Díaz culpa a las empresas de impulsar el IPC subyacente “con sus beneficios”
El índice que excluye los alimentos frescos y la energía subió al 7% en diciembre
El año 2022 ha echado el cierre con una inflación del 5,7% en diciembre, reduciéndose en los últimos meses. Al contrario está evolucionando el IPC subyacente, que excluye alimentos no elaborados y productos energéticos, que ha cerrado el año en el 7%. Al respecto de este último dato, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, achacó el continuo repunte de estos meses a “los beneficios empresariales”.
Con el dato de diciembre confirmado, la inflación media en España en 2022 fue del 8,4%, la tasa más elevada desde 1986 y 5,3 puntos superior a la de 2021, año en que los precios empezaron a remontar y elevaron la media al 3,1%.
El dato coincide con las previsiones de diciembre del Banco de España. Según estas, la tasa media se situará en el 4,9% en 2023, en el 3,6% en 2024 y el 1,8% en 2025. Es la estimación más favorecedora entre las potencias europeas (para Alemania o Francia prevé índices del 7% y 6% respectivamente) y se basa en unos precios de la excepción ibérica que limita la subida de la luz (tope del gas para la generación eléctrica) y, en cierta medida, en la limitación del precio del gas en los costes energéticos de la industria.
Por su parte, el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) se situó en el 5,5% interanual, más de un punto por debajo de la del mes anterior y no registró variaciones en su tasa mensual con respecto al.
“Con los datos del IPC, y en algunos sectores, como en la alimentación, está claro que, homologando a un gallego como yo, Alberto Núñez Feijóo, hay alguien aquí que se está forrando. No era quien decía
Feijóo, pero algo hay que hacer aquí”, comentó Díaz en las Jornadas Confederales de UGT.
La vicepresidenta recordó en el encuentro que el Ejecutivo ha lleva acabo la regulación de los precios de la energía cuando se decía “que eso no se podía hacer” y que no van a seguir permitiendo que las empresas “sigan engrosando sus beneficios a costa de los trabajadores”.
“Estamos en una crisis y va de quién aporta, que la crisis no se salde a costa de los que menos tienen, tiene que saldarse por arriba. No se puede admitir, y se está demostrando, que una parte de la inflación subyacente se explica solamente por esto, por los beneficios de la empresas y, como país, no puede seguir pasando”, apostilló.
Los empresarios responden
La responsable de Trabajo advirtió de que la depreciación salarial conviva con un aumento de los beneficios de las empresas es “un error económicamente”.
Las palabras de la ministra no sentaron bien en el ámbito empresarial. La patronal Foment del Treball reaccionó a la crítica pidiendo a Díaz que dejase de “demonizar” a los empresarios y a los beneficios empresariales para fortalecerse ideológicamente en la izquierda.
El presidente de la institución catalana, Josep Sánchez Llibre, sostuvo que “ni los empresarios ni los beneficios empresariales son los responsables del incremento de precios del sector alimentario”. “Y la vicepresidenta del Gobierno lo sabe perfectamente, pero prefiere, irresponsablemente, hacer populismo”, añadió.
Por este motivo, Foment del Treball exige a la vicepresidenta rigor y seriedad.
Sánchez Llibre (Foment) acusa a la vicepresidenta de “irresponsabilidad” y “populismo”