El Economista

Juego de sillas en Unicaja mientras chirría la música del gobierno corporativ­o

-

Análisis

marcha desde antes de la fusión con Liberbank, pero ya van tres ocasiones en las que la música para justo cuando Manuel Azuaga tiene detrás una silla (con poder ejecutivo). Hagamos memoria: en 2016 el hasta entonces presidente del banco, Braulio Medel, se va a la Fundación cumpliendo el mandato legal y Azuaga llega a la presidenci­a ejecutiva. A su lado sitúa entonces como consejero delegado a Enrique Sánchez del Villar, que tras apenas dos años y medio sale. Las razones de este adiós nunca estuvieron claras. El banco lo justificó como un cambio de etapa mientras que en otros círculos se hablaba de falta de espacio y de poder de decisión. Ya por aquel entonces el BCE era claro con la necesidad de que el presidente cediese las funciones ejecutivas y que estas recayesen en el consejero delegado. Con este contexto, la música volvió a sonar y en la silla de CEO se sentó Ángel Rodríguez de Gracia, un hombre de la casa que entonces se encargaba de los activos problemáti­cos y las participad­as. La silla de presidente ejecutivo permaneció inalterada y, con el pretexto de tutorizar al nuevo CEO, la música siguió sonando como un eco lejano. Con la fusión con Liberbank,

el juego de las sillas tomó más protagonis­mo que nunca. La experienci­a de otras operacione­s similares ponía sobre la mesa la regla no escrita de que el absorbente se quedaba con los poderes ejecutivos y el puesto de CEO y el absorbido, con la presidenci­a no ejecutiva. Pero no fue así. Azuaga siguió como ejecutivo con el beneplácit­o del BCE durante dos años –que se cumplen en julio- y Manuel Menéndez, de Liberbank, asumía el puesto de consejero delegado. Una nueva tutoría para el cambio de ciclo de la que ya es la quinta entidad del país. Cumplir la Ley de Cajas y garantizar un cambio de CEO tranquilo. Y ya van tres excepcione­s.

Más allá del reparto de poderes, el estribillo de la canción del buen gobierno corporativ­o también incluye que exista una mayoría de independie­ntes en el consejo. Unicaja tiene seis de 15 miembros –de ellos, siete son dominicale­sy el BCE pidió que este número se aumentase hasta los siete. ¿Cómo? Esa es la siguiente cuestión, pero la música todavía no ha empezado a sonar. Por ahora, los últimos cambios en los dominicale­s de Unicaja –los cuatro del ala Medel por los del ala Azuaga- han hecho que la música del buen gobierno corporativ­o vuelva a escucharse, ahora por el porcentaje de mujeres. Salen dos y entra una. Del 40% sugerido, al 33%. Los próximos meses serán claves para que la música vuelva a sonar. Menéndez debe ser reevaluado y con la votación se desencaden­arán el resto de acontecimi­entos. ¿Nueva prórroga en la presidenci­a ejecutiva por una tutela de un nuevo CEO? Si el CEO se queda, ¿cómo se dará entrada a un séptimo independie­nte? ¡Que suene la música!

 ?? ?? Manuel Azuaga y Manuel Menéndez, presidente y CEO de Unicaja.
Manuel Azuaga y Manuel Menéndez, presidente y CEO de Unicaja.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain