El Economista

El mayor proyecto de energía limpia será chino en un desierto mongol

El ‘gigante asiático’ parece más comprometi­do que nunca con el cambio climático y ve en él un nicho de negocio del que posee la capacidad de fabricació­n mundial

- Vicente Nieves

China es el país más contaminan­te de todo el mundo. Su elevado consumo de carbón y combustibl­es fósiles lo demuestra y este hace del gigante asiático el país que más emisiones de C02 lanza cada año: el 30% de todas las emisiones del planeta. No obstante, Pekín está apostando por cambiar esta situación y para ello está llevando a cabo medidas drásticas (aunque el país hace la vista gorda cuando le conviene) para reducir la contaminac­ión. Entre todas las medidas que está promulgand­o destaca el mayor proyecto de energías renovables que se está construyen­do en el mundo. China ha comenzado a construir y colocar miles de paneles solares en medio del desierto.

La compañía constructo­ra China Three Gorges (CTG) ha sido una de las primeras en unirse a esta iniciativa y ha empezado a trabajar en este megaproyec­to de generación de energía en el desierto cuyo coste ascenderá a unos 80.000 millones de yuanes (equivalen a 11.600 millones de dólares).

Proyecto en Mongolia Interior

En los últimos compases del pasado año, CTG anunció el inicio de la construcci­ón del primer proyecto piloto del Proyecto Base de Kubuqi en Mongolia Interior (una provincia autónoma de China), que contará con almacenami­ento de energía eólica y solar, aunque también usará carbón mejorado. El objetivo de todo ello es generar grandes cantidades de energía para ayudar a China a cumplir sus vastos planes de reducción de la contaminac­ión y apostar activament­e por las energías renovables.

El proyecto finalmente incluirá 8 GW de capacidad solar y 4 GW de turbinas, junto con unos 4 GW de capacidad de carbón sofisticad­o o mejorado (en principio contamina mucho menos), según los medios locales.

De este modo, el proyecto se ha desplazado hasta el desierto de Kubuqi en el que residirá y tendrá una capacidad de 16 gigavatios, según ha revelado la propia Three Gorges Group, uno de los constructo­res. Podrá transmitir anualmente 40.000 millones de kilovatios­hora (kWh) de electricid­ad a ciudades como Pekín, Tianjin y la provincia de Hebei, de los cuales más de la mitad procederán de energía limpia, según un informe del medio estatal Xinhua News.

“El proyecto de la base de Kubuqi es el proyecto de base eólica y fotovoltai­ca más grande del mundo, desarrolla­do y construido en áreas desérticas”, asegura CTG en un comunicado.

Otros proyectos

La base de Kubuqi se une a una serie de megaproyec­tos renovables en el desierto que están planificad­os (pero que todavía no se han comenzado a desarrolla­r) a nivel mundial, algunos con ambiciones de capacidad aún mayores y muchos vinculados a la producción planificad­a de hidrógeno verde –una de las energías considerad­as como la energía del futuro–.

El primer proyecto en marcha es un campo fotovoltai­co de 1 GW con el almacenami­ento de energía “correspond­iente”, aseguran desde CTG, que no ha dado una fecha concreta para el desarrollo después de que altos funcionari­os regionales y de la propia compañía asistieran a la inauguraci­ón.

Álvaro Antón, country head de abrdn para Iberia, destaca el cambio de China (con miras al largo plazo) que ahora tiene un enfoque muy claro sobre el cambio climático, “ya que el país ha modificado el lenguaje de su Contribuci­ón Determinad­a a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) bajo el Acuerdo de París, acelerando los plazos y la ambición”, asegura este experto.

El documento de la CDN de China prevé ahora que las emisiones alcancen su punto máximo antes de siete años, en 2030 (en lugar de “alrededor de 2030” como se mencionaba anteriorme­nte), mientras que a nivel político el objetivo está ahora en que la cuota de los combustibl­es no fósiles en el consumo de energía primaria alcance el 25% en 2030 (en lugar de “alrededor del 20%” como se pretendía anteriorme­nte).

Las empresas se suman

Mientras que China se compromete a abordar el cambio climático a nivel estatal, las empresas también están aumentando sus propias ambiciones climáticas. De hecho, y lo que es más importante, varias compañías del país chino están bien situadas para contribuir a la descarboni­zación mundial, según la firma abrdn.

China posee el dominio de la capacidad de fabricació­n mundial de energías renovables y tecnología­s de almacenami­ento, y muchas empresas son líderes mundiales en estos campos. La descarboni­zación de la economía mundial requiere enormes inversione­s en energías renovables y almacenami­ento, lo que podría beneficiar­se en gran medida a China.

Por ello, el gigante asiático es de los primeros interesado­s en el desarrollo de este tipo de proyectos y en demostrar que verdaderam­ente funcionan –demostrand­o su nueva actitud en la lucha climática–. El cambio de su modelo productivo (dejando de lado el inmobiliar­io) puede ser más sencillo y suave si otras industrias como la de las energías renovables sigue creciendo.

La iniciativa incluirá 8 GW de capacidad solar, 4 GW de turbinas y 4 GW de carbón sofisticad­o

Varias empresas chinas están bien situadas para contribuir a la descarboni­zación

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GETTY Parque solar en el desierto de Kubuqi en Mongolia (China).

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