Obligada rectificación de Díaz
El temor a que la Comisión Europea pida explicaciones por los fijos discontinuos fuerza a un tardío ejercicio de transparencia
El Ministerio de Trabajo ha anunciado que, finalmente, publicará los datos de los fijos discontinuos que no están trabajando. Un cambio de estrategia sorprendente cuando hace apenas dos semanas la titular de la cartera y vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, dedicaba calificativos como “trumpistas” a aquellos que demandaban dicha información, fueran políticos de la oposición, economistas, académicos o periodistas. La rectificación en sí, que ha presentado como una encomienda a los técnicos del Ministerio, es tramposa: los funcionarios saben perfectamente que estas personas se clasifican entre los demandantes con relación laboral, que acumulan más de 600.000 a cierre de ejercicio. Son los cargos nombrados por Díaz los que han generado una enorme confusión negando este hecho, pese a que cada mes el Sepe revisaba los registros para borrar a parados registrados y pasarlos a la casilla donde figuran estos fijos discontinuos: un total de 122.000 en todo 2022. Esta ceremonia de la confusión, que se aprovecha de la complejidad de las estadísticas de empleo, ha acabado provocando no solo la reacción de aliados del Gobierno, como el sindicato UGT, sino también comentarios desde las propias instituciones europeas, como el BCE. Pero la posibilidad de que estos ajustes, que el Ministerio sigue negando, afecten a los datos de paro mensual que publica la Oficina Europea de Estadísticas es lo que ha hecho saltar las alarmas. Sobre todo después de que patronales como Asempleo hayan pedido a Eurostat que verifique las cifras. El temor del Gobierno a que la Comisión Europea le pida explicaciones por esta polémica en pleno año electoral es lo que obliga a la tardía rectificación de Díaz.