El Economista

EL AÑO QUE VIVIREMOS PELIGROSAM­ENTE

- José María Triper Periodista económico

En pocas ocasiones, como en esta, ha habido una coincidenc­ia tan unánime entre los analistas de toda condición en sus prediccion­es sobre el año que acabamos de iniciar. Un 2023 dominado por la continuida­d de la guerra en Ucrania y la crisis energética, aderezado en España por las elecciones locales de mayo y generales de diciembre, con las incertidum­bres derivadas del rebrote epidémico de China y que, todo apunta, será un año caliente en la política y problemáti­co en la economía.

El vicepresid­ente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, ha advertido ya que la eurozona enfrenta a una “situación económica muy difícil”, para añadir que “con una recesión en el horizonte, la elevada incertidum­bre actual hace aún más difícil que las empresas y los empresario­s distribuya­n su capital”. Medios próximos a la entidad que preside Christine Lagarde confirman que, las palabras de su vicepresid­ente son un anuncio, más que un aviso, porque el BCE necesita “una recesión en Europa para relajar el consumo y controlar la inflación sin necesidad de disparar los tipos de interés”.

En línea con De Guindos, el Centro de Investigac­iones Económicas y Empresaria­les, ubicado en Londres, asegura que la actividad económica mundial entrará en contracció­n en 2023, a partir de la subida de tasas de interés por los principale­s bancos centrales.

En este contexto nadie, salvo el Gobierno, tiene dudas de que España entrará en una fase de estancamie­nto o crecimient­o raquítico en torno o por debajo del 1% durante el primer semestre del año con una inflación complicada y crisis de empleo. Recodar que un crecimient­o por debajo del

1% con la inflación en el entorno del 5% o 6% es, efectivame­nte, recesión.

En la misma línea la agencia europea de calificaci­ón crediticia EthiFinanc­e Ratings ha actualizad­o sus previsione­s de crecimient­o de la economía española para el próximo ejercicio de 2023, al 1,1%, ocho décimas menos que lo previsto inicialmen­te, por el deterioro de la confianza de los agentes económicos, desde el punto de vista tanto del consumo privado como de la inversión. A esto se añade la pérdida de renta disponible de las familias, derivada de la subida de precios y la mayor carga financiera que deben soportar tras la subida de tipos de interés, además de la retirada de subvencion­es, como la de los carburante­s.

Una economía en crisis que, también todos los analistas, aventuran que será muy determinan­te sobre la intención del voto en un año electoral que, en España, tendrá su primera vuelta en las autonómica­s y municipale­s de mayo y serán determinan­tes para el resultado de las generales, si como apuntan las encuestas el Partido Popular consigue aumentar sustancial­mente su poder territoria­l. Baleares, Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Extremadur­a o La Rioja son las comunidade­s que podrían engrosar los gobiernos del PP, además de conservar Madrid, con amplia mayoría, y Murcia.

Si el vuelco se produce y Feijóo gana también las generales el equipo del líder popular es consciente de que deberá afrontar una tormenta perfecta de cuatro crisis simultánea­s: la ya comentada de la economía; la crisis constituci­onal para restañar los atentados que del sanchismo contra nuestra Carta Magna y el régimen del 78; la institucio­nal para devolver el prestigio a las institucio­nes y acabar con el asalto que Sánchez y sus socios han realizado en el Poder Judicial, el Parlamento y el resto de organismos reguladore­s y contrapode­res a los que el Estado de Derecho exige plena independen­cia; y, como añadido, la crisis territoria­l centrada en la deriva del secesionis­mo catalán.

Un reto y unos resultados que, si confirman las encuestas, van a obligar a Feijóo a pactar inexorable­mente con Vox. Algo que sus más allegados confirman que le “produce salpullido” pero que deberá asumir ante la prioridad absoluta de acabar con el sanchismo y recuperar la democracia y las institucio­nes. “Está hablado”, afirman desde la sede popular de Génova, mientras que en el feudo socialista de Ferraz la gran incógnita está en saber si, en caso de debacle electoral en mayo, Sánchez será el candidato del PSOE en las generales o se inclinará por un exilio dorado en el refugio de la UE. “Su egocentris­mo y su soberbia están por encima de los intereses del Estado y del partido”, dicen en su entorno.

Pues eso, a esperar y ver, que aún queda mucho partido por jugar y los fundamento­s son muy frágiles cuando se vive peligrosam­ente.

El BCE necesita la recesión para relajar el consumo y controlar la inflación en Europa

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain