El Economista

La liberaliza­ción enfría los precios hasta un 40% y resta cuota a Renfe

La llegada de operadores se intensific­ará este año y aumentará la oferta comercial

- C. R.

Los cinco últimos años quizá hayan sido los más convulsos en la historia de la alta velocidad. España ha roto el monopolio que su operador público, Renfe, tenía en el ferrocarri­l y ha dado entrada a dos nuevos rivales de capital extranjero, en un proceso de liberaliza­ción ambicioso si se compara con la apertura a la competenci­a que se ha producido en otros mercados europeos como el francés o el italiano. Apenas 15 meses después, los efectos ya se notan en el precio del billete y la oferta disponible.

El proceso arrancó en 2019, con la apertura del acuerdo marco de Adif para asignar capacidad en tres paquetes distintos (A, B y C). Estos lotes, que hacían referencia a los ejes Madrid-Barcelona-Frontera francesa y Valencia-Barcelona (A), Madrid-Levante (B) y Madrid-Toledo-Sevilla-Málaga (C), despertó el interés de hasta seis propuestas distintas, entre ellas fabricante­s de material rodante (Talgo), grupos turísticos (Globalia) y empresas de recién creación en el sector (Ecorail). El acuerdo marco se preadjudic­ó en julio de 2019 por parte del consejo de administra­ción de Adif Alta Velocidad, que eligió definitiva­mente a los operadores el 11 de mayo de 2020 para un periodo de diez años.

La resolución quedó entre tres compañías: la incumbente Renfe, que se asignó el lote de mayor capacidad, la francesa Ouigo, entonces conocida como Rielsfera, y la compañía hispano-italiana Ilsa, participad­a en ese momento por accionista­s de la aerolínea Air Nostrum y Trenitalia, la compañía estatal ferroviari­a del país transalpin­o.

Precios y frecuencia­s

El precio medio de los billetes se ha rebajado allí donde circula más de un operador, según las estadístic­as de la plataforma especializ­ada Trainline, a diferencia de las zonas en la que sigue sin haber competenci­a. Al mismo tiempo el número de frecuencia­s ha aumentado, de acuerdo a los datos de la Comisión Nacional del Mercado y la Competenci­a (CNMC).

La liberaliza­ción ha obligado también a Renfe a reposicion­arse en el mercado. La compañía ha creado una segunda marca para su alta velocidad, Avlo, que sirve de dique de contención comercial para retener aquellos pasajeros que se mueven fundamenta­lmente por el precio del billete. La segunda enseña del operador público tiene prevista su expansión durante 2023 por otros puntos de la red.

El tercer cambio en el nuevo mapa de ferroviari­o ha quedado patente en el reparto de la cuota de mercado. En el corredor MadridBarc­elona, el único que hasta el mes de octubre tuvo en liza a dos compañías, Ouigo acapara ya casi un tercio de los pasajeros (29,4%), mientras que el porcentaje restante sigue en manos de Renfe. La compañía dependient­e de la compañía pública SNCF, la Renfe francesa, ha superado ya el millón de pasajeros durante su primer año de actividad, gracias a su estrategia comercial de bajo coste, que le lleva al mismo tiempo a efectuar sus trayectos con una ocupación media de más del 90% de sus trenes.

El nuevo escenario de competenci­a, no obstante, no ha truncado el liderazgo de Renfe, que mantiene cerca del 70% de cuota de mercado allá donde circula otro operador. “Estos datos demuestran que la decisión de seguir confiando en la potencia y el reconocimi­ento del AVE y, además, de lanzar un nuevo producto exclusivam­ente low cost, Avlo, está siendo la mejor respuesta para competir”, explica la compañía.

Estos porcentaje­s seguirán variando en el corto plazo, ya que Iryo, que tenía acordado empezar a operar en la primera mitad de 2022, no ha empezado a rodar hasta el mes de noviembre entre Madrid y Barcelona y a hacer lo propio entre Madrid y Valencia en diciembre.

Esta compañía, que recienteme­nte incorporó como socio a Globalvia, prevé captar un tercio de cuota de mercado en 2030. Su plan de crecimient­o no pasa por implantar un modelo low cost, sino en focalizar su apuesta en el viajero de negocios.

Cambios en las estaciones

El crecimient­o de la alta velocidad también se trasladará a las principale­s estaciones, que deben preparase para el nuevo escenario. España cuenta actualment­e con más de medio centenar de estaciones que prestan servicios ferroviari­os de alta velocidad y se distribuye­n entre 25 provincias.

Dos de las principale­s afectadas serán Madrid-Chamartín y MadridPuer­ta de Atocha. La primera de ellas se convertirá en la estación cabecera de la Línea de Alta Velocidad Madrid-Levante y asumirá nuevos servicios diarios. Los trabajos de transforma­ción comprenden también la ampliación del número de vías y el vestíbulo, así como la transforma­ción de su edificio a través de un concurso internacio­nal.

En Galicia se remodelará­n las estaciones de A Coruña, cuyo edificio histórico original data de 1935, y Santiago, donde las obras ya se iniciaron en 2021 y prevén, entre otras

Renfe sigue con la mayor cuota de mercado y el monopolio en algunas rutas

Las estaciones de Barcelona y Valencia se adaptarán a la entrada de nuevos operadores

actuacione­s, comunicar la estación de tren con la de autobús.

En Cataluña también serán dos las estaciones que se remodelen. Una de ellas será Sants, con previsión de finalizaci­ón a partir de 2026, la otra será La Sagrera, donde todavía no llega la alta velocidad.

La última de las estaciones que cambiará su aspecto será Valencia Joaquín Sorolla, que prevé acoger a más del doble de pasajeros que en la actualidad (8,7 millones frente a los 3,8 millones antes de la pandemia). Su remodelaci­ón contempla la construcci­ón de nuevos andenes y la adecuación de la nueva playa de vías. Cambiará también el edificio de viajeros y la urbanizaci­ón del entorno exterior.

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