“La UE debería ayudar a proteger nuestra soberanía alimentaria”
Javier Garat, secretario general de Cepesca, inicia el año con grandes retos para el sector tanto en España como en Europa.
¿Qué opinión le merece el resultado de las recientes negociaciones de TAC y cuotas de pesca para 2023?
Considero que son resultados desiguales en función de las distintas pesquerías y flotas. El incremento de cuotas para especies como la merluza, el gallo, el rape, la caballa o el merlán en aguas del Cantábrico Noroeste y del Golfo de Cádiz supone una buena noticia para las flotas beneficiadas, pero el resultado para los pescadores del Mediterráneo ha sido decepcionante y, además, se ha recortado en un 7% de los días de pesca. Esto significa que muchos barcos van a disponer de menos de 150 días para pescar al año, sumado al hecho de que se han cerrado muchas zonas para proteger ejemplares juveniles y reproductores. Los pescadores del Mediterráneo, que ya están al límite y han hecho grandes esfuerzos en los últimos tres años para revertir la situación de las poblaciones de peces, han visto cómo el comisario Sinkeviius no ha reconocido estos sacrificios y ha forzado un nuevo giro de tuerca que pone en peligro la viabilidad de muchas empresas de las cinco autonomías mediterráneas, sin esperar a conocer los resultados positivos de las medidas ya aplicadas.
El Gobierno acaba de constituir la mesa de la Ciencia Pesquera. ¿Qué beneficios podría aportar?
Creemos que las decisiones sobre gestión pesquera deben basarse en la mejor ciencia disponible y, por eso, llevamos años colaborando con profesionales de este sector. Por tanto, necesitamos un organismo que sea muy práctico y que realmente ofrezca respuestas a nuestras necesidades, habilitada para enfrentar los problemas que se presenten. Tanto en el escenario internacional como en el europeo nos topamos con muchos actores que quieren acabar con la pesca y con los productores de la proteína animal más saludable del mundo y con menor huella de carbono en su producción. El pescado, además, es altamente beneficioso para la salud e, incluso, produce felicidad de forma natural, generando serotonina, pero quienes piensan lo contrario suelen usar una ciencia “manipulada”. Necesitamos contar con posiciones independientes para defender los intereses de España y de nuestros pescadores. Si queremos equilibrar la preservación de la biodiversidad con el uso sostenible de los recursos pesqueros y la seguridad alimentaria, necesitamos basarnos en los datos que aporta la ciencia y no en las emociones en las que se apoyan las campañas demagógicas.
A nivel internacional, el sector deberá afrontar la reforma de la Política Pesquera Común. ¿Cuáles son los principales retos?
Por el momento estamos observando que la UE no tiene voluntad de aplicar cambios; se está limitando a insistir en su correcta aplicación y en aumentar los controles. Nosotros defendemos que el problema no es la aplicación, sino el mal diseño de ciertas normas; es el caso de la obligación de desembarque, sobre la que las voces de no pocos científicos proponen un replanteamiento y el uso de un enfoque distinto que evite capturas no deseadas y que también elimine los descartes. Asimismo, el sector y los científicos subrayamos la imposibilidad de alcanzar el Rendimiento Máximo