El Economista

La huida de los accionista­s de bancos: pierden al 7% en la última década

Solo Banco Santander aumenta el número de inversores a base de pequeños particular­es Casi 241.700 accionista­s se han marchado del capital de las otras cinco entidades desde 2013

- Laura de la Quintana

Los accionista­s de la banca española se han quedado al margen de la recuperaci­ón del sector en bolsa en los últimos meses tras años de una larga travesía por el desierto que ha llevado a las entidades cotizadas a perder, de media, un 7% de su base accionaria­l en la década. Solo Banco Santander tiene hoy más inversores que hace diez años, gracias, entre otros motivos, a la distribuci­ón masiva de acciones entre sus clientes. Frente a BBVA, Sabadell, Bankinter y Unicaja, en mínimos de los últimos tiempos.

El motivo principal hay que buscarlo en las valoracion­es irrisorias que han soportado las cotizacion­es de los bancos durante años a tenor de una política monetaria ultracompl­aciente y expansiva. Un convencimi­ento que ahora ha comenzado a desaparece­r no solo por el rally que protagoniz­a el sector en la bolsa, sino porque, además, los bancos han mejorado su política retributiv­a con un payout medio del 49% con cargo a 2022 y, en algunos casos, sus dividendos están en máximos de los últimos años, como es el caso de BBVA o de Unicaja. Esto no ha hecho que regrese el apetito por invertir en bancos. En 2022 el balance anual sigue siendo negativo: perdieron otros 107.808 accionista­s entre las seis entidades. No obstante, la subida en bolsa les ha llevado a cotizar a un precio sobre valor en libros medio de 0,87 veces, niveles no vistos desde 2018 para las entidades del Ibex 35, entre quienes destacan Bankinter, por encima de las 1,25 veces (cotizando, de nuevo, con prima), BBVA y CaixaBank en las 0,9 veces.

Desde el año 2011, en plena crisis de deuda en la zona euro, el Banco Central Europeo (BCE) no había cambiado el paso en su política de rebajar o mantener a niveles del 0% los tipos de interés bajo su territorio. Fue en julio del año pasado cuando el panorama para el sector financiero comenzó a cambiar al calor de un escenario hiperinfla­cionista difícil de contener. Es por ello que la institució­n que preside Christine Lagarde decidió entonces dar un golpe sobre la mesa y aprobó la primera subida del precio del dinero en la eurozona en más de una década. Desde entonces lo ha hecho en hasta cinco ocasiones en las que ha reconducid­o los tipos de interés desde el 0% hasta el 3% a los que los elevó en su última reunión de enero. Pero, lo cierto es que en la década que va desde la crisis de deuda hasta la actualidad la sangría accionaria­l de la banca española ha sido un goteo constante.

Si se toma como referencia el año 2013, cinco de los seis bancos que cotizan hoy en el Ibex 35 han perdido un 12% de sus accionista­s; en total, 241.688 personas, según datos publicados por las propias entidades. De ellos cuatro cuentan con la menor base accionaria­l en diez años. Se trata de BBVA (que cerró 2022 con 801.216 accionista­s), Banco de Sabadell (con 218.610), Bankinter (en 55.088) y Unicaja (que cuenta con 34.761, según los últimos datos facilitado­s por la entidad), aunque en su caso la variación se realiza desde 2017, año de su salida a bolsa. En el caso de CaixaBank, que en la actualidad tiene 617.806 accionista­s, su variación es mínima en la década, pero hay que tener en cuenta que hace dos ejercicios se cerró la absorción de Bankia. La variación en diez años es del 1% de caída, con 7.345 inversores menos.

El pequeño inversor

Solo Banco Santander logra aumentar el número de accionista­s en los últimos diez años. Ha pasado de los 3,29 millones que tenía en 2013 hasta los 3,915 millones actuales. Esto es un 19% más, aunque está todavía lejos de recuperar los máximos vividos en 2018 cuando rebasó la barrera de los 4,13 millones. Ahora bien, hay que tener en cuenta las políticas que ha seguido la entidad que preside Ana Botín los últimos años como la reconocida Cuenta 1,2,3 por la que los clientes percibían acciones del banco por abrir una cuenta en la entidad o bien beneficios –como evitar el pago de comisiones por servicios bancarios para quienes tengan, en la actualidad, más de 1.000 acciones del banco–.

Esto implica que en la distribuci­ón del capital para Banco Santander aquellos inversores con menos de 200 títulos de la compañía representa­n el 57% de la base accionaria­l, aunque en su poder esté menos del 9% del capital. En el caso de BBVA este porcentaje es del 41,6%. Siguiendo con Santander, otro 19,6% de los accionista­s tienen entre 200 y 1.000 acciones de la entidad y un 22,5% de 1.001 a 30.000. El resto, el 0,9%, son grandes inversores institucio­nales.

En el caso de la entidad que preside Carlos Torres su base accionaria­l ha pasado de los 974.395 en 2013 hasta 801.216 de 2022, 173.179 inversores menos, lo que representa una caída del 18%. El mayor recorte –ante un menor número de inversores– es para Bankinter, del 22%, pasando de 70.963 hace diez años hasta los 55.088 actuales. Sabadell ha dejado por el camino un 17% de su base accionaria­l en diez años, 43.979 inversores; frente a la caída del 4% de Unicaja desde su salida a bolsa en 2017.

Ahora bien, si hubiera que mencionar a la entidad más democrátic­a en cuanto al reparto del capital esa es BBVA. El grueso de la entidad está en manos de medianos tenedores y los grandes accionista­s tienen menos del 20% del banco. Es el caso opuesto a CaixaBank –debido a la participac­ión del Estado a través del FROB, que tiene un 16,11% y Criteria, el 30%– donde el 87% lo tienen los grandes inversores institucio­nales y en Bankinter estos mismos cuentan con el 84% del capital del banco.

El 57% de los accionista­s de Santander tiene menos de 200 títulos del banco

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