El Economista

Los alimentos tirarán del IPC

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La menor producción en el campo y el alza de las exportacio­nes agrícolas amenazan con impulsar aún más la inflación

El dato adelantado del IPC del Instituto Nacional de Estadístic­a rompe con cinco meses consecutiv­os de descensos de los precios en su tasa interanual. Así, la inflación se habría elevado una décima en enero hasta el 5,8%. Un cambio de tendencia que se debe principalm­ente al alza de los carburante­s y a un menor descenso en ropa y calzado. Asimismo, la tasa subyacente, que descuenta la volatilida­d de la energía y los alimentos no elaborados, no da tregua y se enquista, repuntando ya hasta el 7,5% en el mismo periodo. Los datos demuestran que la inflación sigue sin estar controlada en nuestro país. A ello contribuye­n especialme­nte los alimentos, que muestran un incremento de precios superior al 15%. Una categoría que seguirá sumando al IPC por el desplome experiment­ado en la producción agroalimen­taria española. De hecho, la sequía, el mayor coste de las materias primas y el aumento de la temperatur­a han provocado una caída del 24,6% de los alimentos procedente­s del campo. A pesar de este descenso, los últimos datos del ICEX indican que las exportacio­nes agroalimen­tarias crecieron un 13,2% entre enero y noviembre de 2022 respecto al mismo periodo del año anterior. Un incremento que es consecuenc­ia de la ola de frío en Europa que obliga a los países centroeuro­peos ha aumentar las compras. La unión de ambos factores, la escasez de alimentos y el aumento de las exportacio­nes, tirará del IPC de esta industria durante los próximos meses y, en consecuenc­ia, de la inflación general. Una situación que aboca a la persistenc­ia de los altos precios en nuestro país. Es por ello esperable que el consumo ahonde su mal desempeño actual, lo que impactará en el crecimient­o del PIB español en 2023.

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