La tortuosa tarea de fichar con sueldos de 57.000 euros
El atasco en la renovación de las vacantes del Banco de España obedece al mal endémico que arrastra el puesto: requiere profesionales con una vasta trayectoria laboral, cuajada de altas responsabilidades y profundos conocimientos, y las retribuciones son un tanto limitadas. Es la realidad con la que ha tropezado el PP para encontrar candidatos, según fuentes al corriente del proceso que está liderando la secretaria general del partido, Cuca Gamarra, en contacto con el ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital.
La asignación anual para el puesto de consejeros no natos (los natos no cobran) en el organismo era de 56.897,35 euros brutos en 2021 y 71.403,95 euros si pertenece a la Comisión Ejecutiva. Todos perciben dietas de 1.127,93 euros por sesión del Consejo de Gobierno y de 540,96 euros cuando es de la Comisión Ejecutiva. Son cifras que compiten mal con los emolumentos que se fijan para los consejos de administración de compañías y el perfil profesional buscado encaja, a menudo, con la cantera que frecuenta la banca. Compara también mal con las remuneraciones en instituciones asimilables como la CNMC, donde la percepción bruta este año para consejeros es a partir de 118.172,34 euros, o la CNMV, cuya cuantía autorizada para consejeros es de 141.910,30 euros.
Con estas condiciones, es habitual buscar catedráticos para el Consejo del Banco de España que puedan simultanear las labores de investigación y formación con dichas funciones o profesionales con largas trayectorias que buscan jornadas más limitadas. Con independencia de que la candidatura sea del PP o del PSOE, no son cargos políticos. Al margen de sus simpatías –que suelen, incluso, ni significarse–, el organismo y el Banco Central Europeo (BCE) imponen una ideoneidad al candidato que se justifica con formación y ejecución.
Es habitual que recalen catedráticos, con varios doctorados y titulaciones, con décadas en formación e investigación en múltiples universidades nacionales y extranjeras; o que desempeñaron responsabilidades en organismo como el Tesoro, en instituciones financieras internacionales o, incluso, que dirigieron departamentos del Banco de España. Fernando Eguidazu, cuya vacante toca cubrir al PP, es licenciado en Económicas y Derecho, y técnico comercial y economista del Estado, y entre otros cargos fue secretario de Estado o jefe de gabinete del ministro de Comercio y Turismo. Carmen Alonso, que debe renovar el Gobierno, es doctora de Derecho, fue profesora y catedrática de la Universidad de Castilla-La Mancha y consejera en la extinta Caja Navarra. Cuando vencen los mandatos deben salir, pero la configuración del Consejo permite operar al Banco de España sin problema alguno mientras reponen las vacantes.