Calviño apremia a Bruselas para que reforme las reglas de déficit y deuda
La vicepresidenta primera aseguró que el pacto no puede “demorarse más”
Tanto España como Portugal pidieron ayer a la Comisión Europea que presente “cuanto antes” un proyecto de reforma fiscal de las normas comunitarias, ahora suspendidas, para aplicar una flexibilización del déficit y la deuda.
La intención es que el acuerdo llegue “en la segunda parte de este año” coincidiendo con la presidencia de turno de España del Consejo de la UE. Así lo especificó ayer la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, en una rueda de prensa conjunta con el ministro de Finanzas de Portugal, Fernando Medina, tras una reunión bilateral.
La responsable de la cartera económica del Ejecutivo fue muy contundente al respecto: “No podemos demorarnos más”, dijo. Calviño reiteró que no se puede volver a la antigua normativa “que teníamos antes de la pandemia”, ya que “no la aplicábamos de la forma que cumpliera lo que pretendía”, explicó durante el encuentro que mantuvo previo a la reunión organizado por el Real Instituto Elcano en el que también participó su homólogo portugués.
Tanto la ministra como Medina aseveraron que hay “un consenso en toda la UE” de que la economía de los Veintisiete no está en la misma situación “o en el mismo contexto” que antes de que estallase la pandemia del Covid-19. En este sentido, las deudas sobre el PIB aumentaron en todos los países, ya que las normas fiscales sobre deuda y déficit se quedaron congeladas. En este sentido, la vicepresidenta recalcó que “hay un enfoque diferente en el momento de establecer objetivos y automatismos desde este punto de vista”.
Asimismo, Nadia Calviño reiteró que existe una visión y opinión unánime dentro del seno de la Unión sobre la necesidad de establecer unas nuevas reglas fiscales que generen, por un lado, garantías en el sentido del cumplimiento del déficit con respecto al Producto Interior Bruto (PIB) al mismo tiempo que, por el otro, sea compatible con el crecimiento, la creación de empleo y la inversión pública.
Calviño se mantiene en su empeño de que esta nueva reforma fiscal de carácter comunitario tiene que evitar “las viejas trincheras” que dividían y generaban esas brechas o divisiones “entre las economías del norte y las del sur, entre grandes y pequeños, nuevos y viejos miembros...”.
Desde Bruselas ya hicieron su propuesta a principios de noviembre de dicha reforma fiscal. En ese sentido, hizo desaparecer esa regla del Pacto de Estabilidad y Crecimiento que trajo de cabeza a muchas de las economías. Esa senda de la reducción de la deuda de 1/20 anual hasta llegar a niveles del 60% del PIB se cae de la ecuación porque casi ningún país la aplicaba.
La nueva revisión de la disciplina fiscal común contempla reglas más flexibles y asequibles, con una senda de gasto neto a medio plazo que esté sujeto a la deuda específica de cada Estado miembro y que tenga un horizonte de cuatro años, ampliable hasta un máximo de siete, si bien se mantiene el tope del déficit público en un 3%. Al mismo tiempo, prevé un mayor abanico de sanciones, aunque con reducción de importes.
El argumento de la falta de consenso expresado por Calviño lo reforzó su homólogo portugués, Fernando Medina, que aseguró que hay ciertos países que tienen reticencias, pero que todos están de acuerdo en la sostenibilidad ha de ser “clave” en cualquiera de los indicadores que establezca el nuevo marco legislativo fiscal.
Calviño animó en rueda de prensa en la sede del Ministerio a que todos los debates que se están produciendo, y se producirán más adelante, “deben hacerse desde la unidad, la determinación y la solidaridad”. Se prevé que estas discusiones finalicen durante la presidencia española del Consejo Europeo, en el segundo semestre del año.
Revisión a la baja del FMI
El Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó una décima las previsiones de crecimiento de España para 2023 hasta el 1,1% y revisó al alza las de 2022 hasta el 5,5%.
Al respecto de esto y preguntada por elEconomista.es en rueda de prensa, la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, aseguró que “hemos evitado los resultados más negativos” y que las cifras obtenidas “han superado las previsiones más optimistas”. Calviño se apoyó en las cifras de 2021 y 2022 para sostener su tesis: “Ese 5,5% del crecimiento del PIB tiene muy pocos precedentes en la historia de España y ha superado las previsiones más optimistas”. Con todo, la vicepresidenta primera evitó hablar de esa previsión a la baja del FMI para este año.