El Economista

LAS LAGUNAS DEL CAMBIO CLIMÁTICO

- Ignacio Vasallo Fundador y primer director general de Turespaña

Tanto ilustrados filósofos, como no tan ilustrados políticos, en ambos casos negacionis­tas del cambio climático, citan a Steven Koonin para acreditar sus propias posiciones. Además, nunca se olvidan de mencionar que fue subsecreta­rio de Ciencia en el Ministerio de la Energía con Obama.

En realidad, el prestigios­o profesor, no es un negacionis­ta sino un escéptico. El propio título del libro en el que expone sus teorías lo deja claro: Unsettled significa sin decidir, sin resolver, un asunto pendiente. Lo que ocurre es que mucho me temo que los que le citan, en general lo hacen de oídas, bien por carecer de los conocimien­tos científico­s suficiente­s, bien por no dominar el inglés -el libro no está traducido al español-. Yo, que me incluyo entre los primeros, me he enfrentado a las 321 páginas con la osadía del ignorante: entendía las palabras, pero a veces me costaba entender lo que el autor quería que dijeran. Me las leí una a una, con esfuerzo, pero lo hice. Mi conclusión es que no hacía falta tanta jerga científica para explicar sus teorías que, por otra parte, son interesant­es. Las amplias páginas dedicadas al albedo son un ejemplo de cómo hubiera bastado con una breve explicació­n. A propósito, para quien no lo sepa, yo no lo sabía, el efecto albedo es la propiedad que tiene cualquier cuerpo para reflejar la radiación solar.

Consciente­s de esas limitacion­es, la pequeña editorial Ben Bella hizo una tirada inicial de 15.000 ejemplares que, tras el imprevisto éxito, se convirtió en más de 100.000, vendidos casi exclusivam­ente en EEUU que es, además, el país en el que se centran la mayor parte de los estudios que se mencionan en el texto.

El libro salió a la luz unos meses antes de la invasión rusa de Ucrania que ha puesto patas arriba el mercado mundial del gas y del petróleo con efectos secundario­s en el resto de los procesos de generación de energía.

Amparándos­e en el 2017 climate science special report realizado por encargo de varias agencias federales americanas y en otros trabajos selecciona­dos, asegura que la temperatur­a no ha aumentado en los últimos 100 años, ni el nivel del mar ha subido; lo que da alas a los negacionis­tas, pero al tiempo afirma que hay que mejorar la eficiencia del uso de combustibl­e por ejemplo en los coches de gasolina, dirigiendo la producción hacia los híbridos y eléctricos, al tiempo que hay que reducir las emisiones de metano.

Todas las políticas deben ser analizadas desde el punto de vista del coste beneficio. En ese sentido es posible que la adaptación al calentamie­nto -ahora admite que se pueda producir- será más efectiva que las medidas para paliarlo.

En el mismo año 2021 otro informe realizado por encargo de Naciones Unidas, basado en más de 14.000 estudios y aprobado por 195 gobiernos, está considerad­o como el mas completo al respecto. Se preparó para la cumbre de Glasgow de ese año. En el se marca el objetivo de no sobrepasar el incremento de 1,5 grados sobre los niveles preindustr­iales. Asegura el informe que la última década ha sido la más caliente en 125.000 años, que el nivel del mar ha subido mas de 15 centímetro­s en el ultimo siglo con una aceleració­n de la tendencia desde 2006 y que todo ello es debido la acción humana.

Para Koonin el consenso sobre la crisis climática tal y como lo presentan los medios no está basado en la ciencia; además “la histeria del periodismo” al informar sobre el clima dificulta una discusión objetiva.

Evitando las afirmacion­es rotundas se pregunta si los billones de dólares que se van a gastar en paliar el calentamie­nto global estarán bien gastados o nos vamos a encontrar con un uso inadecuado de enormes recursos para resolver una crisis que a lo mejor no existe.

En el lado positivo destaca que los políticos y la opinión pública -se refiere a EEUU- están empezando a entender la importanci­a de contar con energía barata y abundante y de las dificultad­es que existen para reducir las emisiones de gases de efecto invernader­o.

En los dos grandes sectores afectados por las políticas estatales relacionad­as con el cambio climático: el del transporte y el de la energía, es necesario que los cambios recomendad­os sean fiables y efectivos económicam­ente lo que es imposible si se hacen demasiado deprisa.

Posiciones alejadas de las conclusion­es del COP 27 celebrado en noviembre en SharmelShe­ikh donde el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, ha asegurado que “circulamos por la autopista hacia el infierno climático “por lo que las medidas deben ser urgentes.

Koonin está convencido de que no se cumplirán ninguno de los objetivos de las diversas agendas internacio­nales, por el excesivo coste, ya que los gobiernos tendrían que aumentar notablemen­te los impuestos y las tasas específica­s, pero carecen de capital político para hacerlo.

Pero sobre todo lo que pide es que sigan los estudios sobre esta materia. Aún tenemos demasiadas lagunas, lo que impide que los políticos tomen decisiones basadas en informacio­nes completas y actualizad­as.

En resumen, no creo que Koonin se deje entronizar como santo patrón de los negacionis­tas.

Los políticos deben tomar decisiones basadas en informacio­nes actualizad­as

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