¿POR QUÉ ES RENTABLE INVERTIR EN ‘STARTUPS’?
La inversión en startups puede asustar a algunos por la alta mortalidad de las mismas pero… ¿es real esa creencia? España cuenta con 23.383 startups. ¿Acaso son más de 23.000 equipos de personas insensatas? ¿Son los emprendedores profesionales arriesgados sin cabeza? Si la mortalidad fuera tan alta, ¿habría tantas personas valientes?
Un estudio del sector, realizado por Informa, determina que cerca del 92% permanecen vivas frente al 73% del resto de las empresas. Estas cifras ponen en cuestión los datos globales sobre la mortalidad de las startups. Además, el mismo estudio demuestra menor riesgo de cierre y menor riesgo de liquidez. En España la inversión en startups ha ido creciendo a ritmo vertiginosos desde el año 2016 hasta la fecha. En el año 2021 se llegaron a invertir 4.000 millones de euros y ya en el tercer cuatrimestre del año 2022 llegamos a los 3.000 millones de euros
¿A qué puede deberse que los datos en España sean diferentes? Primero, los españoles llevamos emprendiendo desde hace muchos siglos y nuestra genética predispuesta al progreso nos anima a innovar y emprender. De hecho, los genes de emprendimiento españoles vienen de lejos: Isabel La Católica invirtió en una de las mayores aventuras
Las compañías innovadoras tienen menor riesgo de cierre y de falta de liquidez que el resto
de la historia al financiar a Cristóbal Colón. Sin duda, una aventura en la que sería incalculable el retorno de la inversión para España de semejante Business Angel.
Además, el ecosistema actual español está configurado por múltiples jugadores que, además de experiencia, inyectan liquidez y pasión por el emprendimiento. Tantos players juntos y alineados por casualidad o causalidad configuran un ecosistema muy potente en el que podemos encontrar, entre otros a:
1. Aceleradoras. Decenas de compañías que con genética innovadora (Juan Roig con Angels y Lanzadera, Google for startups….) promueven foros de inversión magníficos, aceleradoras, mentorazgo…
2. Ayudas públicas. El sistema público avanza a buen ritmo en el impulso del emprendimiento con múltiples fondos y ayudas públicas, así como leyes que promueven menor fiscalidad para las startups y mayores facilidades para la creación de éstas. La creación de la nueva Ley de Startups recientemente aprobada es una muestra de lo que España está realizando.
3. Ángeles inversores. El capital privado (Business Angels, Venture Capital, Private Equity…) va en aumento año tras año. No es solo la diversificación de carteras o por los tipos de interés: también subyacen las ganas de ayudar, de dejar legado, de impulsar.
4. Innovación interna. La visión emprendedora y la innovación de las grandes empresas y corporaciones españolas es compleja. Sistemas y procesos históricos difíciles de cambiar, profesionales acomodados en puestos directivos sin incentivos para el cambio...
Sin embargo, muchas compañías han decidido apoyar a emprendedores de sus verticales y estructurar incubadoras o distintas iniciativas dentro de las propias corporaciones (Wayra de Telefónica, I´minovation de Acciona, Perseo de Iberdrola…).
5. Empresas consultoras que unen su experiencia, sus recursos, su involucración, su capacidad de acelerar y capital (Fuel de McKinsey, Lukkap Venture Lab de Lukkap…)
6. Universidades españolas que son referencia en gestar emprendedores y que lanzan múltiples iniciativas de formación en emprendimiento, networking y asociaciones para favorecer el emprendimiento, plataformas de contenidos específico para emprendedores, hubs de innovación, hackatones…. Un ejemplo de ello es la Universidad Pontificia
Comillas, que lidera el ranking de Universidades españolas que más alumnos creadores de unicornios tienen hasta la fecha.
7. Talento y situación geográfica. En España existen más de 80 parques científicos y tecnológicos que animan a crear e innovar nuevos modelos de negocio. A esto hay que unirle que nuestra situación geográfica y nuestro idioma nos hace irresistibles para que startups europeas entren en el mercado latinoamericano y viceversa.
España es diferente también por el impulso de Europa, que sabe que el emprendimiento es un pilar estratégico si no queremos estar a la cola en la economía mundial. Desde Bruselas impulsan leyes, iniciativas y subvenciones que ayudan a que todos los países incentiven el emprendimiento. Organismos como EIT, con iniciativas como Eco Action,
promueven que las universidades fortalezcan lazos entre sí y mejoren el ecosistema emprendedor.
Todas estas razones alineadas entre sí (de forma casual y mágica) permiten crear un momento idílico para invertir en startups.
Las razones pueden ser múltiples, pero destacan dos: la diversificación en inversiones (las startups suelen comportarse de manera diferente a las tendencias y flujos económicos de los mercados tradicionales), y los retornos potenciales muy elevados (los inversores suelen obtener de media una rentabilidad de 2,5 sobre su inversión inicial).
Con todo, el ecosistema emprendedor es, en España, cada vez más atractivo por lo que invertir en compañías startups españolas podrá reactivar inversión tanto nacional como internacional. Debemos aplaudir a todos los players del ecosistema porque gracias a todos ellos cada vez más tendremos más valientes, más sueños que cumplir y sin duda un magnífico impacto social generado por los emprendedores.