La OIT defiende mantener la flexibilidad de horarios
Pide que se mantenga el teletrabajo que trajo la pandemia
La pandemia obligó al mundo a flexibilizar jornadas laborales y generalizar el teletrabajo en muchos sectores, medidas que beneficiaron la productividad, la conciliación y hasta la salud de los empleados, por lo que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) recomienda que se mantengan.
Es una de las principales conclusiones que desprende el primer informe de la organización sobre jornadas de trabajo y conciliación familiar, publicado ayer y en el que se subraya también que más de un tercio de los empleados globales (35,4%) aún trabaja más de 48 horas por semana y un quinto (20,3%) no llega a las 35 horas laborables trabajadas en una semana.
Durante la crisis sanitaria se tomaron medidas como la reducción de horarios, que evitó muchas pérdidas de empleos, mientras que el teletrabajo, que ya había probado su eficacia en crisis como la del terremoto de Japón de 2011, “mostró que puede aplicarse a gran escala, cambiando la naturaleza del trabajo” conocido hasta ahora, recordó el organismo internacional.
Las medidas laborales de emergencia tomadas durante la pandemia “aportaron nuevas pruebas de que dar a los trabajadores más flexibilidad sobre cómo, dónde o cuando trabajar es positivo para ellos y para los negocios, mejorando por ejemplo la productividad”, destaca el informe.
La pandemia, por otro lado, mostró la necesidad de flexibilizar los horarios y el lugar de trabajo de los empleados cuando estos tuvieron que hacerse cargo de familiares enfermos, subraya el documento.
El estudio de la OIT sin embargo advierte de que la flexibilidad de horarios tiene costes como el desequilibrio por género en el mundo laboral, ya que las mujeres tienden más a reducir su jornada que los hombres.
Este estudio se publica en medio de la Gran Dimisión, en la que muchos trabajadores dejan su trabajo debido a que no pueden conciliar.