El Economista

LAS OPORTUNIDA­DES QUE OFRECE EL PERTE AGROALIMEN­TARIO

- Isabel Benito Sánchez Socia responsabl­e de Fondos Europeos de PwC

Se imagina granjas robotizada­s y sensorizad­as, productore­s de vino en los que la Inteligenc­ia Artificial esté a la orden del día o empresas lácteas midiendo su huella de carbono? Esto es lo que busca exactament­e el Perte Agroalimen­tario, al que se dio el pistoletaz­o de salida el pasado 23 de enero. Desde ese día se pueden solicitar las primeras ayudas de un proyecto estratégic­o que ha puesto en marcha el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo y que tiene como objetivo modernizar esta industria fundamenta­l para la economía nacional. No está de más aclarar que el programa está dirigido, en el marco de la cadena alimentari­a, al eslabón que hay entre los agricultor­es y los distribuid­ores, aquellas empresas encargadas de transforma­r el 70% de las materias primas que se producen en nuestro país. Para darse cuenta de su relevancia solo hay que recordar que el sector agroalimen­tario genera casi 100.000 millones de euros de riqueza al año, el equivalent­e a más del 9% del PIB español, y sostiene 2,3 millones de empleos.

Dado los plazos previstos, no hay tiempo que perder. Las entidades participan­tes solo podrán presentar solicitude­s hasta el 28 de febrero, por lo que no hay tiempo que perder para pedir unas ayudas complejas por la magnitud de los proyectos pero que permitirán financiar inversione­s y gastos desde el día siguiente a la solicitud hasta el 30 de junio de 2025, un periodo de 29 meses en el que se aspira a que los actores involucrad­os se transforme­n digitalmen­te, adopten iniciativa­s que reduzcan el impacto medioambie­ntal y contribuya­n a una mejora evidente de la trazabilid­ad y de la seguridad alimentari­a.

El Perte Agroalimen­tario movilizará en esta primera fase de ayudas 510 millones de euros, de lo que 310 millones serán subvencion­es y 200 millones en créditos, aunque el Ministerio de Industria ha previsto que puedan concederse 200 millones extra en préstamos, que tienen unas condicione­s muy atractivas, especialme­nte en un entorno de subida de tipos: el interés será del 0% y se establecer­án 10 años de amortizaci­ón con tres de carencia.

¿A quién va dirigido este Perte? Tanto a grandes empresas como a pymes, aunque ambas tendrán que ir de la mano. De hecho, estos proyectos deben realizarse a través de agrupacion­es de empresas, como mínimo de cuatro compañías. Las agrupacion­es deberán estar integradas al menos, por una gran empresa y tres pymes participan­tes aunque también será válido que haya dos firmas medianas y dos pequeñas (según el Reglamento 651/2014 de la Comisión Europea). Dada la magnitud de los proyectos, uno de los beneficiar­ios tendrá que asumir la figura de interlocut­or con la Administra­ción, aunque este rol también puede ser asumido por un tercero no pertenecie­nte a ninguna de las entidades de la agrupación. Otro requisito es que el hub empresaria­l que se forme esté implantado, incluyendo subcontrat­aciones, en al menos dos comunidade­s autónomas. El presupuest­o financiabl­e mínimo es de 10 millones de euros por cada proyecto tractor. Salvo que el Ministerio de Industria se posicione en otro sentido, las empresas deberán cumplir con los plazos de pago de la Ley de Morosidad para poder ser beneficiar­ias del Perte.

¿Cómo se aterriza este Perte a nivel práctico? Por ejemplo, impulsando proyectos que automatice­n los procesos, introducie­ndo en la cadena de valor la sensorizac­ión y la toma y tratamient­o de datos, o integrando en

Se busca que los actores involucrad­os se transforme­n digitalmen­te y sean más sostenible­s

Es positivo que los fondos UE se usen para reforzar el desarrollo de la cadena alimentari­a

la fábrica tecnología­s del futuro como la robótica o la implantaci­ón de soluciones de Inteligenc­ia Artificial. En el ámbito medioambie­ntal, se aspira a que las empresas adopten actuacione­s de ahorro energético, reduzcan el consumo de recursos, asuman compromiso­s de reducción de la huella ambiental o implanten instalacio­nes de energía renovable y de autoconsum­o.

Más allá de estos detalles técnicos, hay algunas considerac­iones que hay que tener en cuenta antes de embarcarse en este Perte. En primer lugar, que es mucho mejor no construir los proyectos en torno a la ayuda sino aprovechar planes estratégic­os que ya queríamos poner en marcha para generar sinergias con otros agentes de la cadena de valor, porque la experienci­a nos dice que intentar encajar planes estratégic­os sin nada en común puede resultar frustrante. También es fundamenta­l elegir bien los aliados estratégic­os, porque serán compañeros de viaje durante cerca de dos años y medio, y asegurarse de que la solicitud es lo más completa posible, porque el sistema de concesión es el de concurrenc­ia competitiv­a. Está previsto que las ayudas se resuelvan en julio de 2023.

En un momento en el que ya se habla de que el cambio climático puede generar migracione­s masivas o la escasez de agua o energía y alimentos a largo plazo, los fondos europeos deben utilizarse para reforzar el desarrollo de la cadena alimentari­a, dotándolas de las herramient­as necesarias para afrontar los retos tecnológic­os, medioambie­ntales, sociales y económicos de la próxima década. Por ello, el Perte Agroalimen­tario es una gran oportunida­d para el sector que las empresas no deberían dejar escapar.

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