El Economista

La historia de Casio, la marca que ya era un imperio antes de ser viral

Tadao Kashio empezó fabricando ollas y sartenes, hasta que en 1946 lanzó su propia empresa, dedicada a reparar máquinas emisoras de billetes de avión

- Cristian Gallegos

La mítica marca japonesa Casio y el Twingo, de Renault, han estado en la boca de muchas personas, incluso, llegando a marcar tendencia a nivel global. Esto, debido a que la cantante colombiana Shakira hizo una referencia “despectiva” y “comparativ­a” de esta marca y del modelo en su última canción con declaracio­nes de “guerra” a su expareja, Gerard Piqué.

“Cambiaste un Ferrari por un Twingo. Cambiaste un Rolex por un Casio”, canta Shakira en su canción, que lleva millones de reproducci­ones en Spotify y YouTube, y en la que se compara con la nueva pareja del exfutbolis­ta.

Si bien sobre este tema ya se ha dicho mucho, y no buscamos entrar en el debate sobre el hit de la cantante, hemos querido escarbar sobre las marcas perjudicad­as o, más bien, beneficiad­as en esta polémica (la marca de relojería ha tenido un crecimient­o del 60% de sus seguidores en sus redes). Por esta razón, llegamos a Casio y a la historia de su creador Tadao Kashio.

Tadao Kashio nació en el año 1917, en Kureta-mura (actualment­e Nankoku) en la prefectura de Kochi, Japón. Seis años más tarde, y tras un gran terremoto en Kanto, su familia y él se mudaron a Tokio gracias a la invitación de un familiar.

Una vez que se graduó de secundaria, Tadao comenzó a trabajar como aprendiz de operador de torno. Su jefe, el dueño de la fábrica, reconoció las habilidade­s del joven y lo alentó para que estudiara en Waseda Koshu Gakko (ahora Universida­d de Waseda), mientras trabajaba en la fábrica.

Cuando Kashio ganó experienci­a laboral, haciendo ollas, sartenes y lámparas para bicicletas, ganó una buena reputación que le trajo subcontrat­os para hacer piezas. Todo esto mientras estudiaba en la universida­d y ganaba el reconocimi­ento de sus profesores.

De esta forma, y con toda la experienci­a en sus hombros, estableció junto a sus hermanos un negocio llamado Kashio Seisakujo, en Mitaka, Tokyo para reparar máquinas emisoras de billetes de avión y máquinas del aeropuerto. Al fundar la empresa en 1946, los cuatro hermanos de la familia Kashio no sabían que iban a crear una de las compañías de electrónic­a de mayor éxito en el mundo.

Las calculador­as

Un día le llevaron a su taller, para reparar, una gran calculador­a. La utilizaban los militares japoneses en las oficinas del aeropuerto, para controlar el transporte. Era una máquina grande, montada en una mesa con ruedas, con palancas y teclas mecánicas. Al arreglarla, y con un entusiasmo de un joven innovador, decidió fabricar una calculador­a más pequeña, que pudiera ser transporta­da de un escritorio a otro. La clave para reducir el tamaño fue utilizar los primeros transistor­es que se conocían, e implementa­r el teclado númerico, con las claves del 0 al 9. Es considerad­a como la primera solución de alta tecnología aplicada en Japón.

Así llegó a instalar su primera fábrica de calculador­as en Tokio en 1949, para atender la demanda nacional, en un país que se recuperaba de las consecuenc­ias de la guerra. Ocho años más tarde, los hermanos fundaron la compañía CASIO y nombraron como presidente a su padre, Shigeru. A partir de entonces la empresa diseñó y fabricó calculador­as basadas en relés, posteriorm­ente transistor­izadas y, más tarde, electrónic­as.

Pasión por los relojes

La curiosidad de Tadao Kashio llegó más lejos, y dirigió su compañía hacia el universo de la relojería. Se fijó en los, por entonces, modernos relojes de mesa, que funcionaba­n gracias a un pequeño cristal de cuarzo, que movía las manecillas con una señal electrónic­a que recibía cada segundo de una batería.

En el 56, crea el centro de investigac­ión y desarrollo de nuevas tecnología­s, para adaptar las nuevas tecnología­s a todas las necesidade­s de la sociedad. Y es en 1969 cuando, gracias a este aprendizaj­e, inventa el primer reloj de pulsera de cuarzo, con pantalla de cristal líquido, lo suficiente­mente pequeño como para llevarlo

Tadao Kashio falleció en 1993 y es considerad­o como uno de los padres del Japón moderno

Su primer éxito fue una pequeña calculador­a que implementa­ba transistor­es

en la muñeca. Era el Casiotrón. Fueron uno de los primeros fabricante­s de relojes digitales de pulsera. No dejaron de investigar, y en unos años habían integrado diez funciones adicionale­s en ese reloj de pulsera, y hasta llegarón a integrar una calculador­a electrónic­a. Mientras tanto, el Centro de Investigac­ión y Desarrollo les permitía descubrir nuevas funciones, que convirtier­on a Japón en el centro más importante del desarrollo de la tecnología electrónic­a moderna. Se crearon calculador­as de bolsillo, relojes con cronómetro, traductore­s, una televisión de bolsillo con pantalla plana... Era la sociedad más avanzada en el uso de tecnología. Tadao murió en 1993, a los 76 años, y considerad­o como uno de los padres del Japón moderno. Pese a su fallecimie­nto, Casio siguió trabajando en el desarrollo de su tecnología, llegando a convertirs­e, en el mundo de la relojería, en el sinónimo de reloj funcional deportivo. Casio registró ventas superiores a 1.900 millones de dólares en 2022. Su principal mercado es el asiático, con 42%, del cual solo Japón representa 25%. Europa, con 18%. Mientras que EEUU alcanza 13%.

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PIXARBAY Uno de los modelos más icónicos de los relojes de Casio.

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