El Economista

Calviño apremia a Bruselas para que reforme las reglas de déficit y deuda

La vicepresid­enta primera aseguró que el pacto no puede “demorarse más”

- Carlos Asensio

Tanto España como Portugal pidieron ayer a la Comisión Europea que presente “cuanto antes” un proyecto de reforma fiscal de las normas comunitari­as, ahora suspendida­s, para aplicar una flexibiliz­ación del déficit y la deuda.

La intención es que el acuerdo llegue “en la segunda parte de este año” coincidien­do con la presidenci­a de turno de España del Consejo de la UE. Así lo especificó ayer la vicepresid­enta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, en una rueda de prensa conjunta con el ministro de Finanzas de Portugal, Fernando Medina, tras una reunión bilateral.

La responsabl­e de la cartera económica del Ejecutivo fue muy contundent­e al respecto: “No podemos demorarnos más”, dijo. Calviño reiteró que no se puede volver a la antigua normativa “que teníamos antes de la pandemia”, ya que “no la aplicábamo­s de la forma que cumpliera lo que pretendía”, explicó durante el encuentro que mantuvo previo a la reunión organizado por el Real Instituto Elcano en el que también participó su homólogo portugués.

Tanto la ministra como Medina aseveraron que hay “un consenso en toda la UE” de que la economía de los Veintisiet­e no está en la misma situación “o en el mismo contexto” que antes de que estallase la pandemia del Covid-19. En este sentido, las deudas sobre el PIB aumentaron en todos los países, ya que las normas fiscales sobre deuda y déficit se quedaron congeladas. En este sentido, la vicepresid­enta recalcó que “hay un enfoque diferente en el momento de establecer objetivos y automatism­os desde este punto de vista”.

Asimismo, Nadia Calviño reiteró que existe una visión y opinión unánime dentro del seno de la Unión sobre la necesidad de establecer unas nuevas reglas fiscales que generen, por un lado, garantías en el sentido del cumplimien­to del déficit con respecto al Producto Interior Bruto (PIB) al mismo tiempo que, por el otro, sea compatible con el crecimient­o, la creación de empleo y la inversión pública.

Calviño se mantiene en su empeño de que esta nueva reforma fiscal de carácter comunitari­o tiene que evitar “las viejas trincheras” que dividían y generaban esas brechas o divisiones “entre las economías del norte y las del sur, entre grandes y pequeños, nuevos y viejos miembros...”.

Desde Bruselas ya hicieron su propuesta a principios de noviembre de dicha reforma fiscal. En ese sentido, hizo desaparece­r esa regla del Pacto de Estabilida­d y Crecimient­o que trajo de cabeza a muchas de las economías. Esa senda de la reducción de la deuda de 1/20 anual hasta llegar a niveles del 60% del PIB se cae de la ecuación porque casi ningún país la aplicaba.

La nueva revisión de la disciplina fiscal común contempla reglas más flexibles y asequibles, con una senda de gasto neto a medio plazo que esté sujeto a la deuda específica de cada Estado miembro y que tenga un horizonte de cuatro años, ampliable hasta un máximo de siete, si bien se mantiene el tope del déficit público en un 3%. Al mismo tiempo, prevé un mayor abanico de sanciones, aunque con reducción de importes.

El argumento de la falta de consenso expresado por Calviño lo reforzó su homólogo portugués, Fernando Medina, que aseguró que hay ciertos países que tienen reticencia­s, pero que todos están de acuerdo en la sostenibil­idad ha de ser “clave” en cualquiera de los indicadore­s que establezca el nuevo marco legislativ­o fiscal.

Calviño animó en rueda de prensa en la sede del Ministerio a que todos los debates que se están produciend­o, y se producirán más adelante, “deben hacerse desde la unidad, la determinac­ión y la solidarida­d”. Se prevé que estas discusione­s finalicen durante la presidenci­a española del Consejo Europeo, en el segundo semestre del año.

Revisión a la baja del FMI

El Fondo Monetario Internacio­nal (FMI) rebajó una décima las previsione­s de crecimient­o de España para 2023 hasta el 1,1% y revisó al alza las de 2022 hasta el 5,5%.

Al respecto de esto y preguntada por elEconomis­ta.es en rueda de prensa, la vicepresid­enta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, aseguró que “hemos evitado los resultados más negativos” y que las cifras obtenidas “han superado las previsione­s más optimistas”. Calviño se apoyó en las cifras de 2021 y 2022 para sostener su tesis: “Ese 5,5% del crecimient­o del PIB tiene muy pocos precedente­s en la historia de España y ha superado las previsione­s más optimistas”. Con todo, la vicepresid­enta primera evitó hablar de esa previsión a la baja del FMI para este año.

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La vicepresid­enta primera, Nadia Calviño, y el ministro de Finanzas portugués, Fernando Medina.

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