar los “ancestrales prejuicios” contra la parcialidad a un profesional que hace un trabajo “por el hecho de que no sea un funcionario público o de que su designación y emolumentos resulten a cargo de una entidad privada”. En su defensa, Lexaudit dice no haber prestado servicios a los acreedores que instaron la reestructuración, formado por Deutsche Bank, Goldman Sachs y fondos como Attestor, Cross Ocean, Anchorage, SVP, Golden Tree y Sculptor.
“Afortunadamente hemos superado esta situación, pero la mentalidad destilada por aquella estructura de rancio aroma funcionarial que ponderaba cualquier aparente virtud excepto el conocimiento, tarda, lamentablemente, en evaporarse”, zanja.
La complejidad de Celsa
Celsa también había cuestionado en su recurso la presencia de Lexaudit por “las dimensiones y complejidad objetiva del negocio de Celsa, al que se une la estructura societaria y la propia de los contratos de financiación acordados en 2017 y en situación contenciosa”. El magistrado admite las dificultades de analizar al grupo, pero dice que no es algo que esté en cuestión. “Ha de valorarse la capacidad para desempeñar la función para la que ha sido designado”.
Además, recuerda que, en la nueva normativa, el experto debe ser nombrado por los acreedores y al juez solo le toca “efectuar un control de legalidad.
Por último, el magistrado tampoco admite el cuestionamiento que hace la empresa del seguro de responsabilidad civil de Lexaudit, que asciende a 4 millones de euros. “Cumple sobradamente con las exigencias de la ley”, finaliza.
Celsa también cuestionó el alcance del seguro de Lexaudit, de 4 millones de euros