Fracaso de la reforma de pensiones
Revertir el agujero de la Seguridad Social exige un recorte del 9,4% en la prestación media y un alza similar en cotizaciones
Las numerosas reformas del sistema de pensiones español han perseguido siempre asegurar la sostenibilidad de las cuentas de la Seguridad Social. A pesar de ello, la diferencia entre los ingresos a través de las cotizaciones sociales y el gasto destinado a prestaciones arroja un agujero de 7.300 millones de euros, algo más del 0,5% del PIB. Para revertirlo, sería necesario reducir el déficit estrictamente contributivo por pensionista que en la actualidad asciende a 2.874 euros, lo que exigiría un recorte de la prestación media del 18,8%, ahora situada en los 15.000 euros anuales. Un porcentaje que se reduciría a la mitad si el esfuerzo se reparte también entre los actuales cotizantes, vía incremento de las cotizaciones. A la vista está que la solución final al déficit estructural de la Seguridad Social, situado entre 15.000 y 20.000 millones en las condiciones actuales, aboca a una medida tan drástica como bajar las pensiones. Con todo, lo más grave es que la necesidad de este sacrificio extremo de jubilados y trabajadores en activo se debe a la oportunidad perdida que supone la última reforma impulsada por el ministro Escrivá. Su estrategia de fiarlo todo a un aumento de los ingresos, castigando sobre todo a las rentas altas, mientras no se toma ninguna medida para racionalizar el gasto, derogando incluso los mecanismos diseñados para esa finalidad, como el factor de sostenibilidad, se demuestra un completo fracaso. Más aún si se tiene en cuenta que en los próximos años el sistema afronta la jubilación de la generación del baby boom y ya sufre el coste de ligar el incremento de las prestaciones al IPC. Una medida que unida al error de la reforma en su conjunto supone una hipoteca para los futuros pensionistas.